• Object • [ TicciMask ]

VIII

Me estoy asfixiando.

El castaño sentía culpa, culpa y más culpa ¿Al menos era posible sentir tanto de aquello?

El remordimiento le carcomia la cabeza, su cuerpo tenía marcas rojizas y moradas por todos lados producto de los golpes, chupetones y las mordidas e incluso podía contar los dedos marcados en su cadera, todo hecho por Masky, aunque eso no se acercaba ni en lo más mínimo a la verdadera razón de su malestar.

Estaba encerrado en un círculo repetitivo del que no podía escapar, tampoco es que quisiera, pero debía pararlo, esa mierda lo estaba debilitando en gran cantidad, sus actividades se volvian cada vez más fastidiosas y la necesidad por aquel hombre lo estaba volviendo aun más loco.

Y ahí estaba otra vez, con la respiración agitada por las pesadillas que cada noche le producen insomnio, sus pies tocaron el frío piso de madera e importandole muy poco que sus pies estuviesen desnudos salio de aquella habitación lo más silencioso posible aunque, no sirvió de mucho ya que las tablas rechinaban.

Se dirigió a la habitación frente a la suya, últimamente había memorizado cada rincón de esta y de la persona dentro.

La voces que escucha se vuelven más fuertes a cada minuto que pasa, el lado positivo de toda esta mierda es que sabe cómo pararlo, aunque esto también tiene sus consecuencias.

Toby se deslizó en las calidas y delgadas sábanas que cubrían a otro cuerpo, Toby se acercaba mucho a este pero claro "solo es por el calor que amortigua el frío" después de todo era invierno y la nieve empezaba a cubrir todo con su manto blanco.

Unos cálidos brazos lo rodearon por su cintura, se tenso un poco al sentir un suave beso en su castaña cabellera, luego se dedicó a relajarse y acomodo su cabeza en el pecho del mayor, estaba mal pero ¿Que importaba?

Solo se perdió en la agradable calidez que lo recorría, y así las voces cesaron dejando en silencio la habitación a excepción de la tranquila respiración que no le pertenecía.

Disfrutaba aquel estado de parsimonia, era su parte favorita de sus días.

Lástima que no era así en las mañanas.