Días después.
Madrid.
Narra Ari.
Llevo días sin ver a mi guapo novio y ya me hace mucha falta. Lo necesito.
El reencuentro con Pablo me ha tenido varios días sin dormir, volver a verlo no entraba en mis planes, al menos no tan pronto.
Antes de nuestro extraño encuentro, pensé que lo tenía todo superado pero, me equivoqué porque verlo me ha removido toda nuestra historia.
Estoy en la puerta del vuelo de Max. Cuento los minutos para que esas puertas se abran, sus ojos azules como el mar me miren y él me abrace para decirme que todo estará bien.
Como leyéndome la mente, las puertas se abren y con la mirada busco a mi novio. Él me encuentra y corre hacia mí.
Nos fundimos en un abrazo que era muy necesario para mí y nos besamos.
Ari: No sabes la falta que me hacías... -le digo aún pegada a él-
Max se separa un poco de mí y me mira confundido.
Max: Pero, amor si solo han sido unos días -ríe levemente-
Ari: Yo sé porqué te lo digo.
No me hace más preguntas, tan solo me sonríe y acaricia mi pelo.
Max: ¿Qué tal te fue con el paciente? ¿A que no era tanto drama? -dice cuando mete la maleta en el maletero-
¿Y ahora qué le digo? Creo que me estoy empezando a marear.
Nos metemos en el coche, yo en el asiento del copiloto.
Ari: Bueno... -él toca mi brazo-
Max: ¿Qué pasó? -me mira sonriente-
Ari: No nada... -digo nerviosa- Sólo que... El paciente era Pablo -cierro los ojos evitando ver su reacción-
Max: Amor... -me abraza- No sabía nada, de verdad -besa mi pelo- Si lo hubiera sabido, no lo hubiera cogido.
Ari: Era imposible que lo supieras porque dio otro nombre diferente al suyo por privacidad.
Max: ¿Hablásteis? -asiento y su cara cambia por completo-
Ari: No me pongas esa cara, amor -le acaricio la cara- Hablé con él porque necesitábamos cerrar el capítulo de nuestra vida que nos quedó a medias.
Aprovecha que paramos en un semáforo y me mira.
Max: Tienes razón... Pero, es que cuando pienso que él puede estar de nuevo en tu vida... -voy a hablar pero, me lo impide- Amor, lo que vosotros tuvísteis fue muy fuerte, estuviste embarazada de él y os íbais a casar -vuelve a poner el coche en marcha-
Una lágrima recorre mi mejilla. Me duele mucho recordar lo que pasó.
Yo siempre he sido de esas personas que creen que una mujer nunca está preparada para perder un hijo y hace un año comprobé que eso era cierto. Nunca se está preparada para perder a tu tesoro más preciado.
Ari: Yo sé que con Pablo pasé muchas cosas, a cada cual más fuerte -limpio mis ojos- Pero, ahora todo eso quedó atrás y eres tú quien ocupa mi presente y mi futuro.
Aprieta mi mano suavemente sin dejar de mirar la carretera.
[...]
Benalmádena, Málaga.
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Vamos a volvernos eternos.
Hayran KurguPablo y Ari, dos personas separadas por segunda vez pero, esta vez no hubo terceras personas ni amantes. Esta vez hubo algo más doloroso, la pérdida de un hijo. Él no estuvo cuando ella más lo necesitaba, ella no pudo con todo sola y se marchó. ¿Se...