Capítulo 16

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Abrió sus ojos lentamente, a causa de una luz que le empezaba a molestar. Aún le dolía la cabeza así como el resto de su cuerpo, lo que le hizo recordar la causa de aquello. Echó un vistazo rápido en el lugar en donde estaba. Paredes celestes, que en uno de sus lados había un dibujo de un gran árbol con flores blancas, muebles blancos, una estantería de libros, un escritorio con una laptop y una gran ventana que daba al balcón de afuera además de la cama en que estaba. Ya se podía hacer una idea de lo que había pasado. De lo que estaba seguro era que tenía que salir de allí rápido, no quería estar dando explicaciones a una chiquilla. Se incorporó y aguanto las ganas de gritar cuando oyó que su espalda crujió cual madera cuando se rompe. Cerró fuerte sus puños, en el mismo instante que la puerta se abrió de repente.

- ¡Oh! ¡No te levantes!-Dijo alarmada la chica al notar que se había sentado en la cama. Se acercó a él.- Tu espalda y músculos aún te deben de doler.-Lo quiso ayudar, pero la detuvo.

- No hace falta, estoy bien.-La miró bien, parecía de unos 16 o 17 años, vestía unos jeans con botas negras y una blusa rosa con estampado de gatitos, su larga cabellera castaña llegaba hasta por arriba de su cintura y sus ojos eran de un celeste igual que el cielo.- Emm, lo siento, pero me tengo que ir.-Intentó pararse pero no pudo, su espalda le dolía como si le pincharan millones de agujas. Lo intentó de nuevo pero no pudo.

- No es que quiera detenerte, pero no estás en condiciones de pararte todavía.-Lo dijo de una manera suave, de un modo para hacerle entender. Él suspiró molesto.

- ¿Hasta cuánto tiempo crees?-Ella se encogió de hombros.

- Puede que a la tarde no te duela tanto.-Se quedó de piedra. No podía esperar hasta la tarde, era muy arriesgado.

- No, no puedo esperar mucho tiempo, tengo que irme.-Se levantó con brusquedad y caminó unos tres pasos antes de caer directo al suelo.- ¡Ahg! ¡Demonios!

- ¿Puedo ayudarte?-Se acercó a él preocupada. Suspiró resignado.

- Está bien.-Ella colocó el brazo por sus hombros y lo llevó hasta la cama.

- ¿Puedo preguntarte por qué llevas un arma sin llevar una placa?-Preguntó de una, ya que cuando lo había movido cuando estaba inconsciente, llegó a percatarse de eso.- ¿Acaso eres un delincuente?-Suspiró. No le quedaba de otra, iba a hacerle un millón de preguntas. Lo mejor era responder de manera creíble.

- Trabajo encubierto para la policía, por eso no llevo placa.-Fue lo primero que se le ocurrió. Aunque no era del todo incierto. Su plan era eliminar los archivos de sus crímenes infiltrándose en la central de la policía y luego de cambiar de apariencia e identidad, tenía pensado en trabajar para una de las mayores elites del país, la G.U.N. ¿Por qué? No conocía a nadie de la mafia que trabajara allí, de hecho, la G.U.N. sabía cuando eras o no de la mafia, sabía si los engañabas. Según las pocas historias que le había contado Tormenta Destructora, era que las veces que habían querido meter a uno de los suyos en ese lugar, nunca más habían sabido de ellos. Eso era porque tenían una tecnología reservada de todo el mundo. Él ya se podía hacer una idea de lo que tenían. Ella lo miraba fijamente, como si tratara de buscar una falla en aquellos ojos carmesí.

- ... ¿Estás huyendo de alguien que por eso intentaste saltar a este edificio?

- Si, es parte de mi trabajo.-Ella se acercó un poco más por unos segundos y luego se alejó.

- Entonces por eso estas muy apurado... Shadow.-Eso lo dejó perplejo. Nadie sabía su verdadero nombre, ni su mismísimo jefe. Solo lo llamaban por su apodo y por su "verdadero" nombre.

¿Destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora