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*Leo*

Despierto pensando lo mismo cada día, encontrar a mi mate, desde pequeño me han dado todo lo que he querido, pero conforme fuí creciendo me ahogaba más y más en ese deseo de encontrarla y no importaba cuántas o qué cosas tuviera, nada sería suficiente para llenar es ese inmenso vacío que dejaba en mi.

Me bañé, cambié y baje a desayunar, me dirigí al comedor donde se encontraba, mis padres y hermana.

- Buenos días, ¿Quieres desayunar?, Sebastián!.

- Si, mi señora.

- No, Yo iré a revisar si no hay rastro de invasión por el área.

- Deberías comer algo, hermano.

- No, gracias, Matt ya me está esperando.

Al abrir la puerta mi padre dijo:

- Ojalá la encuentres.

Volteé a verlo con cara de confusión y dije:

-¿Como?...

Cerré la puerta y me transforme, empecé a correr lo más rápido que pude entre los árboles cubiertos de una blanca, fría y pura nieve, de pronto sentí ligeramente un olor a lavanda y rosas, un olor tan dulce, quería olerlo más y más, al sentirlo Sun, mi lobo, gritó.

- ES ELLA!, NUESTRA MATE LA HEMOS ENCONTRADO.

Seguimos el olor hasta llegar a la orilla de un lago, al otro lado de este, había una chica con un hermoso cabello largo y plateado, atado, con algunos cabellos volando en el viento como si fueran hilos de plata.

Una piel tan pálida y una cintura tan delgada que aparentaba no haber comido bien nunca, una estatura de aproximadamente uno setenta con piernas largas, sus cejas eran redondeadas, limpias y perfectamente cuidadas, unos labios rojizos que parecían tan delicados a la distancia, una nariz recta y lisa, sus pestañas eran largas y gruesas, mientras que sus ojos con un iris color morado, mientas que su pupila era violeta que se volvía lila conforme se acercaba a la pupila, profundos, dirigiéndome una mirada fría y....muerta.

Corrí hacia ella, y ella empezó a caminar hacia mi, me sentí tan feliz, pero, el hielo de pronto se rompió y de un momento a otro ella cayó al agua, salté al agua transformandome en mi forma humana, no podía perderla, NO A ELLA!.

La saqué y la cargué, hasta llegar a casa, abrí la puerta, entré y grité: LLAMEN AL DOCTOR!, en ese momento todos se alarmaron, y vinieron hacia mí, al ver a la misteriosa chica que llevaba en brazos, todos estaban sorprendidos, yo estaba....llorando, no sé como, ni cuándo, pero en ese momento Sun me gritó:

- NO TE DISTRAIGAS!!!.

La llevé a mi cuarto y llamé a las sirvientas, para que la ducharán con agua caliente, la vistieran y acobijaran para entrar en calor, me retiré a mi oficina, no paraba de caminar en círculos, cuando mi madre tocó.

- ¿Podemos hablar?

- Si, adelante.

- Ella está empeorando, ¿Quién es?

- Mi mate.

- No sabes nada de ella, puede lastimarte puede...

- Ella no es peligrosa.

- ¿Estás seguro de eso?

Me quedé en silencio por un momento.

- Cuando despierte tráiganmela.

- Si, Leo.

Horas más tarde Sebastián llamó a la puerta.

- ¿Amo?

Él Es Mío Y Solo MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora