Capitulo 10 🌧

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Candela/ Cande

Mi cuerpo da vueltas por la cama mientras siento el rayo del sol golpeando en mis ojos, interrumpiendo el sueño en el que estaba sumergida.

Sigo desnuda bajo las sabanas y mi cabeza en cualquier momento va a explotar. 

Escucho una canción de rock que proviene del  salón de la cabaña, con una voz que más que cantar grita, produciendome aún más dolor de cabeza.

Agotada, cansada me levanto y  poco a poco voy vistiendome, hasta que abro la puerta y noto como Jesús se encuentra en la mesa de su casa bebiendo y fumando.

Otra vez. 

Está concentrado cantando una canción animadamente, me reiría pero es tanto el mal humor con el cual me he levantado que realmente no tengo ganas de hacerlo. Sus manos simulan tocar una bateria por los aires, mientras que sus pies regolpetean con rapidez en el suelo.

Todo eso acaba, cuando bebe de un golpe todo lo que hay en la lata de cerveza.

— ¡Jesús! - le grito, quitándole de las manos la lata.

El  se sobresalta, me mira sorprendido y veo como su pecho sube y baja con fuerza.

—¡¿Que mierda haces con ésto en tu propia casa?!

—¡¿Y tú que mierda te piensas?! ¡Es mi casa, mis putas reglas y mi puta vida! 

Es la primera vez que lo veo tan enojado, al punto de asustarme y quedarme boquiabierta por su reacción. La lata cae al suelo y él sigue mirandome con enojo, mientras suspira forzadamente y se sienta otra vez en su silla, coge otra botella la obre y sigue bebiendo.

Me quedo quieta mirando todo, y me sorprendo aún al ver droga sobre la mesa. ¿Dani estará metido también en todo esto? ¿Ayudará a Jesús cuando los dos están solos? No lo veo que sea un tipo de aquellos recursos, pero si se trata de su hermano, tal vez puede obligarlo a hacerlo. O no lo sé. 

— Lo siento. Me duele la cabeza. - le digo, quejandome.

Él cambia su expresión enojada y me sonríe, extendiendome una pequeña bolsa de cocaina, supongo. 

— Se te pasará con esta maravillosa nena.—yo niego, alejandome.— Oh, vamos mujer. Que aguafiestas eres, eh. De igual forma ya sé porque estás así. 

— Sí. Porque un idiota se encargó de despertarme con sus gritos mientras bebe y canta gritando. 

— Puede ser... Como también puede ser que mi hermano ayer por la noche te haya dado una buena follada que te dejó sin ganas de nada. 

— No he hecho nada con Dani. — digo nerviosa, pasando mis uñas por mi brazo, rascandome sin saber que hacer. niega con su cabeza, mientras me alza sus cejas.— Hablo enserio. 

— Cande, por tu bien, por el de Dani, te pido que no me mientas.—me dice, encendiendo un cigarro y exhalando todo el humo.— ¿Te piensas que no sé lo que hace?

— ¿A que te refieres? 

— Nena, no eres la única que pisó ésta casa. ¿Sabes cuántas mujeres estuvieron en su cama? Hasta ellas mismas estuvieron conmigo.—rie. —Dani  hace lo mismo siempre... Siempre que obtiene un buen coño con el cual disfrutar, se va  a dar unas vueltas con su moto hasta que se hace de día. Tú hiciste la diferencia. Son las once de la mañana y no regresó. 

Mi cabeza da tantas vueltas que ni siquiera sé en qué pensar. Proceso lentamente la información que Jesús me dió, sentandome atontada en el sofá roto de la sala, con él mirándome con su típica sonrisa exasperante, siguiendo con su labor.

Por casualidad niña tontaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora