Cande/Candela.
Lo primero que ice al llegar al hotel fue comer, ya que lo necesitaba. Cuando volví a mi cuarto puse una película romántica y no les miento, lloré como nunca. A media noche en mi habitación hacia un calor insoportable, por lo que opté por quedarme solo en ropa interior ¿Que? Nadie iba a visitarme. Nadie sabe donde estoy. Cuando estaba empezando a quedarme dormida unos toques en la puerta me sobresaltaron.
— Ya voy -digo levantandome perezosamente -
Descalza, camino lentamente hasta la puerta blanca de la habitación, y cuando la abro, pensando en encontrarme con la muchacha de la recepción o con el servicio de limpieza, solo me encuentro con una persona que pensé que jamás volvería a ver.
— Lo has encontrado. - dice, pasando por mi lado, esquivando mi cuerpo, y mirando con lujo cada parte del lugar donde me quedo. - No eres tan niña tonta como lo he imaginado.
Daniel saca de su bolsillo una caja de cigarros y lo enciende, mientras me mira y exhala todo el humo por las aberturas de su nariz. Abro mi boca sorprendida, y ni siquiera soy capaz de decir una puta palabra por la grata sorpresa que me estoy llevando.
— ¿Que diablos haces tú aquí? - pregunto, cerrando la puerta fuertemente y yendo hacia él.
— Vine para asegurarme si... - no sigue su frase. Parece que ni siquiera sabe que decir, pero creo saber el por qué.
Solo estoy en ropa interior. Él me mira de pies a cabeza y de pronto siento sus ojos marrones oscuros mirándome decididamente en mis ojos.
— Vete, Daniel. - le digo. Intento tomarlo del brazo pero él se rehúsa, removiendose y quedándose quieto.
— ¿Cuanto dinero tienes? - me pregunta, dándose la vuelta y tomando con descaro el mando de la televisión.
— ¿Puedes irte ya mismo de aquí? - le respondo con una pregunta. Él niega, mientras vuelve a darle una pitada a su cigarro.
Pongo mis ojos en blanco y me envuelvo en la bata blanca que el servicio de habitación me ha ofrecido. Daniel no me mira y en cierto punto me tranquiliza eso, pero de todas formas me incomoda su puta presencia aquí.
— Niña tonta, ¿cuantos euros tienes ahora mismo?
—¡No sé por cuánto tiempo podré pagar! - exclamo, dando golpeteos como una verdadera niña caprichosa en el suelo.
Daniel me mira sonriendo irónicamente y se tumba en la cama como si fuese de él. Quita los zapatos marrones que lleva puestos y los hace a un lado de la cama, dejando que golpeen contra el suelo estruendosamente.
Me encierro en el baño mientras me deslizo por la puerta y flexiono mis rodillas haciéndome un ovillo. Las lágrimas logran caer solas y ni siquiera por qué ahora mismo estoy llorando. O quizás sea por la impotencia que tengo de dejarme manejar por alguien que apenas conozco pero que logra y ha logrado sacarme de mis casillas. Y ya no quiero eso, quiero ser independiente, propia de mis decisiones, sin que nadie me diga que hacer o que no hacer. Pero no puedo, me crié toda la vida así que ahora es imposible poder hacer mi propia vida sin que nadie me diga nada por lo alto.
Mojo mi rostro con agua fría y decidida salgo del cuarto de baño, segura de seguir discutiendo con Daniel. Pero cuando quiero abrir la boca para reprocharle el porque está aquí, me sorprendo al verlo dormido plácidamente sobre mi cama, con un aire tan pacifico y tranquilo que quien lo mirara jamás pensaría que era tan frío y arisco como demostró ser conmigo.
— ¿Ahora que mierdas hago? -susurró para mi-
———
Aquí el cap 4, espero que lo disfruten y nos vemos en próximo 👋🏼
Insta; @novegmlrs.
Y sobre todo, Feliz navidad y espero que disfruten Familias <3.

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Por casualidad niña tonta
Novela JuvenilMe doy cuenta de que he repartido mi vida entre amores ligeros, Amores baratos, Amores vacíos, Amores llenos de soledad. Me doy cuenta de que mi tiempo ha sido mal invertido, En amores de un atardecer, Amores de una noche, Amores de pocos besos. Me...