Comprometerse

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Jungkook

Toda la noche me quedé tocando una melodía en la guitarra. Aún no puedo creer lo que iba a hacer, soy un completo idiota además de cobarde por huir a la primera oportunidad, pude haber regresado, pero soy tan idiota, sólo a mí se me puede ocurrir hacer algo tan estúpido como aquello.

Aun así, ni pude decir ni una sola palabra. Si lo hubiese dicho no sé cómo pudo haber reaccionado Taehyung, no quiero que me rechace. Lo más probable es que llame a sus guardias para que me lleven y me ejecuten por segunda vez por ser alguien tan estúpido.

Jamás había sentido algo así por alguna de mis novias en el pasado, las relaciones que tenía con ellas se basaban en sexo más que otra cosa, pero esta vez... es la primera vez que siento esto por un hombre. Y ese hombre resultó ser un lindo principito dorado, vaya amor.

Él piensa que soy todo un idiota, pero lo único que me permite acercarme es tener el pretexto de molestarlo y hacerle travesuras, me gusta verlo cuando se enoja y comienza a hacer rabietas, mientras su rostro se frunce en un lindo puchero que no deja ver sus lindos ojos.

¿A quién engaño? él es un príncipe y yo soy un adefesio comparado con él, jamás aceptaría a alguien como yo a su lado, se merece algo mejor, tal vez Namjoon sea un mejor partido para él, se conocen desde niños, el también es un príncipe, con un castillo y un reino con gente que lo adora, posiblemente será mejor que deje las cosas como están, así evitare hacer el ridículo frente a Taehyung.

Estaba tan metido en mis pensamientos cuando escuché la puerta de mi casa ser golpeada con fuerza de forma continua.

- Pero que desesperados son - me levanté de la cama y con mis grandiosas ganas fui a abrir la puerta, sin esperarme a aquella visita.

- Hola mi bebé - era mi madre ¿Qué hacía ella aquí? Llevaba casi medio siglo sin verle la cara a la mujer desde que escape del lúgubre castillo en el que siempre me tuvo encerrado.

- Vaya que sorpresa, pensé que nunca saldrías de tu mazmorra - dije en tono decepcionante y burlesco.

- ¿Qué? ¿Una madre no pude dejar su tierra e ir a ver a su dulce y amado hijo? - la analicé por un instante, ella quería algo y por eso estaba aquí la conocía lo suficiente, como para creerme su chiste barato.

- Parece que no viniste sólo por tu querer. ¿Qué te traes entre manos? Suéltalo de una vez y sin rodeos - tenía mi mirada expectante sobre ella y cruzaba mis brazos a la espera de su respuesta.

- Pero que impaciente es mi niñito - rió a carcajadas - pero no te equivocas, cariño - dijo sentándose en el sofá de mi casa y acomodándose como si fuera lo más cómodo en este mundo - vine con un mero propósito -

- ¿Propósito? - ¿qué propósito? ¿Acaso estaba jugando? Con su sola visita ya sabía que nada era bueno la conocía bien y no pediría cualquier cosa, lo cual en parte me tenía algo aterrado por lo que fuera a salir de sus labios rojos como la sangre - ni creas que yo te ayudare en tus sucios planes. Estas planeando algo ¿no es así? Ya suéltalo – le sentencie.

-Algo así - sonrió con sorna - verás, ya tienes más de cien años, los suficientes como para gobernar el clan de los vampiros -

-Sabes que no pienso tomar el mando - hice una breve pausa analizando sus palabras - y sabes que para eso se necesita tener un cónyuge – no pude evitar que en mi tono de voz saliera un tono de duda, nada pintaba bien.

- claro que lo sé, por eso... He arreglado una gran celebración -levantó los brazos en forma de alegría -

- ¿Celebración? - sea lo que sea no comprendo a esta mujer -

- ¡Claro! Para tu C O M P R O M I S O – remarcó la última palabra junto con su sonrisa que jamás se me borraría de la cabeza -

-¡¿Pero qué...?! - me paré frente a ella exaltado, necesitaba una explicación para lo que mis oídos acababan de escuchar -

- Así como lo escuchas, dentro de diez días te casarás con un hermoso brujo que yo misma he elegido especialmente para ti - sonrió alegre -

- ¿A caso estás loca? ¿Un brujo? - levanté la voz, ella realmente estaba llegando lejos, me planeaba utilizar para sus planes cuando nunca le importo la crianza de su único hijo dejándolo convertirse en un monstro, pero no lo era más que ella -

- ¿Qué te parece si hacemos un trato? - se levantó del sofá y empezó a rodearme - aceptas el compromiso y no tocaré a tu pequeño Príncipe de chocolate - sonrió perspicaz mostrándome una de las notas arrugadas que había tirado - no querrás que él pague las consecuencias de tus malas decisiones o ¿sí? – Dijo con un puchero, seguido la nota comenzó a arder en llamas entre sus dedos – sería un pena que algo le sucediera a su bello rostro de príncipe ¿no lo crees? – tomó de forma brusca mi mentón acercándolo a su rostro que parecía irradiar llamas de odio.

- No... - no podía ser real lo que estaba escuchando, me quedé helado - ¡no te atrevas a hacerle algo! - aparte de mi cara sus heladas manos de demonio – te atreves a tocarle un solo cabello o...

- ¿O... qué? – Se acercó nuevamente amenazante – no se te olvide que puedo acabar con las almas de todos en el reino condenándolas a sufrir por toda la eternidad –

No pude decir palabra alguna contra su argumento, era darle lo que quería o dejar que todos aquellos inocentes en el reino sufrieran por un capricho incluyendo a Taehyung. Ella rió ante mi silencio, dando a entender que no me quedaba de otra.

- Creo que has tomado buena decisión – Sonrió tiernamente, desde luego eso solo era su forma de intimidarme aún más - Entonces... Te casarás y tomarás el trono - sentenció -

- Lo haré, pero... - bajé la mirada - a cambio Taehyung estará a salvo, no puedes tocarle, puedes hacer conmigo lo que te dé en gana, pero a Taehyung no lo tocas -

-Trato hecho - sonrió malvada seguido se esfumó de la casa sin decir más y sin dejar rastro.

Caí de rodillas al suelo, todavía no le decía a Taehyung todo lo que sentía por él, y debía de casarme para poder mantenerlo a salvo de las garras despiadadas de mi madre.

Tenía que ir a Busán y enfrentarme a todo lo que ella quisiera para que no le hiciera daño a Taehyung, pero antes tenía que verlo por una última vez antes de estar encadenado a alguien a quien no quiero, aunque sea una última vez antes de partir.

Está sería una oportunidad para decirle lo que siento, incluso si él empezara a odiarme por ello estaría bien, así sería más fácil que se olvidara de mí de una vez por todas.

Un dolor en el pecho me invadía, sabía que era más emocional, ya que mi corazón no puede latir, realmente lo amaba.

Taehyung...

Sweet Surprise (Vkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora