Capítulo 4

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Han pasado dos días desde lo ocurrido en el bosque, no puedo sacar de mi cabeza lo que me dijo la anciana, LUNA, ¿por qué me habrá dicho así?, ¿habrá pensado que ese es mi nombre? , acaso ¿se confundió de persona? A veces las abuelas suelen llamarnos por mil nombres antes de decir el nuestro, vale, debo calmarme y dejar de inventar ideas estúpidas en mi cabeza, pero si hay algo que no tiene explicación es la Bestia, dijo que vendría por mí, ¿será una sensación? , ¿La felicidad que he perdido? , ¿Será el apodo de un chico? , ¿Será un animal? , miles de ideas se asoman en mi cabeza, pero a más indago, más me asusta el hecho de que la Bestia quiera algo de mí.

La alarma suena temprano , 7:00 am , debo levantarme pronto para poder ir a trabajar , salgo de la cama me dirijo al baño y tomo una ducha , cuando he terminado me maquillo un poco , necesito tapar las grandes bolsas bajo mis ojos , desde hace días no duermo bien , todo este tema misterioso me tiene consumida completamente , termino mi maquillaje con un poco de brillo labial , me pongo el uniforme de la cafetería tomo mi teléfono , llaves , billetera y salgo de casa .

El transporte público ha sido mi ruta durante estos años, aunque en el garaje de casa está el auto de papá, pero soy incapaz de usarlo, su olor, su esencia sigue allí, miles de recuerdos en familia siguen dentro de este, no me atrevo ni a pasarme por allí, prefiero mil veces caminar o tomar el autobús.

Finalmente he llegado a Feels, la cafetería donde trabajo, está localizada justo en el centro de Brookhill lo que hace que a todas horas este llena de clientes hambrientos, y por supuesto hace que mi nivel de estrés mantenga al límite, pero también lo agradezco ya que es lo único que me hace olvidar los problemas y tragedias de mi pasado.

Entro a la cafetería de aspecto hypster y saludo a Marie mi compañera de trabajo quien con dificultad ya que tiene una bandeja llena de cafés en su mano me da un cálido saludo, después entro y le aviso al jefe que llegue, me lavo las manos y a las 8:00 en punto mi turno empieza.

Finalmente faltan pocos minutos para terminar mi turno , estoy exhausta no doy para más , el día entero se me pasó en servir cafés , omelettes y croissants , recibir quejas , cumplidos , aguantar a gente que solo por ver que trabajas como mesera se creen más que tú , son las 6:30 pm y estoy terminando de recoger las mesas pero la campanita de la entrada suena indicando que un nuevo cliente ha entrado por la puerta principal , derrotada por el cansancio tomo todo el resto de energías que me quedan para atender a esta persona , recojo un poco mi cabello y limpio mis manos en la toallita que tengo en el bolsillo .

-Buenas noches, bienvenido a Feels, ¿en qué le puedo servir?- digo aun limpiando mis manos, están llenas de grasa y un poco de café, pero cuando levanto la mirada, agradezco haberme quedado hasta tarde hoy.

-Buenas noches señorita , me gustaría un expresso por favor -dice el adonis que tengo frente a mí , su mirada es intensa , me quedo estancada en ese par de ojos azules , pero , qué le pasa a mi cuerpo , solo sirve para hacerme lucir como una completa estúpida , el chico de cabello rubio simplemente me observa , se perfectamente que me esta analizando , de seguro para ver qué le pasa a esta pobre idiota .

-señorita, abróchese la camisa - espera que, que, mierda, mierda, mierda, mientras estaba limpiando debió desabrocharse y no me di cuenta, estaba mostrando un poco de mis pechos, ¿por qué todo me sucede a mí? , trágame tierra , el simplemente se ríe y se sienta en una de las mesas a observar .

Puedo sentir su mirada, es como un peso tras mi espalda, este hombre no vino simplemente por un café, mientras preparo el expresso lo miro de reojo, el solo está sentado con su cazadora aun puesta, está sentado cómodamente mirándome solo mirándome, no saca un libro, ni siquiera el móvil, solo se limita a mirarme de pies a cabeza, y por alguna extraña razón me agrada.

Este chico es misterioso, intrigante, guapo, podría pasar perfectamente como un psicópata ahora mismo pero hay algo de él que me atrae, cuando finalmente he terminado su expresso me acerco a él, lo pongo en su mesa junto a una servilleta y la cuenta, el sin quitar la mirada de mi cuerpo se pone de pie frente a mí.

-que collar más bonito, ¿dónde lo compraste?- dice mientras da unos pasos hacia adelante acercándose cada vez más, mientras mis pies parecen estar pegados con superglue al piso.

-gracias. Emm me lo regalaron -tengo los pelos de punta, y los nervios a flor de piel, mi respiración se acelera y mi pobre corazón está a punto de salir de mi pecho, ¿qué está pasándome? , jamás, ante ningún chico había estado tan nerviosa, tan...frágil.

Esta tan cerca, si me muevo un poco podría chocar con su pecho, puedo ver detenidamente como este sube y baja, tiene una respiración pesada, es tan fuerte, imponente, es simplemente aterrador, en un movimiento ágil pasa su mano rozando mi cuello para tomar el collar, mi piel se eriza con su simple tacto el solo me dedica una tierna sonrisa al notar mi reacción ante su toque.

Acerca su rostro tanto que creo que está a punto de besarme pero solo sonríe y baja un poco más para oler el collar que sostiene en su mano y que aún sigue en mi cuello, esto es extraño, ¿acaso huelo mal? qué manía tan rara de andar oliendo las cosas, el nota mi reacción extraña ante su acto, da un paso atrás, toma la factura y escribe algo , deja el efectivo sobre esta se lleva su café y sale de la tienda, dejándome sola con el corazón a mil y con muchas preguntas en mi cabeza.

Al fin cuando logro salir de mi trance intento limpiar la mesa, recoger la basura y el efectivo que aquel chico misterioso dejó sobre su factura pero al revisarla me percato de que escribió lo que al parecer es su nombre, Alexander Blake.

El solo leer su nombre provoca una sensación extraña en mi cuerpo.

Alexander Blake... ¿Quién eres?

El Alpha De BrookhillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora