Capítulo 12. Lobo

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Ahí estaba yo ignorando todo el hermoso paraíso que se encontraba a mis espaldas, todo por estar admirando a la belleza frente a mis ojos. Sin poder resistirme al impulso de tocarlo, estire mi brazo posando mi palma en su fría y palida piel, provocando desde mi interior un calido y ferviente calor.
El anciano encorvardo que hace unos momentos estaba frente a mí, se había marchado y en cambio se encontraba un apuesto hombre de cabellos largos y tes palida,de gran estatura. Tuvo que inclinarse tras aceptar mi acción inesperada.
No logré gesticular ninguna palabra y con su silencio comprendí que el tampoco lo haría. Nos limitamos a mirarnos, sin querer me perdí en el tiempo al admirar sus dorados ojos. Dos soles hermosos que brillaban para hipnotizarte y así arrastrarte hacía su interior.

-Mi señor..

Saque bruscamente de mi mano de su rostro al darme cuenta que estaba ocurriendo.

-Yo ehh..
Tristán se acomodo y retomo su postura de rey, pero ya no el arrogante de antes.

-Bienvenida a tu nuevo hogar Kyra.
Dijo posando su vista hacía mi espalda.
Me giré intintivamente y ahí fue cuando me percate de lo que había perdido por estar admirandolo a el. Frente a mi estaba el paisaje mas hemoso que en mi vida había visto, era mucho mas grande que el reino Selt, era mucho mas hermoso el que reino Atlantiano, simplemente era perfecto. Observe como diversas casas, coloridas iban en fila rodeanos una fuente que lanzaba chorros de agua en diferentes direcciones, niños corrían rodeandola y jugando junto a ella con espadas de madera. Mientras que una pareja de ancianos los miraba con orgullo sentados en una de las bancas que estaban frente a la fuente. Mas allá en las vereda, gente circulaba felizmente saludandose y entrando a diversos negocios. Mi vista se poso automáticamente en una pareja que paseaba en el lugar, el tiernamente abrazaba a su mujer mientras que ella sujetaba fuertemente a un pequeño niño de su mano, ambos caminaron felizmente juntos hasta que los vi perderse en lo lejano de la colina.

-Eso no es todo.
Mire a Tristán que miraba ahora hacía el otro lado del balcón.
Caminé hacía la esquina izquierda de este y me fije que no solo en el reino constituía de muchos hogares, comercios y espacios familiares, si no que del otro lado habían edificios.
Si gigantes edificios que se encontraban uno junto y frente a otros, algunos tenían puentes en lo alto que atravesaban hasta llegar a otro extremos de otro edificio.
Era una ciudad, tal como muchas veces me relataron en cuentos cuando era niña, pero no, esto no era un cuento, estaba frente mi y era tan real como un mundo soñado bajo tierra.

-Debo admitir que me gusta mas de este lado.
Era la voz de Tristán sacandome del transe que me tenían semejantes edificios.

-Nunca vi uno real. Nisiquiera pense que pudieran existir.

-Lo es. Estan real como tu don.

Recordé. Si, recordé a que había venido definitivamente.

-Quiero respuestas. Exigi sin despegar mis ojos de su tan deseado rostro. Deseando poder tocarlo una vez mas.
¡Basta Kyra! Me reprocho mi Kyra interior.

-Creo que es mejor que descanse mi Lady.

Me olvidé que el mayordomo se encontraba junto a nosotros.

-Descanse lo suficiente ya

Tristán y el señor se miraron dudosos. Creo que no recibiría respuestas, al menos no hoy.

-No creo que este sea el lugar correcto, Kyra. Dijo Tristán

-Bien. ¿y cuál es?

Tristán camino hacía mí ubicandose a una distancia bastante prudente, aunque podía sentir igual el choque eléctrico que provocaba su precensia en mí. Lanzando una mirada coqueta dijo:

-Te llevaré a conocer el lugar.

Dude ante si aceptar o no la oferta, si bien no me fiaba de el ya que solo llevaba unas horas aquí, tampoco era buena opción arriesgarme a salir a explorar sola, pero... ¿con El?
Sin mas preámbulo acepte el desafío, al fín y al cabo había viajado hasta el mismísimo "infierno" aunque de infierno no tenía mucho.

-Muestrame tu hogar, Oh Dios del inframundo. Exagere haciendo una reverencia.
Tristán rió ante mi acción, asintió hacercandoce y tomandome con ambas manos, colocando mi cuerpo pegado a su espalda, haciendo que me aferrara fuertemente a su cuello.

-¿¡Que carajo haces!? Patalie pero este no dejo que me bajase y sin preguntarme o inmutarme en mis reclamos, corrió hacia el barandal y saltandolo nos tiró desde el balcón. Me aferre tan fuerte de su cuello que probablemente lo asfixiaria, cerré mis ojos y me trague un grito aterrado que quería rugir de mi boca. Al abrirlos vi que no encontrábamos en movimiento, corriendo entremedio de las personas. Tristán salto en medio de la fuente haciendo que los chorros dieran en muchas direcciones de mi cuerpo.

-¡Más cuidado idiota!

Cuando lo reproche me di cuenta que era lo ocurría. ¡Estaba galopando! Miré a Tristán pero este ya no era el, si no que en su lugar había una enorme y negra bestia peluda, con patas gigantes y dientes filosos, tenía su dorada vista posada fijamente hacía delante, haciéndonos pasar entre las gente que en vez de asustarse lo saludaban o nos daba el paso.
Y yo... pues iba en su espalda, si señores iba en la espalda de un lobo.

Trono de fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora