Mejor que no lo veas.

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-En realidad todo la escena de la caja era sólo una excusa para que volviera a tus brazos.-Hoseok puso los ojos en blanco, ya empezaba otra vez.

-Por esa actitud no tenemos nada serio.-Contestó acomodándose en el pecho del menor, quien falsamente indignado soltó una exaltación.

-Sé que no es la única pega que me pones, además, hieres mis frágiles sentimientos.-El pelirrojo dejó escapar un breve carcajeo. Ese chico era increíble, ¿Cómo era que aún conservaban una bonita amistad? Si no fuese por el cariño incondicional que le profesaba y por el tiempo que se conocían, hacía mucho que le hubiera echado a patadas.

-¿Acaso tienes unos?-Cuestionó vacilante, asumiendo que Jungkook lo miraría. El pequeño curvó sus labios arrogantemente, acariciando la mandíbula de Hoseok, provocando un estremecimientoen en él por el suave contacto.

-Bueno, estamos bien de esta manera...aunque si me pides que sea tu novio porque ya no soportas los celos de verme con otros, te corresponderé porque sé que no podrías vivir sin mí. -El que escuchaba se apartó con el ceño fruncido, subiendo su mirada desafiante.-Tengo un corazón tan bondadoso.

-¿Por qué arruinas siempre el buen ambiente?-Apeló el pelirrojo sin verdaderamente comprender esa necesidad que tenía de remarcar las cosas. Jungkook se limitó a encogerse de hombros, todavía manteniendo su mano bajo su mentón.

-Sólo digo lo que es cierto, reconozco que estoy para comerme.-Alzó repetidas veces las cejas mientras que lo apegaba a su abdomen. Sus narices se rozaban y el aliento templado de ambos se mezclaban por la falta de espacio.

-Eres demasiado egocéntrico para casi tener la mayoría de edad, ser humilde no estaría mal.-Acusó Hoseok en un tono pesado, no había quien lo cambiase. Se sorprendería el día que no le mandara comentarios inapropiados y subidos de tono.

-Tampoco estaría mal una segunda ronda.-Atrapó sus labios en un hambriento beso que consiguió romper con gran esfuerzo Hoseok, separándose y logrando sacar un puchero en el rostro más angelical.

-¿¡De dónde sacas tanta energía!? No es posible que sigas teniendo tantas ganas de...-Exclamó perplejo por su actividad física, él, en cambio, estaba completamente exhausto.

-Es tu culpa Hyung, es que eres tan adictivo.-Mordió ligeramente su cuello sin recibir protesta del mayor, quien se limitó a resignarse. Suspiró con vagueza al notar como iba volviendo a bajar por su clavícula y dejando pequeñas marcas que después le tocaría tapar.

-Asumo que te quedarás a dormir, ¿no?-Supuso el que estaba siendo nuevamente atacado con caricias y besos, Jungkook sencillamente emitió un breve sonido dando a entender que sí y ronroneando ascendió al espacio entre su lóbulo derecho y la piel expuesta. Mordió con maldad y perversión dicha carne tan sensible, provocando que Hoseok jadeara en el proceso. Satisfecho, alzó su vista y se apoderó de sus labios finos y deliciosos.

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La mujer cogió la taza de café que le había preparado su querido hijo y dio un sorbo, deleitándose con el sabor. Su hijo tenía un talento innato para preparar el mejor café del mundo, le salvaba tantas mañanas en el trabajo gracias al dichoso líquido que recargaba sus fuerzas vitales. Se sentó a su lado, dejando de lado la taza.

-¿Y dices que el vecino te ha echado una mano?-Jimin asintió terminándose el cruasán de frambuesa que había comprado ayer.-¡Qué gente tan buena! Se lo tengo que agradecer apropiadamente, me siento muy mal si no lo invitamos al menos a cenar.

-Bueno, se lo puedo preguntar en la tarde, en todo caso está justo en frente.-Se levantó y dejó su plato y el de su madre en el fregadero, quien lo miraba con ternura.

Ⓕⓤⓒⓚ the International ⓟⓛⓐⓨⓑⓞⓨ! || KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora