C A N D E L A
Luego de pasar una noche bastante llena de pensamientos y decisiones, he logrado dormirme en el sofá de Dani, con su olor recorriendo mis fosas nasales, recordándome todas las caricias que nos hicimos mutuamente. Es imposible poder definir mis sentimientos ahora mismo por él, ni siquiera sé si son sentimientos o que cosa, pero cada vez que pensaba en la decisión rotunda que ya había tomado, un leve dolor recorría todo mi pecho, apretando el nudo de mi garganta que apenas me dejaba respirar.
Al otro dia, cuando desperté, vi que la puerta de su habitación estaba abierta, pero sin él dentro.
Grité su nombre dos veces, y al no recibir respuesta alguna, comencé a poner en marcha mi plan.
Recogí todo lo que me pertenecía. Ni siquiera me tomé el tiempo de doblar la ropa correctamente, no. Lo metí todo hecho una bola dentro de mi mochila, y antes de cerrar la cremallera, saque un cuaderno en el que a veces expresaba todo lo que me pasaba, la mayoría de las veces era cuando yo estaba mal.
Pues, ahora lo estaba, pero no iba a ser un descargo, sino más bien una nota de despedida. El bolígrafo temblaba entre mis dedos, las palabras pasaban con gran prisa en mi cabeza, y unas lágrimas traicioneras se posaron en mis ojos, pero rápidamente logré quitarlas de encima e ignorar el dolor punzante que había en mi pecho.
— Vamos, Cande. Tienes que hacerlo.-digo para mí misma.
Y así fue.
« Daniel, Me hubiese gustado poder decirte todo esto en persona, pero los dos sabemos que aquello terminaría mal, y que de una forma u otra tú me retendrias aquí, sin darme explicaciones del porqué de tu insistencia. No sé quién eres, tú tampoco sabes quién soy yo. Apenas sabemos nuestros nombres, sabes un poco de mi vida, pero ya está. Me arrepiento de haberme detenido aquí, de que me hayas refugiado y que luego me hayas seguido hacia el hotel (que aún no sé cómo mierda hiciste para encontrarme). Me arrepiento simplemente de haberte conocido. No eres mala persona, al contrario, me agradas de una forma extraña. Pero me molesta que seas fríamente egoísta conmigo, cuando yo pongo todo mi desempeño en poder aunque sea formar una bonita amistad entre los dos.
Nada de eso va a pasar. Gracias simplemente por todo lo que hiciste estos días, gracias por haberme ayudado y por haberme distraído un poco de toda la mierda en la cual estuve y sigo estando metida desde hace 20 años. Espero que puedas cambiar un poco tu forma de ser, y que esta vez no me encuentres. De todas formas, no lo harás. Déjale mis saludos al imbécil de tu hermano.
Cande. X"Leí, releí, y volví a leer mil veces la carta, y aunque no estuviese lo suficiente convencida en mis palabras, porque quería plasmar muchísimo más, sin embargo, la deje arriba de su mesa, con las lágrimas deslizándose por mis mejillas.
¿Por qué me dolía todo esto?
¿Por que estoy llorando por un idiota que solo me usó a su antojo ?
Mierda, tengo que comenzar a cambiar mi puta forma de ser y no encariñarme tan rápido con personas que no lo merecen.
**
Manejé en mi Yamaha durante dos horas, traté de evitar pensar en Daniel pero no pude, fracasé en el intento, él era lo único que tenía rondando por mis pensamientos.
Pensé en su reacción, en cómo se pondría, pero a su vez se me venía a la cabeza él solo hecho de que de seguro al leer la carta se reiría de mi y de mi estúpida forma infantil de despedirme, aunque no me arrepentía de haberlo hecho de todas formas.
Me quedé unos segundos mirando el portal eléctrico que tenía frente a mis ojos. Mi dedo índice dudaba en tocar el botón adecuado de la persona adecuada, pero no se atrevía a hacerlo de todas formas.
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Por casualidad niña tonta
Ficțiune adolescențiMe doy cuenta de que he repartido mi vida entre amores ligeros, Amores baratos, Amores vacíos, Amores llenos de soledad. Me doy cuenta de que mi tiempo ha sido mal invertido, En amores de un atardecer, Amores de una noche, Amores de pocos besos. Me...