Capitulo 8 🌧

231 17 2
                                    

Candela/ Cande

En el cap pasado...

— Solo era un estupido perro.-me dice, mientras guarda la navaja en el cajón de su mesa de noche.- La próxima vez escucha mejor.

— Lo lamento, ¿esta bien?- le digo enojada.- Pero prefería alertarte antes de que sucediera algo con la estúpida cabaña, Daniel.
***

Los dos nos quedamos mudos sin decir nada y él asiente con su cabeza gacha, mientras suspira profundamente y se sienta en el borde de su cama, rascando la parte superior de su cabeza.

Me cruzo de brazos, estatica en mi lugar, mirandolo, observando cada movimiento nervioso que hace, y sé que le incomoda mi presencia aquí, pero de todas formas no sé que mierda es lo que me impide irme, tal vez aquella soledad que siento cuando estoy sola sin él diciendome su típico apodo de "niña tonta" o tal vez sea que simplemente extraño toda mi rotunda y cotidiana vida que tenía antes de esto. 

— No entiendo para que me has ido a buscar al hotel si no soportas mi presencia aquí. — le digo rompiendo aquel incomodo silencio que nos perturba. Dani levanta su mirada, mientras me escucha y muerde su labio inferior. — Sí, no me mires así, Dani. Tengo razón. 

— ¿Te quieres ir? Entonces no hubieses aceptado volverte aquí, niña tonta. No sé que clase de padres idiotas has tenido en tu vida, pero debieron enseñarte que la vida no es color rosa como aquella puta burbuja en la que te metieron. 

— Tú no sabes nada de mi vida. — escupo con furia mis palabras. — No mezcles las cosas. 

— ¿Que mezcle las cosas? — me pregunta, poniendose de pie rápidamente, caminando hacia mí. Yo intento alejarme pero la pared de su habitación me lo impide, mientras que sus dos manos se posicionan a cada lado de mi cabeza, dejandome sin escapatoria alguna. Lo miro y él lo único que logró ver en sus ojos es enojo, impaciencia, furia tal vez. — Apareciste en la cabaña de un desconocido, en medio del bosque, en una noche de lluvia, y sin conocer a esa puta persona, aceptaste quedarte con él. Mierda, Cande, que inteligente. 

— Pero esa persona no me ha hecho nada, o tal vez sí, me hace poner de mal humor todo el tiempo. — le digo desafiante, sonriendo con triunfo en cada palabra que digo. — Pero de todas formas, no me hizo nada. 

— Aún. — dice ahora, acercando más su cuerpo, rozandolo con el mío. Trago gruesamente por la sinceridad y frialdad de sus palabras, y su oscura mirada provoca que mi piel se estremezca al punto de parecer la de una gallina. — Pero tú no sabes lo que puede llegar a pasar si me agotas la puta paciencia, Candela. 

— Vete a la mierda. — es lo único que le respondo y muerdo mis labios con exasperación.

Dani sonríe y me toma rápidamente del brazo, tirando de él y haciendo que mi pecho choque contra el suyo. La diferencia de altura es notable de todas formas, por lo cual yo tengo que levantar mi vista para poder enfocar mis ojos con los suyos. La respiración se me entrecorta y siento que en cualquier momento no podré más aguantarme estar retenida en sus brazos, pero todo aquel pensamiento se esfuma cuando veo como su rostro desciende hacia mis labios, estampando los suyos en los míos, besandome lentamente.

Y jamás pensé que me iba a besar de esa forma. 

No me muevo, no hago nada, simplemente sigo con los ojos abiertos, viendo como él me observa mientras me besa, saboreando mis labios, succionando de ellos con fuerza y lujuria, tirando también de mi labio inferior con sus dientes, provocando que una descarga electrica corra rápidamente al centro de mi cuerpo. 

Jadeo como una tonta y el empuja con sus manos mis hombros, haciendome chocar de una manera fuerte contra la pared, quejandome por el impacto. Pero todo acaba cuando aquellas manos grandes y fuertes descienden por mis brazos hasta llegar a mi cintura, masajeando con la yema de sus dedos pulgares en mi piel que se dejaba ver por la camiseta corta que yo tenía para dormir. 

