Jóven || Klaus Mikaelson.

09. True friends

[verdaderos amigos]

Klaus se encontraba sentado en las escaleras tomando de su batido de frutilla mirando fijamente a Hope, que se encontraba leyendo unos grimorios en el comedor.

Cualquiera que viera a "Nik" mirar como lo está haciendo con su hija, dirían que le gusta. Como Turbo que encontraba entrando al gran salón con otros vampiros. La sonrisa de malicia apareció en la cara del moreno y se acercó al rubio, que estaba tan concentrado mirando a Hope que no se dio cuenta que su nuevo amigo se sentó a su lado.

— Te arrestarán por pedofilia.— susurra en el oído de Klaus, por lo que él híbrido del susto escupe su malteada tociendo, llamando la atención de algunos en la sala. También la de Hope, que lo mira con el ceño fruncido.

— ¿Que carajos, Turbo?— dice confundido y mira mal a todos lo que seguían mirándolo, haciendo que todos vuelvan a sus cosas, menos la trihibrida.

— ¡Oh vamos! Te vi viendo a cierta brujita.— dice con burla pestañeando rápido, por qué Klaus rueda los ojos y se para, tira su vaso en el basurero.— Todo un casanova, eh.

— No se de que hablas. Creo que la sangre de conejo que te dan te afectó tu cerebro de ardilla.— dice dándose vuelta y cruzando los brazos.

— No serías el primero en enamorarse de una menor, técnicamente Elijah cuando se enamoró de Katherine era una niña.— dice Turbo abrazando a Klaus por los hombros, éste lo mira con el ceño fruncido.— ¿Que?

— Eres raro.

Ambos siguieron hablando de cualquier cosa, bueno, en realidad Turbo hablaba, también le contó de lo emocionado que estaba por que en una semana era el show de talentos. De como unos vampiros le dijeron para hacer una banda a tocar en el show, hasta le contó sobre la canción que escribió.

Turbo se empezó a burlar de Klaus al acordarse del vergonzoso momento que tuvo con Caroline y del dibujo que encontró Ash de ella en el cuarto del híbrido.

Después de que Klaus le rompiera el cuello a Turbo y lo llevara al patio donde no estaban los niños para que no se asusten. Cosa que el mismo Klaus se sorprendió al hacer eso.

— Auch ¡Nik!— dijo en reproche el moreno al ver a su amigo a su lado comiendo un helado.— ¿Por qué lo hiciste?

— No te burles de mí.— dice serio escondiéndose los hombros, sigue comiendo su helado sin mirarlo.

— Ya se que soy un vampiro y que no muero, al menos sea una estaca de madera en el corazón.— dice acomodándose al lado del rubio.— Pero, no se le rompe el cuello a un amigo.

— ¿En serio?.— dice un poco sorprendido Klaus, se gira para mirarlo, ve la cara confundida de Turbo.— ¿Eres mi amigo?

— Viejo, ¡claro que sí!— grita con obviedad y asintiendo.— Obvio que lo eres Nik.— dice sincero poniendo una mano en el hombro de Klaus, este mira la mano de Turbo en su hombro.

Algo dentro de Klaus se removió, y lo que estaba por hacer se arrepentiría.

— Lo siento.— murmura.

— ¿Que, no te escuche?.— dice Turbo, si había escuchado, pero quería que lo dijera otra vez.

Ya que no era la primera vez que Klaus hacía algo malo con ellos y no pedía disculpas, siempre le restaba importancia a todo.

— ¡Lo siento!— dice fuerte llamando la atención de varios chicos que estaban afuera, y saca la mano de Turbo de su hombro con fastidio.

— ¿Puedes repetirlo?— dice sacando su celular.— Quiero grabarlo.

— Voy a romperte otra vez el cuello. —gruñe mirándolo mal, por lo que Turbo lo guarda rápidamente y levanta las manos en son de paz.

— Vamos, quiero un helado. —dice feliz y una sonrisa, típico en el chico. Si esperar respuesta del híbrido lo toma del brazo y lo arrastra hasta adentro del internado.

Pero lo que ni Klaus y ni Turbo sabían eran que había tres personas escuchándolos, bastantes sorprendidos por la nueva actitud del temible híbrido.

— ¿Klaus pidiendo perdón? Eso es nuevo, él nunca hace eso.— dice Hayley sorprendida tapándose la boca con la mano.

— Pero después amenazó con romperle el cuello, otra vez.— dice Freya con gracia.

— Niklaus sabe quiénes son las brujas.— dice Elijah sorprendiendo a ambas mujeres.— Pero no ha hecho nada, y conociéndolo bien, se que le gusta estar ahí.

— ¿Ser un puberto?.

— No. Tener amigos por como es y no porque le tengan miedo.— se acomoda su saco.— Volvamos a Nueva Orleans.