Capítulo I El principio del Fin

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Mi plan se volvió contra mí en menos de un segundo.
Ahora corría desesperadamente hacia arriba por las escaleras de un edificio en construcción, me ardían la garganta y los pulmones. Pero no podía detenerme. Debía recuperar la cabeza de Celty a como diera lugar.

Horas antes el hermano de Namie, Seiji, había dado con el paradero de la cabeza gracias a esa chica llamada Harima.
Y días antes, les había confiado aquel cráneo a mis hermanas menores. Qué descuido de mi parte no prever todo esto.
Harima había confrontado a Kururi y Mairu a Seiji, el único que sobrevivió a aquella disputa fue el hermano de Namie.

Me detengo en la entrada de la terraza del edificio, Seiji me observa sin aparente expresión, tiene bajo el brazo la cabeza.
—Devuélvela—estiro mi mano y sonrió como siempre—dejare que tú y tu hermana vivan bien por siempre, me aseguraré de ello, no levantaré ningún tipo de cargos o demandas en su contra, te conseguiré otra achica igual a esa cabeza ¿Qué dices?

—Esa chica aunque se viera igual, no sería Celty. Mi hermana es inteligente,  vivirá bien sin tu ayuda. Mientras yo tenga a Celty seré feliz—se posa sobre el borde del edificio.

—¡Dámela!—corro y me abalanzó sobre él, siento la gravedad hacer de las suyas empujando mi cuerpo en dirección al suelo. Alcanzo a tomar la cabeza y Seiji se aferra a mi pierna, nos sostengo a ambos con la mano derecha que se sujeta al borde del edificio.

Escucho relinchar la moto negra que ha subido por las paredes de la construcción, con sus sombras nos regresa al techo y ata a Seiji para que no se mueva.
—Tómala—se la arrojó a la jinete y su forma cambia, el caballo aparece y su cuerpo viste una armadura—no espero que me perdones, pero lo siento. Puedes odiarme si eso te hace feliz.

—Gracias Izaya—tiene una agradable voz para mí sorpresa—volveré todo a su lugar, aunque no puedo traer a tus hermanas de vuelta. 

—Es mi culpa Celty. Yo cause todo esto. El único responsable de todo este desastre soy solo yo. Sabes, en parte oculte tu cabeza para que te mantuvieras más tiempo al lado de Shinra, pero aunque él no quería que la tuvieras, creo que era necesario hacerlo por el bien de todos. Sé que planeabas irte a tu país cuando la consiguieras, puedes hacerlo, no te detendré, ve y respira ese lugar que tanto extrañas, haz todo lo que quieras allá, pero Celty... Sé que volverás a Shinra de un momento a otro por qué lo amas profundamente.

—Eres gracioso, no volveré jamás si me voy ahora.

—Diciendo eso pareces humana, despídete de todos si quieres, aunque si Anri está cerca, usarán a Saika para separarte la cabeza nuevamente.

—¿Qué pasará contigo? Sí Shinra descubre que me diste mi cabeza te odiara. Ahora que tus hermanas han muerto, ya no tienes nada. ¿Qué harás? ¿Serás capaz de soportarlo?

—Está bien que me odien, esa es mi condena. Nunca he merecido ser amado Celty—trato de sonreír para no llorar.

—Haz cambiado Izaya. Aunque me jugaste muchas trampas y bromas...—se baja de su caballo y se detiene frente a mí—te perdono por todo—me envuelve entre sus brazos y su calor me rodea—es verdad lo que Shinra me dijo una vez de ti—se separa un poco y me quedo confundido ante sus palabras—cuidate amigo. Gracias por todo—regresa a su caballo y este camina hacia el vacío del cielo.

—¡Espera!—a mi lado veo pasar a Seiji corriendo a toda velocidad, instintivamente lo sigo y sujeto su chaqueta para que no caiga.

—¡Izaya!—grita Celty y la veo darse la vuelta, joder, si no se va ahora no podrá irse nunca.

—¡No!—le grito con todas mis fuerzas—¡Vete ya! ¡No vengas! ¡No te preocupes lo arreglaré! ¡Despídete de Shinra y vete!

—¡Pero!

My Fault   (Mi Culpa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora