FRAGMENTADA

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La noche es oscura.

Helada.

Solitaria.

Mis manos duelen. La lluvia cae sin tregua mojando el suelo y volviendo lodo la tierra. No siento nada más que desolación, mi alma está fragmentada en miles de pedazos. Mi corazón sufre mientras mis pies siguen corriendo, no busco salvarme, sólo un poco de luz antes de que mi cuerpo colapse.

Dijiste que me querías ver volar como la mariposa que tanto veneras pero me has quebrado las alas antes de soltarme. Ahora entiendo que no te referías a mi siendo libre, si no; a mí muriendo lentamente para liberar mi espíritu hacia el firmamento.

Me dejaste llegar a ti para poder vernos cara a cara, pero mi precio fue alto, demasiado. Mientras yo llego hacia aquella luz potente que revienta el cielo en miles de luces, alumbrando por escasos segundos mi noche fría, tú vas directo al infierno.

No logro asimilar aún la oscuridad que en mi alrededor hay a pesar de que es alumbrada por escasos segundos. Ni siquiera hago el intento de gritar, dudo que pueda, él ya pensó en todo.

Mi cuerpo duele y sangra. Mi respiración no le da tregua a mi pecho que con cada bocanada de aire siente como si lo quebraran otra vez, mis costillas deben estar fracturadas, si es que no están rotas. El dolor es insoportable pero aún así no puedo parar, mi cuerpo se mueve por sí solo.

No trato de buscarla, no tiene sentido, jamás lo tuvo y no lo supe.

La rabia inunda mis entrañas mientras trato inútilmente de presionar la herida que va dejando salir mi vida de a pocos.

Si tan sólo lo hubiera sabido, si tan sólo le hubiera hecho caso a mi loca abuela no estaría aquí y ella no estaría con él, agonizando en sus últimos minutos de vida, mientras medio pueblo finge buscarnos.

Ellos no entran aquí, ellos no recorren sus senderos, ellos sencillamente nos dejaran morir aquí como lo hicieron con Sara. El bosque será nuestra tumba y todos lo saben.

ALAS FRAGMENTADASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora