Capítulo 35

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De la mano del Alpha, el ser mas fuerte e importante de la comunidad doy mis primeros pasos como la luna oficial de todos estos lobos.

Se que ir justo al lado de un ser tan poderoso no me hará opacar hoy, a partir de este momento se intercambian los papeles, espero ganarme al pueblo tras dar mi comunicado, si alexander necesita a una luna no será para verse bonita a su lado, será para liderar y trabajar juntos.

Aproximándonos al camino principal de la pequeña ciudad de lobos observo como a nuestro paso la gente se acerca a vernos tras una pequeña reverencia, todos me observan expectantes, confundidos tal vez, el recorrido de sus miradas se basa prácticamente en observarme, olerme desde la lejanía, procesar que no soy loba, ver mi mano junto a la de Alexander e intercambiar miradas con otros lobos tratando de encontrar una explicación.

Vale la gente esta confundida ¿ esperaban a una luna loba? ¿ esperaban a una chica fuerte? Bueno es lo que les ha tocado y trataré de dar lo mejor de mí.

- Alpha, luna, bienvenidos- nos dice un hombre en traje quien nos dirige un saludo– la mayoría de la gente esta reunida en la plaza mayor esperando la presentación de la sobrerana- en ese momento el hombre me observa y sonrrie.

- Bien, lo seguimos- le indico, alexander inmediatamente ejerce fuerza en mi mano, su advertencia es obvia, no quiere que hable o responda por el en lo mas absoluto.

Es entonces cuando seguimos al hombre junto con toda nuestra guardia real, hombres de Alexander que van tras de nosotros protegiéndonos por si cualquier amenaza llega a acercarse siquiera a un metro. Finalmente llegando a la plaza observamos el mar de gente que había allí. la sorpresa fue enorme, jamás pensé habría tanta población en esta manada ni que serían tan devotos a su Alpha, los nervios y el miedo se apoderan de cada celula de mi cuerpo, le dirijo una mirada a alexander para ver que tal se encuentra, pero es evidente que para el eso es como su rutina, ver tantísima gente reunida para él le es insignificante, seguro debe conocer a cada familia, a cada individuo de la zona.

Es obvio que su pueblo le quiere y le tiene bastante devoción al Alpha, confían en el y en las tradiciones lobunas. Alexander sube al enorme plató aun tomado de mi mano teniendo sumo cuidado en que no me vaya de bruces contra las escaleras, al encontrarme arriba las nauseas incrementan, observaba cada uno de los rostros expectantes por conocer a su Luna, por ver como la diosa ha reunido al ser mas perfecto de la manada con una chica que cuenta con el carisma de la luna.

Sobre el plató había una larga mesa cubierta por elegantes manteles blancos, rodeada por sillas mirando directamente al público, en cada sitio tenia el nombre de los integrantes que conformarían la dirección del comunicado, buscando mi lugar lo encuentro justo al lado derecho de la silla principal, aquellla que se encontraba en todo el centro de la mesa, aquella que llevaba el nombre de Alpha. De pronto veo como Alexander me toma de la mano y me lleva cerca de las escaleras.

-¿ que haces?- le pregunto al ver que se planta a un lado de las escaleras como si estuviera esperando a alguien.

- el Alpha y la luna vinen en camino-¿ el Alpha y que?...

Oh no, ya lo entiendo...

Los antiguos Alpha y luna...

Sus padres...

Conoceré a sus padres...

Mierda alexander este no es el momento para hacerlo.

-¿Cómo se te ocurre hacerme esto? ¡nisiquiera me preparé para esto! ¿Por qué no me dijiste Alexander?- le reprocho fingiendo una sonrisa en mi cara, sé que hay cientos de personas observando todo lo que hacemos.

- lo hice por que no hay nada mas hermoso que tu personalidad sin ser presionada- una vez mas sale con sus bobadas que me ponen el corazón a mil.

A menos de una calle veo como un señor con apariencia de cincuenta años vestido de traje y zapatos perfectamente limpios se acerca tomando de la mano con una mujer hermosa, elegante y alegre, son ellos, entre más se acercan a nosotros noto las canas de su padre entre una cabellera oscura, sus facciones dominantes iguales a las de Alexander, mientras que la preciosa dama irradia delicadeza y buen porte, cabellera perfectamente rubia, piel tersa, dando un aire de tranquilidad y paz.

El Alpha De BrookhillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora