[ H a l ] X

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Las gotas de lluvia sonaban en el antiguo edificio como poesía, a Hal realmente le gustaba escuchar el agua correr por todo el viejo departamento, pensaba que era muy relajante.

Hacía ya casi una semana desde que se había quedado en el apartamento de Dorian, pero ninguno había sido capaz de hablar, los dos trataban de evitarse lo más que podían porque era una situación rara, nadie sabía que pasaba y pensaban que quizás el que hablara sería el que incomodara. 
A decir verdad, Hal se sentía extraño, consigo mismo y con su entorno. Esto no era propio de sí, siempre sabía bien a dónde se dirigía y cómo actuar, pero el volcán de emociones que le provocaba la chica de ojos grandes lo hacía sentir como que había perdido el rumbo de todo. Al menos de su vida sentimental. 

Y no es que le incomodara las sensaciones que estaba experimentando, solo que todo era para sí mismo, no podía hablarlo realmente con alguien, se tragaba las palabras y las exhalaba en actos de los que no estaba orgulloso pero que no podía controlar, y no era una excusa, de verdad lo intentaba aunque no sabía exactamente qué. 

Era suficiente, ¿cierto? Tomar esto de un día a la vez, algo que había escuchado alguna vez de su mamá o alguien cercano. Se sentía ajeno a esto pero intentaba comprenderlo, solo que... a veces era difícil mantener el ritmo. 
Mantenerse alerta con una situación así, donde nadie habla. Al menos él era un fiel creyente de que la comunicación era la base de toda relación, pero se olvidaba de la parte importante: el tener la voluntad de querer hacerlo. ¿Qué tal si los involucrados no querían hablar? 
Su cabeza era un embrollo y se sentía como un pesado honestamente. 

En su mente seguía el olor a la casa de Dorian, esa mezcla entre café recién hecho y flores de azahar, el sonido del mundo exterior, la combinación de colores, la sensación de calidez... él simplemente se sentía fuera de sí, y no es que se sintiera en una especie de burbuja de amor, como suele suceder en las primeras veces, sino que era algo bizarro incluso, algo que las palabras no acababan de justificar. 

La cercanía y la distancia que ejercía la chica sobre sí lo hacía dudar de si todo lo que alguna vez sintió fuese real. Se había enamorado antes, claro que sí. Y también había tenido una decepción grande, no era alguien extraño en esos ambientes mas no de esa manera.
Dorian era un espacio en blanco aun. 
¿Lo era?

Con la vista fija en su computadora, y el documento en blanco seguía ensimismado en su espacio de tribulaciones con olor a naranjo y una canción cliché en el fondo, con la sala de Dorian como vista. 
Su celular vibró sobre la mesa pero dudó mucho en tomarlo. No tenía tiempo para cosas banales de becarios. 

[número desconocido] 
Hola Hal ¿estás ocupado? 


¿Quién eres? 

Tecleó rápidamente con un vuelco en el corazón, no era Dorian, lo cual lo hizo sentir algo tonto por esperar que fuese ella, pero su curiosidad reemplazó ese sentimiento en segundos. 

[número desconocido]
 Soy Maddie, Jesse me dio tu número
hoy en las grabaciones
Espero que no te moleste 

Hal se tomó un momento para pensar, ¿Maddie había pedido su número? Quizás necesitaba algo sobre la película, o lo había hecho por indicaciones de Moore.


Claro que no Maddie, dime, ¿Qué pasa? 

Maddie Recursos
La verdad es que estoy aburrida y quería
saber si gustas ir a un paseo con los demás,
aquí acostumbran a ir a diferentes bares

No se sentía con ganas de nada, más que zambullirse en su mente y repetir las escenas de lo que pasó con Dorian, quizás él sentía una extraña obsesión en como lo hacía sentir, y empezó a temer por él y por todo lo que esto conllevaba. Quería clausurarse a sí mismo y privarse de sentir. 


Claro, ¿en dónde nos vemos? 

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⏰ Última actualización: Feb 10, 2023 ⏰

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D is for Dorian | t.c.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora