Declaración

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- Buenos días, preciosa.- Saludó el apuesto doctor Jeremy entrando en la consulta de Hermione.

- Buenos días, Jer.- Devolvió el saludo la chica con un ligero rubor en sus mejillas, debido a la presencia del chico.

- ¿Te pillo ocupada? - Interrogó, viendo que la castaña se encontraba de pie frente a un gran archivador que había junto a su escritorio.

- No, solo estaba buscando el expediente de un paciente que tengo que atender esta tarde.- Explicó negando con la cabeza de forma exagerada debido a los nervios.- ¿Por qué? ¿Necesitas algo? ¿No me digas que ya es la hora de ir a comer?- Preguntó alarmada mirando su reloj de pulsera.

- No, no.- Dijo el castaño riendo, ante la actitud de la chica.- Simplemente me apetecía verte, y tu secretaria me ha dicho que, ahora mismo, estabas sola.- Confesó acercándosele en actitud acechante, mientras parecía mirarla con deseo.

- ¿De verdad?- Quiso saber, arrepintiéndose al instante de hacer una pregunta tan tonta. El doctor acabaría por pensar que era una descerebrada.

- Sí, de verdad.- Dijo sonriéndole encantadoramente, mientras con delicadeza pasaba un mechón de cabello castaño y rizado por detrás de la oreja de la chica. Ante este gesto la leona no pudo evitar sonrojarse más aún.- Eres adorable, Hermione.- Confesó el castaño con voz seductora.

- Gracias.- Mencionó ella con voz susurrante, pues en ese momento no consiguió decir nada más elocuente.

- De nada, preciosa.- Dijo acercándose más al rostro de la castaña.- Y ahora, si me lo permites, voy a hacer algo que llevo deseando mucho, mucho tiempo.- Concluyó besándola.

Hemione sintió como si su corazón se fuera a salir de su pecho. La verdad es que ella también llevaba tiempo deseando que ese beso tuviera lugar. Desde la primera vez que vio al chico le pareció muy atractivo, y con el tiempo, tras tantas guardias compartidas y tantas comidas a mediodía, había empezado a sentir algo más fuerte por él. Pero siempre había tenido la sensación de que él solo la veía como a una compañera y una colega de profesión, por lo que procuró no hacerse ilusiones al respecto. Pero ahora, tras lo ocurrido, quedaba demostrado que era plenamente correspondida. Se sentía realmente feliz por ello.

- Eres hermosa, Hermione.- Le dijo el chico cuando hubieron terminado de besarse.- Me gustas mucho desde hace tiempo, pero nunca había tenido el valor necesario para confesártelo.

- ¿Y qué te ha hecho cambiar de opinión?- Preguntó con curiosidad.

- Simplemente, caí en la cuenta de que prefería correr el riesgo de ser rechazado por ti, antes que quedarme para siempre con las ganas de intentar estar contigo. - Confesó mirándola con ternura.

- Eso es muy bonito, Jer.- Admitió la chica con los ojos brillantes por la emoción.- Tú a mí también me gustas mucho.- Añadió, sintiendo como las mejillas le ardían; si seguía así acabaría en llamas.- Muchas gracias por arriesgarte.

- De nada, preciosa. Ha sido un placer.- Concluyó el castaño, antes de volver a besarla.

***

- Ya estoy en casa.- Anunció la leona, como siempre, cuando entró por la puerta.

- Hoy se te ha hecho un poco más tarde.- Puntualizó el rubio saliendo de la cocina con un vaso de agua en la mano.

- Sí, lo sé. Lo siento. Es que he estado un poco ocupada.- Dijo la chica sonriendo, con evidente rubor en las mejillas.

- ¿Te ha pasado algo bueno?- Interrogó curioso el Slytherin sentándose en el sofá.

Amor SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora