- Pero qué coño haces?! - Me gritó Ryan alterado.
- Ayudarte a estar en mejor forma, la verdad, estás un poco fofo. - Respondí haciéndome la loca.
- Hacerte la loca no funciona conmigo, chata. - Mierda, se dió cuenta.
- No sé, me apetece Nutella, a ti no? -
- Pues si, pero no a cucharadas directamente del bote, con tostadas, espera, que no te hagas la loca! Me cago en Dios!
- No deberías decir palabrotas con el nombre de Dios delante de una persona cristiana románica apostólica, por muy athea que yo sea.
Podría decir que en ese momento, apareció magicamente una poker face mucho mejor que la de Lady Gaga en el rostro de Ryan.
- Tienes que enseñarme a poner esa cara. - Exclamé asombrada.
- Si no quieres que cometa un homicidio será mejor que te calles un rato. - Comentó aún con cara de pocos amigos.
- En el fondo me amas, y lo sabes.
- Sabes tan bien como yo que eso no es cierto.- Respondió recobrando su sonrisa personal.
- Puede que sí, puede que no. - Sonreí.
- Vas a abrir la puerta o piensas darme la llave para que abra yo? - Preguntó.
- Hmm, sí, hmm, sobre eso...
- Al grano, Grey.
- Pues, creo que se me han caído, no me pegues porfa, no me pegues porfa. - Repetía yo con cara de perrito mojado. - No te vas a enfadar? - Pregunté atónita al ver que Ryan no se inmutaba.
Ryan comenzó una carcajada tan fuerte que por un momento creí que alguien saldría al pasillo para ver que era lo que pasaba, pero no fue así.
Los siguientes segundos me quedé en shock al ver a mi nuevo extraño amigo abrir el puño izquierdo, dejarme ver la llave, agarrarla bien, y con ella, abrir la puerta.
Cuando entró, yo pase detrás y el comentaba:
- No te alcancé en tu extraña carrera de arrebato por llegar al cuarto y tomar Nutella, por que ví como se te caía la llave del bolsillo y me paré a recogerla. Ahora, yo me voy a cambiar de ropa.
- Me parece bien, pero no lo hagas conmigo delante - Inquirí yo, ya dentro de la habitación.
- Es mi cuarto, no pienso esconderme solo para que puedas ver mi magnifico torso. En el fondo, le hago un favor a tu subsconsciente.
- Discrepo.
- Hasta, podrías cambiarte tu también y así ahorraríamos tiempo. Katherine, tampoco es que fueras a ir así vestida.
- Qué problema tiene mi ropa?
- Para mí ninguno, bueno sí, sin duda, estarías mejor sin ella.
- Ryan, ahórrate tiempo. Al contrario de muchas, no me va el estereotipo de chico ligón.
- Solo lo digo por meterme contigo. - Me guiñó un ojo, puro estereotipo.- Pero, en serio, Kate, deberías cambiarte. La sala común tiene una cristalera bastante grande y siempre suele estar abierta. Así, vas a tener frío.
- Vale. Pero yo me cambio en el baño, y por tu bien, espero que cuando salga esteas vestido.- Le dediqué un fruncimiento de ceño y entré en el baño con la maleta mas amplia que habia traido, donde se encontraba la ropa de invierno. Al cerrar la puerta escuché una de las fuertes carcajadas de Ryan.
2 minutos y 17 segundos después, Ryan ya me había gritado por segunda vez que dejara el baño libre, al parecer, él ya estaba listo.
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Grey's Art School
Teen FictionCuando Katherine Grey a sus 16 años consigue hacerse ver en el mundo del cine como un buen partido, cambia su forma de ver la realidad, ya que, los ofrecimientos de papeles y puestos artísticos no cesan. Las vacaciones de este año marcarán la difere...