Embrujo

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PILAR y ROXANA eran amigas entrañables desde muy pequeñas, y hacían todo juntas, pasear, estudiar, jugar, compartír los mismos gustos, se turnaban para dormir una en la casa de la otra con mucha frecuencia, eran como hermanas.

Sus respectivas abuelas y madres, también fueron grandes amigas desde la infancia, y aquella amistad perduro por generaciones.

La abuela de PILAR había fallecido unos años atrás, y las muchachas iban seguido de visita a la casa de Doña SARA la abuela de ROXANA, una señora muy agradable que le encantaba estar cerca de su nieta y de su amiga, honrando así la amistad que tuvo con su abuela.

SARA le conto a las chicas, que élla y la abuela de PILAR jugaron con muñecos de vudú cuando eran jóvenes, culpando a la curiosidad propia de la adolescencia de esa época, y que aprendieron a hacerlo muy bien.

Tan bien, que los utilizaban con los maestros de la escuela, cuando no querían estudiar, haciendo que los docentes se enfermaran clavando alfileres en muñecos hechos con cosas personales de los maestros que lograban conseguir.

Las chicas no creían mucho en esas cosas, y tomaron la anécdota de SARA como una historia más de abuelitas, sin darle mayor importancia.

Todo era perfecto en la relación de amistad entre PILAR y ROXANA, hasta que conocieron al chico nuevo de la escuela, RICARDO.

Él era muy guapo, y ambas chicas quedaron impresionadas por el joven, y los tres se hicieron muy amigos.

Al poco tiempo, las cosas empezaron a cambiar entre las chicas, ya que ambas querían a RICARDO como novio, y sin darse cuenta, iniciaron una competencia muy mala por el amor del muchacho.

PILAR parecía estar más afectada por la situación, ya que siempre llamaba a RICARDO al móvil, para ver donde estaba, y al instante llamaba a ROXANA, asegurándose que no estuviera con él, era una verdadera obsesión.

-Sabes PILAR, nuestra amistad cambió mucho, las dos estamos enamoradas de RICARDO, y eso ha hecho que compitamos por él.

-Yo te quiero mucho, pero esta vez no voy a dar el brazo a torcer, como lo hacía cuando éramos niñas para darte el gusto porque querías ganar siempre. Aunque te duela mucho, debo decirte que RICARDO me pidió que sea su novia, y yo acepte, no queremos frecuentarte más, pues te comportas como una loca, y esa conducta que tienes, fue la que ayudo a que él y yo estemos juntos ahora. Por favor, aléjate de nosotros. ¿Estas allíholahola?

Estas fueron las palabras que ROXANA le dijo a PILAR por teléfono, quién solo atinó a dejar caer su móvil sin decir nada.

En ese momento algo sucedió en la mente de PILAR, era como si se hubiese transformado en otra persona, mientras las lágrimas caían por su rostro por el dolor de haber perdido a su amiga, y al chico del que estaba enamorada.

PILAR, recordó que días atrás ROXANA y RICARDO, durmieron en su casa, y dejaron objetos personales.

Pasaron unas semanas, ROXANA y RICARDO no volvieron a saber de PILAR, y una noche mientras miraban una película en casa de ROXANA, surgió el tema.

-¿Sabes algo de PILAR?- preguntó RICARDO.

-Nada, yo le pedí que se alejara de nosotros, y sinceramente me preocupa un poco, pero era lo mejor, creo que desde la pérdida de su abuela, jamás volvió a ser la misma.

-Pero ¿qué es eso?

En ese momento a ROXANA le pareció ver por la ventana una silueta parada mirándolos fijamente, eso la asusto mucho, pero al asomarse por la ventana ya no había nada.

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