4 de agosto, 2018.

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4 de agosto, 2018.

Kurt se acostó en su colchón con cierta molestia. Cierta molestia de sentir el dolor que está retorciéndolo por dentro. Ya va una semana en que su madre falleció, y su cerebro parece apagarse cada día más. No es raro que piense cosas como «quiero terminar conmigo», «soy un blanco infeliz» o su favorita: «ya no quiero volver abrir los ojos».

Sin embargo, a medianoche llega el único momento del día donde se siente vivo: Darkness aparece. Y nunca falla. Siempre llega ni bien se cumple el horario, sonríe como si no existiese la tristeza y hace de una madrugada oscura a una entretenida. Antes solía quedarse media hora porque Kurt necesitaba dormir y lograba hacerlo, ahora que su ansiedad es más alta que su cansancio, Darkness le da una dosis de charlas y risas.

Por la noche bailaron rock 'n roll en volumen precario para que nadie de la casa despierte, jugaron las cartas —las cuales Kurt ganó todas las partidas—, contaron cuentos de terror y hablaron sobre los problemas que atormentan al rubio, pero incluso con las palabras sabias del pelirrojo, Kurt no puede cambiar su perspectiva de ver las cosas. Pero, al menos, se siente cómodo con aquel hombre, y es extraño porque con la única persona que lograba sentirse cómodo era con Krist, así que es un avance. Ni siquiera con su madre podía estar tan ambientado como estaba con su ex mejor amigo. Y parece que Darkness se ganó el puesto que quedó vacío después de Krist.

Estuvo asistiendo al colegio, y para su buena suerte, todo está funcionando mejor. Pero aún así Kurt ve las cosas en negativo.

En la hora del almuerzo, normalmente Ryan y sus amigos deportistas presionaban a Kurt contra un casillero hasta que le entregara toda la comida que Wendy preparaba para él, dejando al pobre rubio sin comer durante más de ocho horas de escuela. Así que Kurt evitando encontrárselos, se escondía en los baños mientras comía su alimento sentado en uno de los inodoros y llorando. La mezcla de llanto, con la garganta apretada y el sándwich de carne nunca era una buena opción; por lo que el rubio terminaba levantándose del retrete para poder inclinarse a vomitar.

Ahora ya no es así, por el contrario, Ryan y sus amigos deportistas invitan al rubio a comer en su mesa. No le roban la comida, bromean pensando que son graciosos cuando realmente no lo son para Kurt, e intentan aparentar que nunca lo trataron mal como si todo hubiese sido un malentendido. Cuando para Kurt fueron años de infierno y no logra perdonarlos del todo, incluso a Ryan.

—¿Qué tienes hoy? —preguntó Darkness sentándose en el final de la cama.

Kurt observó la alarma al lado del colchón notando que apenas es 00:17 am. Darkness ha estado tratando de interrogarlo desde que llegó, pero el rubio no cuenta mucho.

—Es que, sólo te quedas durante la madrugada. Y cuando sale el sol, ya no me siento vivo porque eres la única persona que logra hacerme sentir de esa manera. Estoy comenzando a detestar el sol porque tú nunca estás cuando él aparece.

—No hagas eso. —se levantó Darkness de su cama.— Jamás odies a la luz.

—Disculpa, creí que odiabas el sol.

—Odio la luz, no el sol. —niega Darkness y le extiende una mano.— Vamos.

—¿A dónde?

—A tener una madrugada eterna.

Kurt no sabe qué planes tiene Darkness, porque siempre una idea pasa por su cabeza a último momento, pero de igual manera confía. No sabe cómo es que confió tan rápido en Darkness, sólo sabe que desde el momento que apareció en su balcón fue el ángel que lo salvó. Incluso, Kurt está seguro que si no fuese por Darkness, entonces se habría suicidado después de la muerte de su madre.

Darkness. [KurtAxl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora