Leyendas Del Mundo

El Mendigo

JAVIER, salió ebrio de un bar de la ciudad, caminaba bamboleante a su casa para dormir y descansar, no sin antes avisarle a su novia:

-GISELAholaya voy para casa, te confieso que los tragos me afectaron un poco, pero sabes que me gusta, te llamo apenas llegue, ¡te amo!

-Por favor JAVIER yo te amo, pero debes dejar de beber tanto.

El joven, incómodo por los consejos de su novia, prosiguió su caminata tambaleante, sin darse cuenta que se desvió hacia un callejón oscuro.

Era el típico lugar oscuro y sucio, nada fuera de lo común, salvo que un mendigo se encontraba sentado en la orilla de la calle, en las sombras, con su mano extendida en clara señal de que solicitaba alguna limosna.

El mendigo dejaba ver sólo su mano extendida, ya que su cabeza estaba cubierta por una capucha, y su miraba dirigida al suelo impedía verle el rostro.

JAVIER, estaba ebrio y de mal humor, así que no reacciono de buena forma cuando el mendigo le pidió dinero:

-Buenas noches, por favor ¿me da algunas monedas para comer?dijo el mendigo con una voz debilitada.

-No me molestes ¿de dónde saliste tú? por aquí no hay mendigos, tal vez te sirva de algo mi saliva. JAVIER, escupió la mano del hombre, sonrió, y continuó el camino a su casa, mientras que el mendigo no reaccionó en absoluto.

Unas cuantas calles después, JAVIER se detuvo para vomitar, parecía que el trago no le había caído bien, algo raro en un bebedor experto.

Para su sorpresa, al borde de la calle, sentado y con la mano extendida, se encontraba nuevamente aquel mendigo. JAVIER estaba ebrio, sí, pero no tanto como no darse cuenta que era muy extraño, que el mendigo llegara primero a ese lugar.

-¿Pero qué diablos? ¿Cómo llegaste aquí mendigo sucio, acaso me estas siguiendo?

-Buenas noches, por favor ¿me da algunas monedas para comer? -repitio el mendigo, pero esta vez con una voz gruesa y más fuerte.

-¡Vete al demonio! – Le dijo, y volvió a escupirlo.

JAVIER, aceleró el paso hasta su casa, al llegar cerró la puerta tras de sí, y antes de dormir, recordó llamar a su novia:

-GISELA, mi amor ya llegue a casa, estoy muy cansado me voy a dormir. ¿Sabes que me paso algo muy raro?

-¿Qué te sucedió amor?

-Camino a casa me tope con un mendigo, cosa poco común por estos lugares, el tipo no me mostraba su rostro, pero me pedía dinero, aunque lo más desconcertante, fue que luego de caminar varias calles, allí estaba de nuevo el asqueroso, fue más rápido que yo además...

Su novia lo interrumpió súbitamente, y con una voz temblorosa y muy nerviosa, le contó algo a JAVIER acerca de este mendigo, una leyenda urbana en la cual ella sí creía:

-Miamor, por favor dime dime, que le diste un par de monedas, por favor se que estas ebrio, y como te pones de mal humor, pero por favor ¡DIME QUE LE DISTE UN PAR DE MONEDAS! - Le decía GISELA muy alterada por teléfono.

-¿Pero qué te pasa mujer? ¿porqué te pones así? no me grites ... mejor me voy a dormir

-Espera JAVIER, escúchame, escúchame por favor hay una leyenda sobre un mendigo, que no muestra su rostro, el cual te pide dinero para comer, pero si a la segunda vez no le das nada, se presenta y toma lo que necesita para saciar su hambre, ¡DEBISTE DARLE ALGO!

Se que parece una locura, pero es verdad, tú sabes que yo creo en esas cosas ¡ESE MENDIGO NO ES HUMANO!

Voy para tu casa, por favor espérame y no salgas, no vuelvas a salir hasta que yo llegue ¡el no puede entrar a tu casa!

-Estas loca GISELA, has como quieras

JAVIER estaba muy cansado y con sueño, para poner atención a las historias de su novia, que salió rápidamente para su casa.

JAVIER seguía con muchas náuseas, algo inusual, esto no lo dejaba dormir, al cabo de una media hora, GISELA habia llegado, y golpeaba la puerta de la casa desesperada:

-JAVIER abreme ya llegueabreme

-Sisi ya voy

Aún mareado fue a abrirle la puerta a su novia, solo para percatarse de que no había nadie allí. Salió de la casa a paso lento:

-GISELA?dónde estas?

JAVIER cayo de rodillas de la impresión, al ver al mendigo frente a la entrada de su casa, con su mano extendida, pero esta vez el mendigo levantó lentamente la mirada, para mostrar por fin su rostro, que no era otra cosa que el mismo rostro de JAVIER, pero sin ojos, solo cuencas vacías, y avejentadodiciéndole

-Buenas noches¡VENGO A COMER!

Esta vez su voz era fuerte y sonora, parecía calar hondo en los huesos del aterrado JAVIER, quien empezó a tener ataques de vómitos sin parar.

Vómitos que depositaba sobre el mendigo, quien empezó a comer todo lo que expulsaba JAVIER, su lengua, sus órganos internos, pedazos de sus pulmones, era como si todo estuviera pudriéndose dentro suyo, hasta que ya no quedara nada más que JAVIER pudiera echar de sus entrañas.

Unos minutos después, al fin GISELA llegó a la casa de su novio, solo para encontrar esta escena macabra, que provocó sus gritos y llanto al ver el cadáver de JAVIER o lo que quedaba de él, solo un trozo de piel sin huesos ni órganos.

GISELA, comenzó a correr sin rumbo mientras lloraba desconsoladamente por lo sucedido, corrió tanto en la penumbra de la noche, que sin darse cuenta quedo en una calle oscura.

Allí, en la orilla de esa calle, estaba sentado un mendigo con la mano extendida, en claramente intención de recibir unas monedas.

GISELA comenzó a caminar paso a paso, acercándose cada vez más al mendigo, sabiendo que no podia regresar, y que debia pasar por alli. Trato de no mirarlo, y al acercársele, escucho lo que pensaba:

-Buenas nochespor favor ¿me da algunas monedas para comer?

Sabía que si no le daba algunas monedas en ese momento, lo volveria a encontrar unas calles más adelante, y luego estaría condenada igual que su novio.

Tenía claro lo que tenia que hacer, asi que aunque estaba al borde de desmayarse por el miedo, abrio su cartera, hurgó dentro de ella unos segundos, un escalofrio recorrio toda su espalda, mientras dejaba caer su cartera al suelo, al darse cuenta que por salir tan apresurada para ver a JAVIER

!! SU MONEDERO SE HABÍA QUEDADO EN CASA... !!