Día 2

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Enero 13 - 26 días para el cumpleaños

Increíblemente mis amigas me han levantado un poco el animo pero eso no significa que no siga grosera y malgeniada con todos.

Mi tía le dijo a mi mamá sobre lo que había dicho Isabel la vez pasada y después de que se fueron me tocó sacar mil excusas, al final me creyó que dijo eso "jugando".

Hoy quedé de limpiar la casa por lo que le grité ayer a mi tía, bueno, el castigo no fue porque le grité a mi tía más bien fue por decir eso frente a una visita. Por lo menos tendré la casa sola y nadie estará molestando.

Ya que se fueron, tengo prácticamente una hora para hacer todo el aseo de la casa.

***

Solo me falta terminar la sala, no sé porque siempre dejo la sala de último si debe ser lo primero. Bajé a la sala con el trapero en la mano después de terminar los cuartos.

Tocaron la puerta justo cuando estaba por terminar de trapear la sala, ojalá y no sea mi mamá. Dejé el trapero a un lado y me acerqué a la puerta para abrir.

Al abrirla ví Isabel con un tremendo escote y short al muslo parada en la puerta.

— no contratamos ninguna prostituta, se equivocó de casa — reí.

Sonríe. — te odio — susurró — ¿qué haces, perra?

Miré mi ropa toda mugrienta y mojada gracias a el aseo. — charlaba con el trapero y la escoba por toda la casa

— ¿charlaban? — arquea una ceja — ¿o tenías sexo? — arrugue mi cara.

— que asco — susurré.

— ¿asco tener sexo? — se ríe.

— asco que sea con la escoba y el trapero — reímos como ancianas por lo estúpido que dije.

— eres una zorra — dijo entre risas.

Suspiré. — ¿que quieres?

— venía a molestarte, por cierto — me mira —, ¿desde cuándo haces aseo? — miró ceñuda el trapero.

— me tocó hacerle el aseo a TODA la casa por tu ingeniosa razón de decir que tuviste un trío frente a mi tía — reprendía.

— ¡uish! Perdón — se quejó

— como sea, espérame en el sillón mientras término el aseo — me corrí para darle espacio para que entrara.

***

Después de terminar de hacer el aseo me cambié de ropa y me senté con Isabel en el sillón. Estaba entretenida en su celular, ni se dío de cuenta de que estaba ahí.

— ¿con quién hablas? — miré de reojo pero no logré ver nada.

— con mi novio — sonríe sin despegar la mirada del celular.

— ¿tienes novio? ¿quién? — hablé ligeramente

Silencio.

Bloqueó la pantalla del celular y lo guardó dentro del bolsillo de su Shorts.

— no somos novios todavía — fruncí el ceño — es mi Crush — ah, ya.

— ¿cómo se llama? —

— Hugo —

— y... ¿cómo se llevan? —

Mira sus uñas. — ya nos besamos — ¿qué?.

— no cambias — reí.

— solo fue un besito, era un reto — como siempre ella compitiendo para besar a su Crush, muy típico de ella

— y... — me miró — ¿y Mauricio? — me miró mal.


— supongo que debo de responderte — rodó los ojos

— sí — obligué

— muérete Jessa — oh, no.


Reí. — solo dime como está y ya

— no me importa yá ese idiota — no le creo.

Arqueé una ceja. — ¿segura? — una sonrisa de malévola salió y solo asintió sin problema alguno.

Hubo un silencio incómodo durante más o menos cinco minutos, yá luego tocaron la puerta y me tocó pararme a abrir.

Al abrir ví que era mi mamá con mi tía y mi prima.

— ¡hola Isabel! — dice mi mamá dejando las bolsas en la isla de la cocina para llegar a abrazarla rápido.

Mi tía solo se fue y Celia, mi prima se quedó ahí con nosotras.

Al llegar mi mamá de nuevo a la sala de estar, justo como lo había dicho; vino corriendo a abrazarla. Ya luego se fue al igual que Celia.

— ¿Ana vendrá? — dije sentándome al lado de ella.

— no, sabes que mañana es domingo y no quiere salir a distraerse — ¿qué?

— ¿preparándose para las clases mañana? — fruncí el ceño

— si bebé, sabes como es ella — se levanta — chao... — mira al rededor. Oh, no, ya va a salir con sus cosas — cuidado y vas tener sexo con la escoba y el trapero — reí fuerte mientras caminaba a me dío andar hasta la puerta.

***

Básicamente el resto del día solo escuché música y dormí hasta tarde.

No tengo sueño.

No tengo sueño

¡no tengo para nada sueño!

Encendí mi celular para hallar que hacer. No encontré nada, por supuesto.

Son las dos de la madrugada y obviamente a esta hora nadie —que yo conozca— está conectado. Mucho menos que quiera hablar.

Me rendí y apagué la pantalla del celular, conciliar el sueño era el nuevo propósito.

Hasta que lo logré...

Holaaaaa :3
Como tan? Bien?

Les quería decir de que no haré muy largos los capítulos

Sencillamente porque que se les hará aburrido leerlo todo :/

Chau, los quiero como al chocolate, las pastas y los libros

365 días para cambiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora