My Hero Love

Capítulo IV: Un nuevo amanecer

Aquella mañana ambos jóvenes se encontraban durmiendo, Izuku se estaba recostado sobre Kirishima, lo abrazaba y el pelirrojo también, era una escena cálida, que demostraba una muestra de afecto correspondida. El sol se adentró en la habitación a través de un rayo de luz que daba en la cara de Izuku, poco a poco comenzó a ser una molestia aquel haz de luz por lo que de forma algo obligada abrió sus ojos.

- Yo quería seguir durmiendo...- Murmuro el peliverde sentándose en la cama, había olvidado que estaba semidesnudo y durmiendo con Kirishima, se sentó y dejo sus manos sobre el cuerpo intentando apoyarse en la "cama", entonces sintió que en su trasero había algo tocándolo, sus manos estaban sobre algo más duro que un colchón, entonces fue que reacciono, sus ojos su abrieron y se percató que estaba pasando, sus manos estaban apoyándose sobre el pecho de Kirishima y sobre lo que estaba sentado era el bulto que sobresalia de su pelvis, se sentia duro, calido y grande, quizas ese bulto era más grande que el suyo, era probable,  sin poder evitarlo comenzó a pensar en cómo seria, no lo había visto pero se tentaba, de hecho había comenzado a bajar una mano y mover un poco su trasero pero ese era su limite , con  todo eso en cuenta no pudo evitar cubrirse los ojos rápidamente – Dormí con Kirishima...dormí con Kirishima....dormí con Kirishima – Murmuraba avergonzado, no se había movido solo sentía el ardor en su rostro.

Kirishima seguía durmiendo, son embargo poco a poco comenzó a despertar, sus ojos poco a poco se abrieron, removiéndose un poco abrió sus ojos, notando que Izuku estaba sobre él, recordó lo acontecido anoche por lo que algo adormecido aun tomo una de sus manos y lo jalo un poco, lo suficiente como para sorprenderlo y a la vez volverlo a recostar sobre él – Buenos días Izuku... ¿está todo bien? – Pregunto acariciándole suavemente el cabello, el peliverde estaba aun totalmente sonrojado, escondido sobre el pecho de Kirishima y sin saber que decirle.

Al momento de armarse de valor poco a poco movió su cabeza hasta que sus ojos de color verde quedaron fijos en la mirada ajena, en aquellos orbes de color rojo. – Bue-buenos días Kirishima...yo...eh...esto...dormí bien – Su manera de hablar era nerviosa, sin embargo quería decir más, agradecerle de la manera que creía correcta, armándose de valor se separó de los brazos ajenos para sentarse sobre el abdomen de Kirishima, estaba sonrojado, mostro una cálida sonrisa y le hablo fijamente a los ojos – Buenos días Kirishima, yo amanecí muy bien gracias a ti – Al decir todo aquello entro en pánico, se puso a su lado y se cubrió el rostro con una almohada.

El pelirrojo le miro en todo momento, se rio un poco y le beso en la mano antes de sentarse en la orilla de la cama para posteriormente ponerse de pie y estirarse, no quiso decirle nada a Izuku para que así pudiera calmarse o mejor dicho que perdiera esa vergüenza por haber dicho aquellas palabras, palabras que le habían alegrado y haber ocasionado por un breve instante un deseo de besarle, no obstante no lo hizo por respeto a todo lo que había vivido, sentía que si hacia algo así tan pronto las cosas podrían acabar mal.

Izuku pensando en que había hecho algo malo se puso de pie y lo abrazo por detrás, aquello fue algo inesperado para Kirishima, sus ojos se habían abiertos por aquello tan sorpresivo – Lo siento, no quise hacerte molestar...-

Escuchar eso provoco una punzada en el pecho de Kirishima, habia herido a Izuku sin darse cuenta, sin dudarlo se dio vuelta y le abrazo con algo de fuerza, no la suficiente como para lastimarlo, solo para poder tenerlo apegado a su cuerpo, sentir su calor y respiración. – Perdóname a mi...no quise hacerte sentir culpable, solo pensé que estabas muy avergonzado y pensaba que si decía algo en ese momento podrías avergonzarte mucho más...supongo que no lo pensé bien – Ahora el avergonzado era Kirishima, pensó en alguna forma de retribuirle ese mal rato, creyó que lo mejor que podría hacer por ahora sería un gesto que lo compensara todo, levanto un poco el rostro de Izuku, le miro a los ojos y se acercó para dejarle un beso en la mejilla, luego de eso se acercó para susurrarle en su oído – Buenos días Izuku...me alegra haber compartido una noche contigo – Tras decir ello lo llevo de nuevo a la cama y lo recostó - ¿quedémonos un rato más? – Pregunto el pelirrojo mirando a Izuku.