Día 14

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Enero 25 - 16 días para el cumpleaños

Estaba sudando, tenía la pierna de Adriana encima a la mía y parte de su cabello en mi cara. También, rayos de luz del sol que atravesaban la cortina se ponían sobre parte de mi piel desnuda. — ¡uhgs! — carraspeo con la voz rasposa y difícilmente abriendo los ojos. Apartando el cabello de Adriana de mi cara — eso es lo malo de dormir en shorts — me quejé.

Tallé mis ojos. Quité la pierna de Adriana de encima mío y bajé delicadamente de la cama. Bajé mi camisón y acomodé el short de pijama.

Caminé al baño y lavé mis dieses para luego lavar mi cara y darme una ducha.

***

— buenos días — dije al finalizar los últimos escalones de la escalera

— bueno días — me respondió mi tía, quién estaba sentada sobre el comedor tomando una taza de café — ¿dormiste con Adriana?

Asentí.

— esta mañana fuí a su cuarto para llamarla y viniera a saludarte pero al asomarme a el cuarto de Jessa me di cuenta que dormían juntas — se dirigía a mi mamá. Hablaba y lucía esplendorosa, nunca la había visto de tal forma.

Suspiré.

O le hacía falta su hija mayor o el marido.

Creo que ambas.

***

Mordí mi labio y tomé mi celular al ver asomado un mensaje de Luis, el cuál había estado reojeando desde hace rato y no sabía si responder.

Desbloqueé mi móvil arrastrando el mensaje y éste me llevó enseguida al chat:

Luis

Hey Jessa!
Espero que si vengas a mi fiesta hoy
A las 20:00
Será en mi casa

Ok
Llevaré a mis amigas

Oh, que genial
Me agrada esa idea

Apagué el móvil al sentir la presencia de Adriana a mi lado. La miré.

— ¿qué hacías? — pregunta ésta sentándose a mi lado en el sofá. Tenía un yogurt en sus manos, junto con eso una cuchara metálica que se veía inmensa dentro del recipiente con viscoso líquido naranja.

Se envenena con Yogures de melocotón y galleta en trozos.

Que asco.

Miré con desagrado lo que comía. — nada, veía... — miré el televisor y vi que daban Gardfiel — eso — dije finalmente y apagué el televisor

Se embutió una cuchara grande de aquel líquido, el cuál contenía la galleta en trozos que ésta le echaba y al masticar sonaba asqueroso. — siempre me ha dado asco lo que comes — me levanté del sofá y caminé escaleras arriba.

¿qué me pondría para la fiesta de hoy? No tengo las mínima maldita idea.

Abrí el armario y saqué ropa que no utilizaba a menudo.

¿un vestido? No.

Escuché pasos a mi cuarto, posiblemente sea Adriana. Volteé, están en lo correcto. Se asomaba por el umbral de la puerta. — ¿qué haces?

365 días para cambiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora