¿Descubierto?

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El sonido de la tiza sobre el encerado, el arrastrar de sillas, los bostezos de los alumnos y algún que otro cuchicheo era lo que llenaba la clase de primer año.

Hinata alternaba entre mirar al frente aburrido, y a su cuaderno lleno de garabatos.

Si por lo menos se sentara cerca de la ventana podría ver a los de tercer año en su clase de educación física jugando al fútbol.

Pero no, el destino (y su profesor) quiso que se sentara en el medio, segunda fila contando desde el frente.

Lo suficientemente cerca del profesor de matemáticas cómo para no poder hablar con sus compañeros sin que éste se enterara.

Ahogó un bufido y volvió a bajar la mirada hacia su cuaderno.

Llevó la punta de su lápiz a una esquina que se había salvado de sus rayones, y allí escribió una única palabra.

"Tsuki ♥"

– ¿...Eh?— sus neuronas empezaron a funcionar en ese momento, dándose cuenta de lo que acababa de pasar.

Se quedó un momento quieto, mirando fijamente el nombre de su crush que él mismo, casi por inercia, había escrito.

¡Y con un corazoncito al lado!

La sangre empezó a acumularse en sus mejillas, poniéndose completamente rojo, y se apresuró a tachar aquella simple palabra que, era inútil negarlo, estaba siempre en su cabeza.

(No, no solo pensaba en el voley).

Aún con su cara irradiando calor, el pequeño gigante de Karasuno intentó calmarse.

Y podría haberlo conseguido de no ser porque, como muy bien se mencionó antes, estaba sentado demasiado cerca de la pizarra.

– ¿Pasa algo, joven Hinata?— la voz de su profesor, un señor que ya debía estar cerca de su jubilación, hizo que diera un brinco en su asiento.— No tiene buena cara.

– Yo...

– Si no se encuentra bien, puede salir un momento a tomar el aire.— cabe decir que el anciano profesor tenía fama de ser muy amable.— Vuelva cuando se sienta mejor.

Tras un momento de duda, el pelinaranja asintió, levantándose.

Y sin dejar de mirar al suelo en ningún momento, salió del aula.

Una vez fuera, dirigió sus pasos hacia el cuarto de baño de su pasillo. Quizás le vendría bien echarse un poco de agua en la cara para refrescarse.

Pero antes de que pudiera llegar a su destino, chocó con alguien, cayéndose al suelo de culo.

– ¡...Hinata-kun! ¡L-lo siento mucho!

Parpadeó un par de veces.

– Oh, Yachi-san, hola...— saludó, pero las disculpas de la rubia hicieron que sus palabras se perdieran.

– ¡Cuánto lo siento, de verdad! ¡Estaba en mi mundo y...! ¡Oh, perdona, deja que te ayude a levantarte! ¡¿Estás bien?!— le tendió la mano, alarmada. Parecía que en cualquier momento le daría algo.

– Yo sí, pero ¿y tú?— el chico rió, aceptando la ayuda y poniéndose en pie. Se sacudió la parte trasera de su pantalón, escuchando aún las disculpas de su amiga. Sonrió, divertido. — No te preocupes, no ha sido nada. ¿Qué haces por aquí, Yachi-san?— preguntó, curioso.

La rubia estaba en la clase 3, y él en la 1, asi que durante  el horario escolar sólo se encontraban muy de vez en cuando en los descansos.

– Tenía que hacer un recado para mi profesora de Economía.— explicó la chica. Ahora que el bajito se fijaba, llevaba una carpeta entre sus brazos.— ¿Y tú qué haces fuera de clases, Hinata-kun? ¿Te han echado otra vez por quedarte dormido?

– No, no, nada de eso. No me e-encontraba bien, y el profesor me dejó salir un rato.— odió la forma en que su voz tembló.

– ¡¿No te encuentras bien?! ¡Tenemos que ir a la enfermería!— había vuelto Histérica-chan.

El número 10 de Karasuno negó rápidamente.

– ¡Estoy bien! ¡De verdad! Es sólo que...— se mordió la lengua. ¿De verdad iba a decirlo?

Su amiga, ya más calmada, lo miró, analizando todas sus expresiones.

Ojos evasivos, manos temblorosas, mejillas sonrojadas...

O estaba en medio de una crisis, o bien...

– ¿Te gusta alguien?— las palabras salieron de la boca de la chica sin pensar, causando que el contrario de quedara paralizado.

– ¿Cómo lo...?

El sonido del timbre que indicaba el cambio de clases lo interrumpió.

¿Tanto tiempo llevaban en el pasillo?

– ¡Oh, no! ¡Tengo que llevarle esto a mi profesora en seguida!— la chica abrió sus ojos alarmada, mientras apretaba la carpeta contra su pecho. Se dispuso a marcharse, pero no sin antes despedirse.— ¡Hinata, nos vemos en el descanso!

Y antes de que el mencionado pudiera reaccionar, Yachi se había ido.

Se quedó un momento parado. Algunos alumnos empezando a pasar por su lado para dirigirse a su siguiente clase.

Pero él en lo único que podía pensar era en las palabras de su amiga.

– ¿Y ahora qué hago yo...?

☀️

Bien, ¡hasta aquí el nuevo capítulo! Lamento los posibles errores, o si no era lo que esperabais.

¿Qué hará Hinata? ¿Se lo contará a Yachi? ¿O lo ocultará?

¡Nos leemos más adelante!



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⏰ Última actualización: Feb 28, 2019 ⏰

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Jugando a ser coqueto || TsukiHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora