Capítulo 4

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RENÉE


Camino siguiendo los pasos de Arden, quien por cierto me prohibió llamarlo por su nombre cuando no estuviéramos solos, puedo sentir la mirada de muchos hombres y de cierta manera me siento muy incómodo, ellos se ven algo salvajes. Aún no hemos entrado al edificio del club, Oswald camina a unos cientos metros detrás de mí, ya que Hound lo ha puesto como mi niñera dentro del club.

Un silbido algo ronco y escandaloso me hace detener el paso, Oswald me observa callado mientras Hound sigue su camino sin inmutarse.

-¿Se te perdió algo?- Oswald camina de manera apresurada hasta ponerse a mi lado, un hombre bastante mayor, lleno de tatuajes me devuelve la mirada encolerizado.

-Perra, ¿Necesitas que te dé lecciones de respeto?- Su voz es ronca y profunda, las palabras de Hound pasan por mi cabeza, no seré su mujer, pero a mí ningún macho agrandado me va a faltar el respeto.

-El que necesita lecciones de respeto eres tú- Oswald toma mi muñeca de manera brusca, el hombre se levanta llamando la atención de todo el mundo, su chaleco no tiene rango, y según lo que Hound me explico, solo es un miembro. Mi mano izquierda, la que Oswald no tiene tomada se dirige a mi cintura.

-Vamos a ver si con esto cierras esa maldita boca, puta- De su chaqueta el hombre saca una pistola, los hombres de alrededor se comienzan a acercar y el ambiente se pone más tenso. Sin pensarlo saco mi pistola y apunto su sien. Suspiros ahogados se escuchan y un hombre pide que llamen a Dragón, los ojos del hombre por un momento demuestran miedo, y como auto reflejo presiona su arma -¿Siquiera sabes utilizar eso mal parida?- Saco el seguro y sin despegar mi vista de sus ojos disparo. El ambiente se vuelve silencioso, el hombre suelta su arma sorprendida, mientras una de sus manos se dirige a su corazón la otra roza la herida que la bala ha hecho en su mejilla.

Un golpe fuerte en mi costado me manda al suelo, mi arma sale volando, pero aún sé defenderme, el hombre me tiene de guata a la tierra, levanto mi cabeza de manera rápida dándole un cabezazo que lo deja algo anonadado, me impulso con los brazos levantándome y en el proceso pateo su rostro dejándolo totalmente noqueado en el piso. Gritos y amenazas se escuchan mientras un círculo se forma a mi alrededor, otro hombre dispuesto a volver a taclearme corre hacia mí, de manera rápida me agacho y tomo sus piernas arrojándolo al piso, y para un toque final le doy una patada en el estómago. Cuando un tercer hombre se dispone a atacarme un grito ensordecedor hace que todo el mundo se suma en silencio.

-¡Maldita seas cariño! Lo único que te pedí fue que te mantuvieras callada- Hound se acerca furioso, me encojo en mi lugar, de cierta manera me recuerda a mi padre -Recoge tu arma y métete en el auto. ¡Oswald!-El aludido aparece pálido como una hoja de entre el tumulto de testosterona- Si tienes un mínimo deseo de seguir siendo nuestro prospecto iras con Renée al auto y no la dejarás salir, un solo alboroto más causado por esa pequeña criatura y serán tus bolas las que cuelgue desde la oficina- El pobre hombre se vuelve aún más pálido y solo se dedica a asentir, un hombre, mejor dicho, un chico de cabello castaño y ojos verdes me observa sonriente mientras me tiende mi arma.

-Se te perdió esto pequeña serpiente- Tome mi arma algo sorprendida por el mote, mi hermano pequeño solía llamarme de esa manera por como me movía en el ring, le sonrió de manera sincera y  mientras sigo la espalda de Oswald en dirección al auto, me volteo gesticulando gracias.

Oswald toma el asiento del piloto, mientras yo el de copiloto. Nos sumergimos en un silencio bastante incómodo, recuerdo las palabras de Hound y un pequeño sentimiento se apodera de mi pecho.

-Lamento haberte causado problemas- Oswald se gira de manera abrupta.

-No tienes nada que lamentar, has hecho algo que muchos hermanos llevan tiempo deseando ver- Oswald me sonríe, tiene unos dientes bastante blancos que de cierta manera contrastan con su pelada -Apple lleva jodiendo a las culos dulces y las viejas damas de todos, así que se merecía un buen susto- 

-De todas maneras Hound te ha amenazado por mi culpa- Suelto un suspiro

-Hound es pura boca frente a los hermanos, solo reacciono de esa manera porque tu culo se veía bastante sexy derribando a los hermanos- Una carcajada brota de mi garganta y es seguida por una de Oswald.

-¿Por qué todos tienen apodos tan raros y a ti te llaman por tu nombre?- Oswald levanta una de sus cejas.

-Aún soy un prospecto, y que sea uno no significa que vaya a entrar al club- Los ojos de Oswald pierden un poco su brillo mientras observa a los hombres del club conversar y beber en el patio de su territorio -El apodo te lo ganas, pero tú lo eliges, depende de tus habilidades y como quieras enfocarlas- Solo me dedico a escucharlo, Oswald tiene la apariencia de no ser un hombre muy hablador -Hound, es un ejemplo fácil de explicar, donde sea que estés, él podrá encontrarte- 

-Sabueso- Ahora comprendo el apodo extraño.

-¿Eso fue español?-  Sonrío en su dirección y le doy un leve asentimiento. 

Un extraño hormigueo se expande por mi espalda, acompañado con un calor abrumador, siento como si me acariciaran con fervor y recorrieran hasta el borde de mi alma... Tengo miedo de voltearme, es un sentimiento arrollador, temo que me derriba y me observe quien quiera que sea la persona que me está viendo en este momento. Me volteo lentamente hacia la ventana, esta da a un edificio de tres pisos que se encuentra a obscuras, las únicas ventanas que dan hacia mí están en el tercer piso.

-¿Qué hay en ese edificio?- Oswald voltea, observa hacia donde mi dedo apunta y luego me mira algo consternado.

-Es el edificio madre, lo que me estás apuntando es la oficina privada de Dragón- 

-¿Oficina privada?- Él asiente sin dejar de observar al mismo punto que yo... Esas ventanas.

-Solo hay dos hermanos que tienen permitido entrar, Hound y ... - Nuestra conversación se ve interrumpida por el tono de llamada del teléfono, que yo supongo, pertenece a Oswald. 

-Adelante, prometo hacer oídos sordos si tiene que ver con cosas de tu club- Algo receloso Oswald contesta. 

-Diga- La conversación que mantiene Oswald dura un par de minutos, en donde él solo se dedica a escuchar, sin darme cuenta comienzo a dormitar -¿No me vas a acompañar?- La voz de Oswald hace que reaccione -Estaré bien, no te preocupes- Con eso la conversación llega a su fin.

-¿Todo en orden?- 

-Debo llevarte a tu hogar- 

-¿Hound?- Oswald niega y yo asiento, provocando en ambos una sonrisa -¿Conoces a Daniela? La novia de Grant...- 

-¿Vives con Grant y Daniela?- Solo le sonrío -Espero desde el fondo de mi ser que tengas el sueño pesado, porque esos dos tienen prohibido quedarse en la casa club por ser bastante ruidosos-  Oswald solo se ríe mientras observa mi expresión de asco.

-Solo llévame a casa- El gran hombre solo enciende el auto, soy consciente del camino hasta que llegamos a la carretera, el sueño se apodera de mi cuerpo y sin darme cuenta me pierdo.

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