Baby, Don't Cry {ChanBaek}

Capítulo 11

Capítulo 11. Diferente

ChanYeol despertó con un dolor de cabeza espantoso, y lo peor de todo es que ni siquiera era producto de haberla pasado bien y haber bebido hasta el cansancio. La triste realidad es que no había tomado tanto y que lo único que podía explicar esa sensación de haber sido golpeado en la frente con un bate de béisbol era el hecho de haber llorado la noche anterior. A pesar de ello, no se sentía del todo mal. De hecho, debía admitir que dejó el mundo de sueños sintiéndose cómodo y cálido. 

Quizás demasiado cálido.

— Mierda.- Soltó en un susurro al hacerse más consciente de su cuerpo.

Un hormigueo en su entrepierna lo trajo por fin a sus cinco sentidos, abriendo los ojos de par en par, tensando cada músculo de su largo ser. 

—Cinco minutos más.

El absurdo balbuceo de su hermanastro contra su oído lo alarmó por las razones equivocadas. Joder, joder, joder. Sintió los labios del chico deslizarse entreabiertos por su nuca, su rostro escondiéndose en la almohada mientras soltaba ligeros gemiditos, como los de un cachorrito. Uno de sus delgados brazos se encontraba posicionado por sobre su abdomen y una de sus piernas pasaba por sobre las suyas.

— Baek...- Lo llamó, tragando fuerte y sonoramente, su voz temblaba al igual que su cuerpo. Sentía esas conocidas cosquillas en su vientre, y no, no debía estarlas sintiendo, por todos los cielos. - Ya es de día. - Se removió un poco. 

Grave error.

Se levantó de su cama abruptamente, corriendo como si de una maratón se tratase, sin importarle nada. Su rostro rojo, sus orejas hirviendo, su vergüenza insoportable. Y es que, al moverse, había sentido la suave mano de BaekHyun rozar su ingle, y su entrepierna frotarse contra su trasero. ¿Podría alguien culparle por tener una jodida erección? ¡Tenía a un chico guapo pegado a él! Y por mucho que estaba seguro nadie lo cuestionaría por ello, no podía evitar sentirse tremendamente abochornado, sucio y caliente, porque ese hombre guapo era su primo, o algo así, y le gustaba, lo tenía claro, pero eso no quitaba que se sintiera incorrecto ponerse duro por tenerlo cerca.

Se metió al baño y cerró la puerta tras de sí tan rápido que ni siquiera le puso seguro, necesitaba urgente una ducha de agua fría, y eso fue exactamente lo que hizo. Prendió el agua sin regular la temperatura, se sacó su ropa y se introdujo en la bañera cerrando sus ojos y soltando un quejido cuando sintió el chorro frío golpear su piel.  

Trató de no pensar, de verdad lo intentó, pero no podía dejar de darle vueltas a todo el asunto, mucho menos podía dejar de recordar cómo es que había acabado en los brazos de rubio en primer lugar. Para ser sincero, él no estaba durmiendo cuando BaekHyun entró a su habitación de forma todo menos sigilosa. Estaba despierto, y tuvo que reprimir un hipido pues estaba llorando como un idiota, escondido bajo sus sábanas como si ellas fuesen a protegerlo de todo daño. Lo sintió hacer un desastre en la habitación, casi soltando una risita porque podía imaginarlo luchando por sacarse esos preciosos pantalones rasgados que tan bien le quedaban, regando todas sus monedas al piso, como siempre. Recordaba que le habló, su voz rasposa y su lengua suelta confirmándole que el tipo estaba pasado de copas, muy esperable después de todo lo que le vio beber. Lo que no se esperaba fue lo que sucedió después: abrió sus sábanas sin ningún cuidado y se metió en su cama.

Agradeció a la primera divinidad que se le cruzó por la mente que el tipo estuviese borracho y no se diera cuenta de cómo su cuerpo se había tensado, ni como se le cortó el aire al sentir su abrazo. Decir que no le gustó y que su corazón no dio un vuelco sería lisa y llanamente mentir, porque mierda, le había encantado. No le importó el calor, tampoco que oliera a una extraña mezcla de alcohol y frutos del bosque, no le importó nada, porque el chico le estaba cantando canciones de amor con esa preciosa voz suya, dejándole tiernos besitos en el cuello que lo arrullaron hasta conciliar el sueño, sin derramar una sola lágrima más.