Where are you? | Compas.

• Capítulo 35; Real.

El más bajo le tomó del cuello de su camisa y lo hacerco a él para besarle, estaba sorprendido por ello pues pocas veces el castaño tomaba tal valentía. Feliz por ello coloco sus manos en las mejillas del contrario profundizando su beso.

Se separo del ojicafe para mirarle admirando el rubor que le cubría todo el rostro bajo su tímida sonrisa, acarició su suave piel correspondiendo con una gran sonrisa de oreja a oreja uniendo sus frentes y volviendo sus alientos uno solo.

─Gonzalo…─ Murmuró el menor de los castaños con timidez llevando sus manos a las del mas alto uniéndolas.─ Te amo.

Esas palabras sonaban tan lejanas, podría escucharlas todos los días o incluso tatuarlas en su piel si fuera posible. Habían compartido tantos bellos momentos que no se dio cuenta cuando todo se destruyó.

Sparta siempre había sido inseguro, la tristeza le consumía y nadie parecía ayudarle, tal vez fue eso lo que hizo que su corazón le dijera que debía hacerlo feliz día y noche para hacer que sus lágrimas pudieran ser opacadas por su bella sonrisa.

No había persona perfecta pero los defectos del mas bajo le hicieron darse cuenta de lo increíble y bello que puede ser un mundo, sin importar cuán mala sea la situación. Sparta, sus amigos… era todo aquello que quería, los que le demostraron que se podía seguir adelante después de todo.

Entonces estaba ahí abrazando con efusividad a todos mientras sus lágrimas empapaban sus mejillas ya que no tenia intenciones de limpiarlas al ser una demostración de toda la felicidad que sentía en ese momento. 

Miro a cada uno de sus amigos asombrado de como todos habían cambiado en todo ese tiempo, no obstante, se sentía mal consigo mismo por tratar de alejarlos, su cobardía y egoísmo le hicieron tomar muchas de las decisiones que repercutían en su presente. Apunto de tener alguna crisis la pálida mano de un peliblanco le consoló.

Flex se encargaba de grabar este momento por medio de fotos haciendo énfasis en lo que caracterizaba a cada uno de ellos, se encontraba feliz de poder animar a Raptor después de tanto tiempo sintiendo que realmente nada malo había pasado, que el había tenido un sueño o tal vez una pesadilla.

Todo era tan perfecto para todos que ignoraron todo lo que habían sufrido en el pasado para disfrutar al máximo ese momento tan especial. Aún había mucho camino que transcurrir, y aún mas importante, faltaban encontrar esas partes del rompecabezas que le daban lógica a su vida.

Javier sonrió observando la escena a lado de Carlos para darse cuenta de todo lo que había logrado, el ojinegro paso uno de sus brazos por el cuello del más alto para rodearle murmurando un "gracias" casi inaudible que valió mucho para el pelinegro quien solo asintió complacido.

Pronto habrían cosas que hablar y encarar pero este pequeña demostración de afecto les curaba el alma y les hacía ver a cada uno mas allá del cielo. Por fin todo se sentía real.

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