Grey's Art School

Cap #8 - Plan fallido.

Ryan gritó y se tiró al suelo con muecas de dolor, Dereck se aguantaba la risa y limpiaba sus gafas con la tela de su camiseta, yo seguía cabreada.

- Fue un golpe muy limpio, practicas algun deporte de defensa? - Me preguntó Dereck.

- No, me crié en un pueblo en el que debías defenderte. - Respondí yo.

- Jodeeeer... - Dijo Ryan desde el suelo - Me dió casi tan fuerte como Julls.

- Nah... - Respondió Dereck observando a su compañero caído. - Julls tiene un arte propio para eso.

- Así que ya te pegaron amigas tuyas eh Ryan? - No pude controlar mi risa.

- Se podría decir que sí, Chelsey tiene muy buen gancho derecho, se las pasa dándonos de hostias todo el día, y Jullie tiene un temperamento muy fuerte, mejor no cabrearla. - Respondió Ryan levantándose del suelo mientras se apoyaba en la pared.

- Si os vais a quedar ahí  charlando mejor me voy - Dijo Dereck cortante - Chelsey ha de estar por salir de clase.

- Si, si, ya vamos. - Respondió Ryan.

- Pensé que preferirías pasar por enfermería para que te pusieran una tirita en tu aparato reproductor masculino. - Comenté con sorna.

- Alomejor, querida Kate, solo necesito probar ese aparato ahora por si va bien, quieres acompañarme a la habitación y probar mi maquina? - Preguntó divertido Ryan.

- Me estás ofreciendo sexo gratis? - Me reí tanto que solo intentaba contener las lágrimas.

Ryan me sonrió, y cuando iva a responder Dereck nos advirtió de que se tenía que marchar, a buscar a Chelsey.

Cuando ya estubimos por los pasillos de la academia, Dereck se detubo en un puerta, petó, sonrió, y pasó a dentro, dejandonos fuera.

Ryan estaba a punto de hablar, apareció la cabeza de Dereck por la puerta y dijo:

- Ryan, que tienes novia tio. - Y volvió a desaparecer en la clase.

- Desabúrreme. - Propuse yo.

- Se me ocurren múltiples maneras de hacerlo, y todas te gustarían.

- Ni te imaginas lo mal que sonó eso. Eres así con Chelsey y Julls? - Pregunté.

- Chelsey está con Dereck, por muy buena que este, no haría nada con ella, y Julls, solo no es mi tipo, y yo tampoco soy el suyo, le van más los extra-guapos-y-ricos, jajajajaja, pero también es muy guapa. Igualmente, son mis amigas, aunque no se note las quiero. Y tenemos más amigas que esas dos eh! jajajaja.

- No sé, fueron las únicas de las que hablasteis. Hablame de ellas. - Le pedí.

- Aver, Julls, Chelsey, hmm, esta Rach, nuestra querida modelo, Anabeth, que esta estudiando audiovisuales desde el año pasado, y Lisa, que no estudia aquí, pero esta viviendo en la residencia, siempre anda de aquí para allá estudiando, se le reconoce por los zuecos que lleva todos los días, rojos y animal print, llaman mucho la atención.

- Y tu novia era?

- Clare, no es como Rach, Chelsey o Julls. - Dijo Ryan

- A que te refieres? - Pregunté.

- Es que, Clare, no es muy guapa, mas bien, solo me gusta su personalidad.

- Pues hijo, tener una novia de la que no te atrae el físico ni un poco, tiene que ser desagradable.

- Mas bien, solo está con ella por que no sabía decirle que no. - Dijo Dereck.

Cuando me giré, me encontré con Dereck y una chica de pelo entre rubio y castaño, de ojos claros, con el puente de la nariz alto, y tan bajita como yo. Debería enfadarme, yo, con mi pelo oscuro y mis ojos color caca de perro oscura, y ellos con ojos así, aissshh, injusticias varias.

- Katherine, ella es Chelsey, la novia de Dereck. - Me presentó Ryan.

- Encantada. - Dijo ella,y  mientras me miraba escribia en el mobil a la vez.

- Igualmente. - Respondí.

- Chelsey y yo nos vamos a cenar a su cuarto, no molesteis. - Chelsey le pegó con la mano derecha en el brazo izquierdo de Dereck. Este último, le sonrío a Ryan, y a mí me guiñó un ojo.

- Y tu y yo? - Le pregunté a Ryan.

- Pues tu y yo, igual.

- A tu cuarto a cenar?

- Supongo.

- Valep - Y empecé a correr de vuelta a la residencia pero salí por la puerta del ala norte, y fui a dar al jardín del campus.

Todos los estudiantes que se encontraban allí nos observaban correr a Ryan y a mí, ví a Dereck y Chelsey de la mano. Los adelanté, no podía dejar de correr, oía las zancadas rápidas de Ryan detrás de mí, y si me cogía, no podría llegar antes de él a la puerta de su habitación para así poder dejarlo fuera, y que durmiera en el felpudo.

Cuando llegué ya con la respiración muy agitada, metí la mano en el bolsillo y no tenía las llaves.

Y ahí me di cuenta de que con tanto correr se me habrían caído. Segundos despues llegó Ryan con cara de pocos amigos, pero bastante tranquilo y entonces me gritó aquello.