Capítulo I: Amarga Confesión

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La UA es una academia de héroes, pero no cualquier academia de héroes, es considerada como la mejor de Japón y a veces del mundo. En UA los héroes aprenden a ser héroes, usar sus habilidades para el bien pero como en toda academia no solo se aprende, se forman grandes lazos, rivalidades, amistades, amores.

Izuku había sido en toda su infancia un niño sin habilidades, un humano común que siempre fue humillado por su amigo Katsuki Bakugou, a pesar de ello nunca perdió la esperanza, el deseo de estar a la par de él, su sueño era ser el más grande héroe y a la vez ser tan especial como Bakugou. Con el pasar de los años aquella brecha nunca disminuyo, creció mas eso cambio cuando Izuku recibió los poderes de All Migth, el mayor héroe del mundo, el símbolo de la justicia, la paz y la esperanza.

Con todos esos años, ese sentimiento había cambiado, poco a poco cambio, no era el simplemente querer a alguien como un amigo o un hermano, Izuku se había dado cuenta de que amaba a Bakugou, de que deseaba de verdad estar con él, que a pesar de todas esas veces donde le había humillado e incluso dicho que se matara no significaban nada, su amor era mucho más grande que todo el daño que Bakugou le había dicho en sus palabras.

En esa mañana Izuku tenía planeado algo con Uraraka y las demás chicas, le habían pedido como un favor especial a los demás chicos que impidieran que Bakugou ingresara al salón, solo debían retenerlo hasta que tuvieran todo listo. El plan de Izuku era algo ambicioso, hasta él mismo tenía miedo de lo que pasaría.

- Uraraka ¿Estas segura de que esto funcionara? – Pregunto mientras usaba unos marcadores sobre una gran cartulina, seguía escribiendo, su mano temblaba por el nerviosismo que sentía en el momento.

- Descuida Deku, te prometo que todo saldrá bien – Respondió con un tono amable, la verdad era que tenía miedo de que Bakugou reaccionara mal pero no quería ponerle más nervioso.

Tsuyu se encontraba mirando hacia el pasillo, los chicos intentaban detener a Bakugou por más tiempo pero al parecer ya no podían detenerlo. – Bakugou viene, no creo que puedan detenerlo por más tiempo, Kerou ~

Para fortuna de todos Izuku junto a las chicas lo habían logrado a tiempo, el salón estaba adornado con algunos corazones y junto a una gran pancarta que decía "¿Quieres ser mi novio?, debajo de esta se encontraba un Izuku muy nervioso, casi temblando por lo que podría suceder, todos los adornos, incluyendo la pancarta estaban flotando gracias a Uraraka.

Finalmente Bakugou llego al salón, en ese momento Izuku trago saliba, miro al chico de cabello rubio y hablo. – Kacchan tú me...- No le fue posible terminar su oración, no es que no pudiera es que simplemente no le fue posible al sentir como cada una de las decoraciones eran explotadas, la pancarta de igual forma, lo único que había sobrevivido era un pequeño corazón que cayó en las manos de Bakugou.

- Te lo diré de forma clara, No, no me interesa ser el novio de alguien tan patético como tú – Al terminar de decir esas palabras rompió ese pequeño corazón hecho de una cartulina roja para luego avanzar hacia su pupitre y sentarse como si nada.

Por otro lado Izuku estaba inmóvil, no sabía qué hacer, ¿correr? ¿Fingir que no pasaba nada? ¿Llorar? ¿Golpearlo? Todas eran opciones válidas para ese momento, todos sus compañeros habían visto como le había rechazado, se sentía humillado, no pudiendo resistir más salió corriendo del salón, mientras tanto muchos de quienes estaban en el salón reprochaban lo que había hecho Bakugou.

- Pudiste ser más sutil – Decía Uraraka Molesta

- ¿No crees que te pasaste? – Preguntaba Todoroki

- Bakugou es un desconsiderado, solo disfruta humillar a Izuku, Kerou~ Comentaba Tsuyu molesta

Por su lado Bakugou solo les ignoraba, tenía audífonos puestos y sus ojos los mantenían cerrados, no le daría explicaciones a nadie.

Izuku no supo cuánto corrió, cuando volvió en sí mismo se dio cuenta de que se encontraba encerrado en uno de los armarios de conserje, estaba sentado abrazando sus rodillas mientras no paraba de llorar, intentaba controlarse pero no podía, estaba soltando toda esa frustración que durante años estaba cargando, sin embargo por más que llorara el dolor no se iba, aumentaba.

- Fui un idiota, debí haber sabido que esto pasaría...ahora todos se burlaran de mi – Decía para sí mismo el joven de cabello verde, sus ojos no dejaban de soltar lágrimas, se sentía patético.

Escucho la puerta abrirse, no quiso mirar, pensaba que era un conserje, que alguien le viera así le hacia sentir demasiado humillado, se sentía basura. Fue en ese momento que sintió el sonido de alguien abalanzándose sobre él, muchas botellas cayeron creando un poco de ruido, por fortuna ninguna se abrió, por un momento Izuku no deseo abrir los ojos, no quería abrirlos pero al final lo hizo, poco a poco abrió sus ojos, lo primero que vio fue un mechón de su cabello, no creía que fuera él, no tenía sentido que fuera él, razón que le hizo seguir con los ojos cerrados.

Aquella persona que lo tenía en el suelo pero sujetado comenzó a levantarlo, instintivamente Izuku lo abrazo, era raro que él le estuviera dando apoyo, quizás lo habían salido a buscar y justamente él lo encontró, la verdad no quería saber, tampoco quería escuchar alguna burla.

- Midoriya ¿Por qué no abres los ojos? – Pregunto el chico de forma preocupada, lo tenía entre sus brazos, caminaba de esa forma hasta sentarlo en uno de los peldaños de la escalera.

- No quiero, de seguro Bakugou vino contigo y se quiere burlar más – Respondió sintiendo como a pesar de tener los ojos cerrados sus lágrimas seguían cayendo. – Soy basura...-Murmuro al final.

El chico al oír eso volvió a abrazarlo, esta vez de forma suave, luego beso la cabeza del chico. – No eres basura, abre los ojos y te prometo que nadie se burlara – Dijo de forma calmada, lentamente había dejado de abrazarle para poder darle libertad.

Izuku finalmente decidió creer en sus palabras, poco a poco abrió sus ojos, miro a su alrededor primero, no había nadie, luego miro a quien le acompañaba, era Eijiro. – Soy un idiota...Soy un idiota – Se repetía a si mismo mientras en busca de una seguridad, de que alguien le protegiera en ese momento de vulnerabilidad le abrazara.

Kirishima reacciono en abrazarlo, esconderlo en su pecho, una de sus manos acariciaba la espalda de Izuku mientras que la otra palpaba de forma gentil su cabello – No lo eres Midoriya...No lo eres –

Ambos jóvenes estaban solos, Kirishima se hallaba abrazando a un vulnerable Izuku que lo único que en ese momento buscaba una forma de calmarse, de calmar sus lágrimas y su corazón roto.

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