— ¿Me voy a la mierda? — me pregunta, rozando apenas la punta de su nariz contra la mía. Y por inercia, me acerco más a su cuerpo, pegandome en él, sintiendo su respiración acelerada, aquel calor corporal que destella contra el mío, sintiendome segura y en un mar de excitación... excitación que hacia tiempo que no sentía.

Niego, sin pensarlo dos veces.

— ¿Entonces? ¿Que mierda quieres que haga, Cande? — susurra sobre mi oído, tomando con una mano mi cabello, jalando delicadamente de mis mechones. 

— ¿Que me harás? — le respondo con otra pregunta, y jadeo cuando una risa sensual se escapa de sus labios, chocando en mi oído. 

No habla, no dice ni una palabra, besa el lobulo de mi oreja y comienza a bajar, siguiendo un recorrido de besos por la linea de mi mandibula, llegando sus labios hacia mi cuello, succionando y mordisqueando lenta pero fuertemente de él, haciendome gemir por primera vez, mientras me sostengo de sus caderas. 

Mete descaradamente una mano por dentro de mi camiseta de dormir y masajea sin previo aviso mis pechos , estrujandolos de a poco, haciendo endurecer a mis pezones en cuanto sienten aquel tacto sensual que implica sobre mí.

Me obliga a levantar mis brazos, y con su ayuda, me quito por completo mi camiseta, quedando sin nada de la cintura para arriba, completamente desnuda, a su vista. 

Me besa una vez más mis labios, lamiendo mi lengua, haciendo movimientos circulares sobre ésta misma, y baja su boca rápidamente hacia mi pecho derecho, chupandolo, disfrutando la textura que mi piel tiene, mientras su otra mano intenta meterse sobre mis pantalones. Pero yo me remuevo, me niego a que me toque, aunque en realidad muero de ganas porque lo haga, y me pone muchísimo más loca ver como se vuelve él loco por tocarme, insaciable y sin paciencia. 

— No me jodas, niña tonta. — dice ronco, agachandose a penas delante de mis piernas y bajando junto a mis bragas mi pantalón.

Yo me retuerzo en mi lugar, muerta de la verguenza por su atrevimiento, pero ésto a él parece no importarle.

— ¿Que pasa? 

— ¿Haremos el amor ahora, Dani? 

Mierda. 

Mierda. 

Triple mierda. 

¿Enserio? ¿Haremos el amorDani? ¿Es lo único que tengo para decirle en un momento tan intimo y excitante?  Y lo peor de todo, es que por primera vez escucho su primer carcajada que sale de su boca, mientras niega con su cabeza como sí hubiese escuchado un chiste realmente muy bueno. 

— ¿Quieres que también te traiga el desayuno a la cama, Cande? Mierda, sí que eres niña tonta. 

Se aleja, dejandome abrumada y absorta por toda la situación, avergonzada también, y veo como se tumba en su cama tranquilamente, como si nada hubiese pasado. 

Inhalo y exhalo repetidas veces, me miro a mi misma desnuda, con mis pantalones junto a mis bragas reposadas sobre mis tobillos, y siendo consciente en que puedo vestirme e irme a la mierda ya mismo, prefiero seguir contraatacando, y devolver toda aquella verguenza que él me está haciendo sentir en éste momento. 

Pero no con palabras, ni tampoco con venganza. 

Quiero demostrarle que no soy aquella niña que él cree que soy, que no soy aquella muchacha inexperta que se ha escapado de la casa adinerada de sus padres y que ahora no tiene rumbo fijo en el cual vivir.

Quiero demostrarle que sé, y que puedo complacerlo y llegar a hacerle ver más que las estrellas, puedo hacer que llegue a ver la galaxia entera. 

Y de eso no hay dudas, porque se lo demostraré ya mismo.

———

¡Nuevo cap!
Insta ; @novegmlrs

Por casualidad niña tontaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora