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V: ¡Lo encontraste! –Suga le lanza una mirada filosa al hijo de afrodita, haciendo que parara el escandalo mientras Hope dejo de escribir en la computadora de la caja.- No puedo creerlo.

Suga: Justo cuando deje de buscar, lo encontré.- El azabache, dio una risa ahogada ante tal ironía.- Que molesto.

-Hope siguió atendiendo mientras los otros dos preparaban las bebidas.- De hecho, Suga, lo vi cuando llego a casa. –V paro lo que estaba haciendo.- ¿Aun después de conocerlo, estas seguro de querer eliminarlo?

-Y ahí estaba esa sonrisa que distinguía a Suga como un dios oscuro; como el hijo de Ares.- Ahora más que nunca quiero hacerlo sufrir. –La frente de V se arrugo. Había algo diferente en su amigo, una sensación que le daba escalofríos.- Es hermoso cuando tiene miedo. Simplemente, perfecto.

V: Espera un momento... Déjame ver si entendí. ¿Quieres hacerlo sufrir, no eliminar?

Suga: Tal vez... ¿ambos? –El azabache se alejó, listo para entregar las bebidas, dejando a V incierto al futuro del destino de su amigo.

Hope: ¿Y qué hay de ti? –El pelirrojo, estaba cruzado de brazos frente a él. Aunque luchaba por que no fuera así, deseaba que Jungkook lo rechazara.-

-Fue entonces que apareció. Era la primera sonrisa cálida y llena de amor de V lo que sacudió la cabeza de Hope.- Soy... plenamente correspondido.- V se alejó para entregar sus pedidos, dejando al hijo de Atenea con el estómago revuelto y unas inmensas ganas de llorar.

Hope: No sabes cuánto hubiera dado por ver esa sonrisa hace mucho, V.

(...)

Eran las cuatro de la tarde cuando Jungkook llego a su casa. Las luces seguían apagadas, lo que indicaba que Jin no iba a volver. Camino hacia la cocina, bajando uno de los recipientes que había en el congelador. Una vez que Jimin llegara iban a poder recalentar la comida juntos.

Su celular empezó a sonar, contestándolo mientras subía las escaleras.

Jin: ¿Cómo está todo por haya?

-Jungkook sonrió, dejándose caer en la silla del escritorio.- Por lo pronto, bien

Jin: ¿Qué hay de tu salud?

Jungkook: Mi salud está mejor. Mi cuerpo ya se acostumbró al clima.

Jin: ¿Qué hay de tu hermano? ¿Sigue deprimido por lo de su cita?

Jungkook: No morirá por eso. Deja de preocuparte por nosotros, Apa. ¿Debo repetirte que ya somos bastante grandes para estar sin ti un par de días?

-Jin no puede evitar reír mientras intenta escuchar a su hijo. La casa de su jefa era un desastre total entre música a todo volumen y gente ebria, gritando como loca.- Estaré de regreso en tres días.

Jungkook: Esto del festejo se le subió a la señora Sora.

Jin: Más bien fue un festejo por varias razones. Espero poder salir vivo de aquí.- Jin empezó a masajear su frente mientras le indicaba a los meseros a donde debían llevar cada cosa.- Hablare más tarde con tu hermano. Te quiero, kookie.

Jungkook: Y yo a ti, Jin Apa.- El chico colgó la llamada, recargándose por completo en la silla. Volvió su mirada al celular, buscando el número de su novio, que no dudo en marcar para saber de él.

V: Acabamos de vernos hace unas horas, ¿Tanto me extrañas?

Jungkook: Soy joven, necesito amor para crecer.- El tono juguetón de Jungkook hizo sonreír dulcemente a V, que estaba en su descanso junto con Suga que dormía en una silla aun lado de él.- ¿Encontraron trabajo?

DIOSES SIN DESCENDIENTES -YoonMin & VKook-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora