Parte 5- Estamos enamoradas

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Valentina pidió a Alirio que pararan en una cafetería, pidieron algo de tomar Valentina creía que debían hablar de sus sentimientos si bien ambas habían aceptado que se querían no sabían que hacer con esos sentimientos.

No íbamos a poder parar... ¿verdad? – cuestiono Valentina mirando a Juliana.

Yo no quería parar – Respondió Juliana - ¿Tu querías parar? – Le cuestiono también, Valentina desvió la mirada de la de Juliana sin saber que responder.

Entonces, ¿qué vamos a hacer? – Pregunto Juliana buscando la mirada de Valentina.

No pues no sé, no tengo idea...me cuesta trabajo pensar que soy gay la verdad - confeso la chica de ojos color cielo – Lo que sí sé – dijo fijando la mirada en los ojos de Juliana, que le prestaba toda su atención – es que nunca me había sentido así con un chico.

Ni con lucho? – pregunto curiosa Juliana.

Cero... nada – Confeso Valentina sonriéndole divertida por su pregunta, recordó que no le había dicho que ya había terminado con su ahora ex novio – es que sabes cual es el problema – dijo acomodándose en la silla – que no puedo parar de pensar en ti... es como un disco rayado...que se repite, que oso...– le confeso algo avergonzada.

Juliana la miro tiernamente con una sonrisa – Yo tampoco puedo parar de pensar en ti.... – confeso también la pelinegra... y nunca había sentido lo que tu me haces sentir por nadie... entonces...estamos enamoradas – dedujo Juliana.

De una mujer – Dijo Valentina aun sin creerlo.

Val...escúchame una cosa – le dijo Juliana acomodándose – yo estoy enamorada de ti – se hizo silencio ante la confesión de la chica, y solo se miraron Juliana no estaba segura si era gay solo sabía que se encontraba enamorada de la persona que tenia frente a sus ojos que en este caso se trataba de una mujer, una mujer increíble.

El teléfono de Valentina sonó distrayéndolas, era Lucho ambas vieron la pantalla, Valentina colgó la llamada.

Sabes... termine con Lucho – Le informo Valentina.

¿Neta? – pregunto Juliana con los ojos muy abiertos por la sorpresa.

De verdad... no sabes se puso super violento piensa que lo deje por un wey – dijo Valentina divertida, recordando el momento de pánico – por un momento se convirtió en el Lucho de antes.

¿Como?, pero te hizo algo? – pregunto preocupada Juliana.

No, no creo que sea capaz...– respondió Valentina no muy convencida, Lucho se ponía violento a veces, pero nunca la había golpeado – Es que yo debí haber terminado con eso desde hace mucho... pero ahora con esto que siento por ti... - continuo – pero tengo miedo sabes no sé que dirán en mi casa, en la universidad – Se imagino Valentina.

Hey, oye – La interrumpió Juliana – mira... esto es algo que nadie tiene por que juzgar ok, esto que sentimos es algo que solo tú y yo entendemos y así está bien – le dijo sincera, Valentina la miro y le sonrió, supo que por razones como esa se había enamorado de Juliana, acercó su cabeza al cuello de Juliana para sentirse protegida por ella.

Valentina le indico a Alirio que irían a la casa de los Carvajal para recoger algo de ropa para Juliana que no había sacado sus cosas de la casa de Milagros, llegaron y fueron recibidas por Silvina que les ofreció un poco de agua, se empeñó en que Juliana la acompañara a la cocina para después alcanzar a Valentina en su recamara con el agua.

Silvina...quisiera agradecerle por prestarnos su casa...de verdad es –Juliana no pudo terminar ya que fue interrumpida por la señora.

Lo hice por que mi niña Valentina me lo pidió – dijo la señora sin mirarla – ella es una buena niña – dijo esta vez mirando fijamente a la pelinegra – No quiero que algo malo le pase por estarte ayudando, ella ha pasado por mucho así que te pido que te alejes de ella – termino de decir acercándole la jara de agua.

Esto es amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora