✨Somos Constelaciones-Kookmin✨ OMEGAVERSE

☀️Capítulo 07: "Juzgar sin conocer"☀️

"No sabes la forma en la que me importa la manera en la que he crecido. No sabes sobre la forma en que amo profundamente hasta mis huesos."
☀️

Era mi último día de prueba en "Jeon's coffee shop" y la verdad no me podía quejar, en los últimos días el trabajo había estado tranquilo, sin ningún contratiempo. Faltaba sólo un minuto para cerrar y como de costumbre me encontraba sacando las cuentas en la caja, con Tae esta vez dándome un poco de ayuda.

Seoyin estaba con su típica cara de amargado, ignorándonos mientras limpiaba las máquinas de café, dejando todo preparado para el próximo día. Hoseok terminó su turno más temprano y se había ido después de ayudarnos a trapear los baños y el piso del local. Jungkook no volvió a aparecer por aquí desde hace una semana y, para ser sincero, eso me tenía relajado...y a la vez algo intranquilo.

Una sensación rara me recorría el cuerpo cada vez que pensaba en ese alfa, como si la incertidumbre y preocupación se juntaran para jugar con mi mente. Mi lobito también estaba agitado, con sus orejitas en alerta esperando por verlo. Estaba así desde hace días y no sabía por qué. Era extraño.

–Esto está listo, bombón–me avisa Tae anotando algo en el libro de cuentas del negocio, así que cierro la caja dando por terminada la labor–. Déjame dejar esto en la oficina de Jungkook y ya podemos irnos, ¿ok?.

Asiento sonriéndole de labios cerrados y lo veo retirase, dejándome solo con Seoyin.

–Hoy será tu último día trabajando aquí.–escucho decir al omega que me mira con aire prepotente. Frunzo el ceño, poniéndome a la defensiva.

–¿Disculpa? Tú no eres nadie para tomar esa decisión.

Seoyin suelta una risa chillona, burlándose en mi propia cara como si no estuviera presente. Mi ceño se vuelve más pronunciado y una vena furiosa comienza a palpitar en mi cuello. Ganas no me faltaban de poner a este omega engreído en su lugar, ni siquiera me mostraba respeto siendo yo mayor que él por un año. ¡Era increíble!

–Espera y verás, Jimin.–dice mi nombre con tanto asco y veneno que algo se remueve en mis entrañas, mis ojos lanzándole dagas imaginarias a ese bonito rostro, que de bonito no tiene nada una vez que lo llegas a conocer bien.

–Mira, te pido que me respetes porque si no...

–Ya nos vamos, Jiminshi–Tae aparece de repente, evitando que me fuera de riñas con este niñato falta de respeto–. Seoyin, te encargas de cerrar bien todo.

Sin decir más me toma del brazo y me arrastra con él a la salida. Una vez ambos estamos fuera y caminando por la calle rumbo a nuestros hogares, me pregunta:

–¿Seoyin te volvió a molestar?

Resoplo rodando los ojos.

–No sé qué fue lo que le hice para que me trate así, te lo juro.

–Yo tampoco, pero él siempre ha tenido una mala actitud con todos. Es mejor ignorarlo, ya te lo había dicho.

–Lo he intentado, pero es como un grano en el trasero.

Tae se ríe y me da un empujón en el hombro, le sonrío y se lo devuelvo. Jugamos y reímos como si fuéramos dos tontos adolescentes hasta que una pareja de ancianos nos reprende por casi chocar contra ellos. Ambos nos disculpamos apenados y seguimos nuestro camino más tranquilos, sin tantos juegos de por medio.