Era su primer mes lejos de su casa.
Lejos literalmente, claro está.
Era de noche, la ventana que tenía enfrente de su sillón la acompañaba, tomó una manta calientita, de las primeras cosas que habían comprado en Brujas y se sentó ahí. Pensaba en muchas cosas que rondaban por su mente desde hace varios días, cómo se sentía en el ambiente artístico, su días solitarios en la pequeña ciudad europea plagada de turistas.
Pensaba en la inmensidad de esta pequeña ciudad, así como el hecho que todo se veía mejor desde afuera. Se preguntaba si pasaba lo mismo con el chico de los ojos verdes. Quizá él también era como el viejo edificio donde vivía.
Se sentía tonta por buscarlo tanto, después de la última vez en que la trató pésimo ella sólo seguía pensando en él, buscándolo a escondidas, esperando en encontrárselo por los pasillos de la oficina que usaban o cualquier otro lugar.
Y se sentía rara. ¿Acaso tenía problemas interiorizados y nunca los notó? Todo esto lo pensaba con el celular en la mano, observando su perfil de instagram. Veía cómo el chico era artístico por don y naturaleza, era fan de directores que en su vida había escuchado, porque claro, ella no era Min Green, aunque lo fuese en teoría.
La foto más antigua de su perfil eran unas lavandas, un ramillete para ser exactos. No es por presumir pero Dorian tenía conocimiento en plantas por su abuela. Y sabía que era menta, romero, tomillo y lavanda, por supuesto. Este ramillete estaba sostenido por una mano delicada, de frente a un campo de lavanda. No era fluida en francés pero sabía que eso era una declaración de amor, quizá en una lengua antigua la cual Dorian no podía estudiar.
Pero lo más grave es que no podía ver a la chica y eso hacía enloquecer a Dorian. Quería ver qué tipo de chica le gustaban al gruñón, quizá si se aseguraba que en definitiva era del tipo al que pertenecía ella se sentiría más tranquila con saber que era imposible.
Era ya imposible de todas formas ¿no es así?
Quizá lo hacía imposible porque creía que era demasiado intensa para estar en una relación. Se lo habían dicho tantas veces que comenzaba a pensar que era verdad. El problema era que sentía mucho, unos días podía explotar de amor completamente y al día siguiente podría encontrarse muy neutral. Suponía que esto era lo que incomodaba a los chicos.
Al menos el último con el que intentó algo lo hizo parecer así. En un twit.Dorian se sentía un poco mal al recordar estas cosas. sólo le provocaban ganas de llorar tres horas y comer otras tres.
Y ni siquiera era por el chico en cuestión, esta vez no.
Ahora tenía otras intenciones, pero a quien su corazón comenzaba a anhelar no tan secretamente no la soportaba, al menos eso parecía.
¿Es acaso que hablaba demasiado? Quizá era demasiado impertinente, a nadie le gustaba una persona que hablara de más y lo sabía, ¿por qué simplemente no podía mantener a alguien a su lado?
Recordó a A, su primer amor, el único. Recordó las noches calurosas de Mayo y las tristes noches de Diciembre; incluso pudo recordar el feo tono que le había quedado en el cabello luego de "cerrar" su ciclo.
Se sintió cansada de esta rutina ¿por qué era ella quien necesitaba cambiar para olvidar? ¿Por qué era ella la única que se mantenía hasta el final?De repente su situación le pareció patética, igual que ella y decidió que necesitaba un buen empujón de ánimo. El no conocer a nadie ni el frío le impediría tener una noche de diversión, como solía hacerlo en casa de Lana. Empezó con cobijarse completamente, de modo que sólo quedaba su cara al descubierto, después se levantó de su sofá y puso su taza en el pequeño lavaplatos de la cocina, si no terminaba demasiado ebria podría lavarlo después.
Qué más daba, al día siguiente no habría llamado. Puso algo de buena música y fue directo a su habitación
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D is for Dorian | t.c.
KurzgeschichtenEn un universo paralelo, donde [Timothée] es un chico cualquiera y está enamorado de una estrella en ascenso. O en donde Dorian se enamora de un chico de cine. Swarzschxld, 2020