11. HUELLAS DEL PASADO
Abrió los ojos jadeando, cansada y confundida. ¿Qué...? ¿Qué acababa de pasar? ¿Estaba en la habitación? Si. Esa era su recamara, y asustada recorrió todo con pánico. No sabía si él estaba allí y el miedo la superaba. Cuando se supo sola tocó su cuerpo, lentamente pero seguro se confirmó que no tuviera una herida aunque sabía que en el sueño no la había lastimado.
Inevitablemente sus dedos llegaron hasta sus labios y se estremeció. Estaban calientes.
¿Qué...?
¿Qué estaba pasando?
Cada célula se encontraba en alerta máxima y un sonidillo desagradable comenzó a resonar en todos lados. ¿Por qué sentía su cuerpo estremecido? ¿Por qué temblaba de esa manera? Y lo más aterrador, ¿qué era esa sensación que se mezcabla con el miedo de aquella forma tan atrayente?
No, no, no, y no. Fuera lo que fuera no era nada bueno. La cama que sostenía su cuerpo fue insuficiente para contener toda la ansiedad, el miedo, la inseguridad y la angustia por lo desconocido.
Tenía que poner todo el orden. El caotico desastre debía desaparecer y la normalidad, o lo que recordaba de ella, tenía que volver. Buscaba desesperadamente olvidar la sensación de esas manos sobre su piel, de ese beso robado y prohibido, ese beso que nunca debió ocurrir. Esa lengua jamás desbió buscar la de ella.
Nunca debió pasar.
El cuerpo de Alejandra se internó cada vez más entre oscuros y húmedos pasillos. Aquello era un laberinto. La puerta de la ofina donde el homicidio había tenido lugar aún tenía una cinta amarilla que resaltaba "No Pasar". Sus pies de detuverieron frente al lugar y un frío extraño comenzó a hacerse sentír. Un inusual olor se dejó notar, y, aunque quería entrar y estár en contacto con los recuerdos de la hermana, sabía que era peligroso. Incluso su alarma pareció estallar y gritarle: "¡Vete! ¡Lárgate! ¿Acaso no sientes la maldad y oscuridad que emana de este lugar?" Y pareciendo una loca, así lo hizo. Corrió y corrió hasta que una delgada capa de sudor cubrió la piel.
Aquello había sido de locos. Si alguien hubiera dicho hace un año que iba a pasar por todo esto lo habría tachado de demente al instante. ¿Cómo una vida tranquila y llena de paz se transformó en una montaña rusa sin frenos? Era de desquisiados.
No fue hasta que levantó el rostro que notó que no sabía donde se encontraba. Un gemido lastimero emergió de sus labios.
––¡Genial! Sencillamente genial ––farulló––. ¿Y ahora por qué no se estrella un meteorito contra la tierra y me estripa?
Una colección de quejas y frases ahogadas saieron como el corcho de una botella. Era increíble. Realmente lo era.
<<¡Vamos! Ahora sólo falta que me pierda y muera de inanición>>
Una piedra la hizo tropezar y cayó de rodillas en el suelo frío y cubierto de rocas sueltas.
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Relaciones Peligrosas PAUSADA
ParanormalAlejandra ha crecido sabiendo que será una religiosa. Nunca soñó con un esposo amoroso que la llene de caricias y besos, hijos abrazandola y una mascota corriendo en el jardín, ya que sabe de una promesa que salvó su vida y que debe cumplir. Ilusio...