Veneno

Capítulo 16

ITALIA...

LOCACIÓN DESCONOCIDA...

APROXIMADAMENTE 5 AÑOS ATRÁS...

RENÉE

Siento como lentamente mi cuerpo comienza a despertarse, siento como si cada parte de él pesara toneladas, abro lentamente mis ojos y me sorprendo. Me han cambiado de celda, no, esto es algo parecido a un galpón...

¿Qué paso?... Dios... Adriano.

Se llevó mi golpiza del día por tratar de detener a su padre, por amenazarlo con contarle a mi madre que es lo que realmente él hacia con mi cuerpo por las noches...

Observo mi cuerpo, todo golpeado, con heridas sangrantes y moretones marcando cada aguja que han inyectado en mi cuerpo...

Estoy sola y encadenada, no tan restringida como en la celda, pero mi cuerpo duele tanto que apenas soy capaz de cambiar la posición de mis piernas cada cierto tiempo.

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No sé en qué momento caí dormida, observo lo mejor que puedo el lugar, es un galpón bastante grande, sucio, al parecer abandonado. El moho recorre las paredes y el olor a humedad me golpea, cierro mis ojos y me concentro en tratar de escuchar algún sonido... Nada, cuando estoy a punto de rendirme escucho gaviotas, algo lejanas, pero puedo distinguir el sonido.

Los días pasan o al menos eso creo, nadie ha venido por mí, no sé si sentirme agradecida o no, muero de hambre y sed, pero no he sido violada noche tras noche, por lo cual duermo la mayor parte de la noche. Algunas veces las pesadillas me persiguen, son inevitables, crudas, y no se detienen.

Deje de intentar moverme, sin comida, sin agua, con las heridas aun medias abiertas no tengo fuerzas, el concreto húmedo contra mi espalda me ha dificultado respirar últimamente ¿Me habré resfriado? ¿Cuánto tiempo me quedará? ¿Moriré al fin esta noche?

El sol llega directo sobre mi rostro, el único calor que puedo sentir últimamente, lo único que puedo obtener en mi situación, cierro los ojos y disfruto la única cosa que en realidad me mantiene con vida. Siento como el sueño comienza a mellarse en mi cuerpo...

El sonido de un motor me sobresalta... Han venido por mí, después de algunos días... Tal vez piensan que ya estoy muerta. Dios y podría estarlo, hace un tiempo que no miro mi cuerpo y trato de ignorar el olor que desprenden mis heridas.

Las puertas del galpón hacen un ruido seco cuando se abren, puedo escuchar los pasos del hombre mientras se acerca hacia mi cuerpo.

-Te estoy diciendo malnacido que me dejes disfrutar de mis jodidas vacaciones, tus problemas con tu puta no me importan- El hombre habla ingles, estadounidense, la voz se me hace ligeramente conocida, pero con todo lo que he pasado creo que ya me he vuelto loca.

Cuando siento sus pasos detenerse, giro mi cabeza con todas mis fuerzas para poder observarlo, el sol aún calienta mi rostro mientras mis ojos se abren e intento enfocar al hombre.

-¡Por todos los santos!- El grito del hombre me sorprende, si lo han mandado a buscar un muerto creo que él se ha llevado una sorpresa -¿Eres la jodida puta agresiva del prez?- El hombre comienza a murmurar, maldiciones y exclamaciones que me cuesta escuchar -Dios, ¿Renée?-

Trato de hablar, pero mi garganta arde por los días que han trascurrido y sin la suficiente fuerza no soy capaz de removerme.

-Jodida mierda en la que te has metido para acabar aquí niña- Su voz ahora suena condescendiente, casi como si tuviera lástima de mi estado -Solo buscaba un trabajo fácil, digo, deshacerte de un cuerpo no es difícil, diablos me han ofrecido una maldita millonada por tirarte en alguna parte-