Capítulo 12

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Meses después.

Narra Ari.

No me puedo creer que después de meses esté a punto de casarme con Max.

Tengo los nervios a flor de piel y aunque hace años imaginé que sería Pablo el que estaría esperándome en el altar, muero de ganas por ver a mi futuro marido allí parado esperando.

Pablo está más que superado en mi vida. No he vuelto a pensar en él en estos meses y lo de Ibiza quedó atrás, eso es algo que jamás le diré a Max.

Sé que está fatal pero, eso es algo que ya decidí hace mucho tiempo y no hay marcha atrás. Ahora solo miraré el futuro con él.

Lena: Estás nerviosa, ¿verdad? -dice sacándome de mis pensamientos-

Mamá: Tranquila hija, todas hemos estado así en algún momento de nuestras vidas -sonríe-

Dejo de mirarme al espejo y las miro a ellas.

Noto a Lena un poco extraña hoy y no sé porqué, no me ha dicho nada al respecto así que serán paranoias mías. Pero, con todo y con eso, me siento muy afortunada por tenerlas conmigo en un día tan importante.

Ari: No quiero llorar porque arruinaré todo el maquillaje -río y quito una lágrima antes de que caiga por mis mejillas-

Ellas me abrazan.

Dan: Hermanita, siento interrumpir este momento tan bonito -dice entrando por la puerta- Pero, llegó la hora de irnos.

Sí, mi hermano será quien me lleve al altar y quien hará de mi chofer para llevarme a la iglesia.

Salimos de casa y vamos al coche.

Dan: ¿Cómo estás? -pregunta una vez que arranca el coche-

Ari: No te quiero mentir, estoy muerta de miedo... -río de forma nerviosa- Y de nervios también.

Él ríe conmigo y aprieta mi mano de forma cariñosa.

Dan: Es un buen tipo -sonrío, sé que es verdad- Vas a ser muy feliz con él y me vas a dar muchos sobrinos.

Ahí sí que creo que me va a dar algo.

Ari: Bueno, empecemos con lo de ser felices juntos.

Nadie de mi familia sabe que estuve a punto de traer a la familia un miembro más. Nadie sabe que Pablo y yo íbamos a tener un bebé y que yo era la mujer más feliz del mundo.

Dan: ¿Sabes? No te lo había dicho nunca pero, cuando volviste de Latinoamérica porque Pablo y tú os habíais separado, pensé que no volverías a ser la misma.

Y no volví a ser la misma.

Después de ese viaje jamás volví a ser la Ari que era. Para bien o para mal... La cosa es así, todo ese viaje me cambio en lo bueno y en lo malo.

Dan: Pero -continúa- Cuando te vi con Max la primera vez, la esperanza de que volvieras a ser la misma o al menos intentarlo volvió a mí. Fue ahí cuando supe que era él quien te querría para siempre -sus palabras me emocionan-

Ari: No quería llorar, Daniel -seco mis lágrimas con cuidado del maquillaje- Te quiero muchísimo, hermanito.

Sonríe y besa mi mano.

Vamos a volvernos eternos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora