#18

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Mi cabeza daba vueltas, mi respiración se agitaba, mi corazón comenzaba a palpitar rápidamente y mente se quedó en blanco.

El no estar "conciente" no era desaparecer, era como si durmiera, como si me teletransportara a un pastizal con un gran roble plantado en el centro, algunos grillos que se oían a la distancia y una que otra flor silvestre, ahí me encontraba yo, dormida al pie de ese gran roble, sintiendo las refrescantes ráfagas de viendo contra mi rostro.

Era un lugar que yo definiría "mi lugar feliz".

Era pacífico, el sol era cálido y el viento en mantenía fresca, pero ese lugar podía cambiar dependiendo de lo que sucediera fuera de el, mientras yo en mantenga durmiendo no puedo controlar lo que pasé afuera.

Vagamente recordé la primera vez que sucedió, estaba en mi habitación, castigada por el olor del cigarro impregnado en mi ropa, no dejaron que Cole estuviera conmigo, eso me desquició.

De un momento a otro todo desapareció, al reaccionar estaba en un parque, ya había oscurecido, hacía frío, mi ropa estaba cubierta de sangre y en mi boca había un conejo o lo que quedaba de uno, mi cabello estaba hecho un desastre, solté el conejo, el sabor de su sangre persistía en mi boca, Cole me miraba fijamente detrás de un árbol su mirada no mostraba disgusto alguno, solo eran indiferentes y de alguna forma parecían satisfechos, una sonrisa torcida se dibujó en su rostro.

Se acercó a mí y me ayudó a levantarme, me cubrió con su abrigo y caminamos tomados de las manos hasta llegar a lo que alguna vez llamé "hogar".

Ahora que lo pienso, Julietta y yo nunca pudimos llevarnos bien, tampoco es como si realmente lo hubieramos intentado, desde que tengo memoria ella me odiaba, me miraba atentamente desde los rincones, ella era inteligente y hermosa, pero siempre la comparaban conmigo era algo molesto para mí e imagino que para ella era un infierno.

Ella anhelaba todo lo que yo tenía, no hacía falta ser inteligente para notar su constante deseo de eliminarme, todo lo que ella quería se lo daba discretamente se lo dejaba a ella, no me molestaba no era nada que yo realmente quisiera o necesitara, me pregunto el por qué le dedicaron su vida entera a una hija que no era la suya, mientras que a su propia hija la dejaron de lado.

Enfermos de mierda.

Pero había algo que ella no podía conseguir por más que intentara y era lo único que no estaba dispuesta a darle y ese era Cole, ella es el tipo de persona que cree firmemente que si consigue todo lo que tengo será feliz, ese tipo de historias no acaban bien, estaba dispuesta a dar cualquier cosa con tal de saciar su asqueroso deseo de tenerlo todo, o así era hasta que puso sus ojos en Cole.

Ella lo perseguía constantemente, a todos lados incluso cuando se iba a duchar, hubo varios intentos de ella metiéndose desnuda con él, me parecía entretenido ver cómo Cole la empujaba bruscamente fuera del baño.

Un día salí sola con algunos conocidos, mis padres habían salido en un viaje para tocar su música como era común, ellos casi nunca estaban en casa, Alec era un chico que atraía tanto hombres como mujeres, pero a él solo le atraían los hombres, él era muy selectivo con quién se acostaba y quién no, era solo un poco más alto que yo, esbelto, ojos color miel y rasgos finos, era bastante narcisista y no toleraba las relaciones, tenía uno que otro chico, para él el placer era lo más importante.

Y Marie una chica de piel oscura, cabello rizado, ojos cafés, con un cuerpo digno de envidiar, ella era dulce, divertida, pero cuando se enojaba era aterradora, ella creía mucho en el amor y en cómo conectar, a diferencia de Alec.

Yo no me atrevería a llamarlos amigos.

Nos encontramos y fuimos a un bar a beber un trago y pasar un buen rato, una hora después el ambiente del lugar me sofocaba por lo que me fuí.

Él Es Mío Y Solo MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora