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Las finas lágrimas de la mujer humedecian mi ropa, pero por alguna extraña razón no me molestaba en lo absoluto; con cada sollozo que daba me preguntaba el tiempo que ella estuvo soportando ese trató, aguantando las tonterías de su marido era una mujer atractiva, además de que era super cariñosa con su hijos, incluso aunque jamás lo admitiría en voz alta, me daba envidia como aquellos mocosos tenían como madre a una mujer increíble y lo que me hacía sentir peor, era que el estúpido de Boruto no la supiera aprovechar al cien; jamás me avergonzaría de salir con ella, mucho menos me daría pena que me despidiera con un beso en la cabeza. Sabía que estaba soñando de una manera muy idiota, pero el hecho de imaginar que hubiera una persona en este mundo que pudiera llegar a importarle mi existencia, me hacía sentir unas emociones extrañas; el imaginar que alguien me recibiría en casa cada que vez que saliera, que me esperara con una sonrisa maternal y una muestra de lo que preparó para comer, era una ilusión creada por mis traumas de mi infancia pero como había escuchado una vez "se vale soñar".
Sentí como la mujer se incorpora,y yo observó con un semblante serio como se limpia el rastro de lágrimas en su cara.

- Perdón Kawaki- me volvió a sonreír.

- No te disculpes, es normal que los seres humanos sientan la necesidad de llorar cuando la cosas se van al carajo - dije mirando hacía la luna.

- Suenas como si nunca hubieras llorado- la escuché decir.

Claro que había llorado, llore cuando suplicaba que no !e clavarán más agujas, llore cuando los duros entrenamientos me dejaban adolorido; llore con cada golpiza que me daba el sujeto que se hacía llamar mi padre.

- No soy humano, tan sólo no soy más que un vil experimento- mi voz salió demasiado sería.

¿En qué momento cambié tanto?

Estaba perdido en mis pensamientos, y en mis recuerdos, analizando lo triste de mi existencia; hasta que sentí como algo se me pegaba al pecho, totalmente consternado volteó a ver que era y me llevo la enorme sorpresa de que era aquella mujer que tenía su oreja pegada a mi pecho.

- Oiga-

- Shhh- me mandó a callar.

Estuvimos así un rato, bastante incómodo si me lo preguntan ella asentía de vez en cuando, y cuando finalmente se separó y me miró, me mostró una sonrisa provocando que me sintiera más confundido.

- Tienes corazón - me dijo con calma.

Eso era obvio, que estupideces pasaban por la cabeza de esa mujer, sentí como sujetaba mi mano y colocaba dos de sus dedos en la muñeca.

- Mmmm claro, obvio tienes pulso -

Me confundía con cada palabra que decía.

- ¡Auch!- me frote el brazo pues me había pellizcado.

La mire enojado, pero pareció no importarle porque luego luego una risa pequeña se escapó de mis labios pues la señora Uzumaki me estaba dando cosquillas. Podía sentir como mi rostro ardía debido a la vergüenza de que me viera así.

- Veamos, puedo escuchar tú corazón, sientes dolor y eres capaz de sentir cosquillas ósea tienes sensibilidad -

Me dijo una vez se detuvo y me dejó recuperar el aire y que mi rostro volviera a su tonalidad normal.

- ¿Osea? - pregunte bastante confundido.

- Osea, que no eres un experimento- dijo dandome una sonrisa.

Aquellas palabras se clavaron en mi mente con fuerza, un extraño escalofrío recorrió todo mi cuerpo y por primera vez, después de tanto tiempo, me sentí vulnerable; fue cuando me di cuenta que esa mujer por mucho que hubiera deseado que no pasará, había logrado romper todas las barreras que me vì obligado a poner; tantos años creyendo ser una herramienta y de pronto como si no fuera nada, ella con su actitud amable y su extraña calidez, había logrado destruir todo eso y me sentí como si de verdad tuviera oportunidad de poder ser humano.

- Kawaki- sentí como ponía una mano en mi mejilla y me miraba con expresión preocupada.

Tarde en entender a que se refería hasta que sentí como un extraño líquido escurría desde mi ojo y descendía por mi mejilla.

Estaba llorando

No dejaba de sorprenderme todo lo que estar en esa casa estaba cambiando en mi y eso que no había pasado mucho tiempo ahí; antes deseaba escapar pero ahora, tenía miedo que esas personas encontrarán mi paradero, no quería que nadie saliera dañado mucho menos está mujer.

- En realidad, estoy mejor que nunca- conteste sinceramente limpiando las lágrimas.

Ella parecía pensar en algo, pues se quedó callada un rato y en su rostro se reflejó un sonrisa enorme.

- Tengo una idea Kawaki- me tomó de los hombros. - Hace tiempo, Naruto hizo que hubiera un día de padre e hijos, ese día Himawari se la paso con su padre y Boruto se la paso sólo, mañana mi hijo se la pasará entrenando y pues se me ocurrió que podríamos pasar el día juntos- me explico su plan.

-¿Juntos? - pregunte.

- Si sí, juntos ya sabes Tú, Himawari y yo- sin darme tiempo de reaccionar me abrazó.

Aún me parecía extraña la manera tan tierna de actuar de ella; sin embargo era algo que poco a poco me iba acostumbrando.

Amor Maternal (Kawaki Uzumaki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora