La señora Elsing aplicó el oído al escuchar en el vestíbulo los pasos de
Melanie dirigiéndose a la cocina, donde el ruido de la vajilla y el tintineo de la
plata anunciaban un refrigerio y, volviéndose, habló con voz suave a las
señoras sentadas en el salón con el cestito de costura en el regazo.
—Yo, desde luego, no pienso ir a visitar a Scarlett ni ahora ni nunca.
Y la fría y señorial expresión de su rostro se acentuaba más que nunca.
Los otros miembros del «Ropero de señoras para viudas y huérfanos de la
Confederación» abandonaron, ansiosas, sus agujas y aproximaron sus
mecedoras. Todas las señoras habían estado deseando poder criticar a Scarlett
y a Rhett, pero la presencia de Melanie lo había evitado. Precisamente el día
anterior la pareja había vuelto de Nueva Orleáns y ocupaba las habitaciones
nupciales del Hotel Nacional.
—Hugh dice que debo ir, aunque sea puramente de cumplido, porque el
capitán Butler le salvó la vida —continuó la señora de Elsing—. Y la pobre
Fanny le da la razón y dice que también ella irá a verla. Y yo le he dicho:
«Fanny, si no fuera por Scarlett, el pobre Tommy estaría con vida aún en estos
momentos. Es un insulto a su memoria el ir». Y Fanny, que no tiene ni pizca
de sentido común, me contestó: «Madre, no voy a visitar a Scarlett. Voy a
visitar al capitán. Hizo cuanto pudo por salvar a Tommy y no es culpa suya si
no lo consiguió».
—¡Qué tonta es la gente joven! ¡Ir a verlos! —dijo la señora Merriwether
con su robusto seno hinchado de indignación al recordar lo rudamente que
Scarlett había recibido su consejo sobre su matrimonio con Rhett—. Mi
Maribella es tan boba como su Fanny. Dice que ella y Rene irán a verlos,
porque el capitán Butler salvó de la horca a Rene. Y yo le digo que, si Scarlett
no se hubiera expuesto, Rene nunca hubiera estado en peligro. Y el viejo
Merriwether también piensa ir, y habla como chocheando, y dice que está muy
agradecido a ese bandido, aunque yo no se lo esté. Creo que desde que
Merriwether padre ha estado en casa de esa mujer, la Watling, no hace más
que tonterías. ¡Ir a verlos! Yo, desde luego, no pienso ir. Scarlett se ha
colocado fuera de la ley al casarse con ese hombre. Ya estaba bastante mal que
durante la guerra especulara e hiciera dinero explotando nuestra hambre; pero
ahora, que está a partir un piñón con las gentes dudosas y los scallawags, y es
amigo, verdaderamente amigo, de ese ente odioso, el gobernador Bullock...
¡Id a verlos!
La señora Bonnel suspiró. Era una mujercita pequeña, regordeta morena,
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LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ
Historical FictionLa vida cambia por completo para la mimada y rica Scarlett O' Hara cuando estalla la Guerra de Secesión, pronto tendrá que aprender que la vida no son solo muchachos y vestidos bonitos. Enamorada eternamente del enigmático e indescifrable Ashley Wil...