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pase de nuevo por los pasillos de la escuela, SOPA últimamente estaba teniendo problemas por lo que en algunas clases los profesores no acudían a enseñarle a los alumnos, para algunos eran horas perdidas, para otros eran momentos donde podían relajarse y después estaba yo aprovechando cada minuto de mi tiempo para seguir escribiendo las cartas dirigidas al chico que me gustaba el cual para mi suerte estaba en el mismo aula que yo
Gire un poco pudiendo observar la cabellera ahora roja del joven, su sonrisa sin brackets era una de mis tantas perdiciones, podía observar su rostro todo el día y seguiría pensando que es lo mas hermoso que he visto
— Tierra llamando a Génesis
Salí de mi trance al escuchar la voz de mi compañera, mire a su dirección topandome con una de sus cejar alzadas "¿ahora que hice?" pensé y como siempre recibí un ligero golpe en mi frente como regaño
— Sí sigues vas a gastar a Jeongin con tu mirada
Me encogí de hombros ante su reproche, aunque ella hacía exactamente lo mismo con el nuevo chico que atendía la cafetería que estaba a unas cuadras de la casa ¿Felix? creo que ese era su nombre.
Después de que el timbre sonora salí corriendo hacia el locker de Yang donde deje la pequeña carta que había escrito solo para el, una de tantas que ya le había dejado durante el mes y una de las cosas que mas adoraba era su rostro después de leerla, sus ojos reflejaban un brillo y su sonrisa era lo mejor
— Así que eras tú
Escuche sus palabras atrás de mí y por un momento temble, no quería que me descubriera pero lamentablemente no había llegado antes y tampoco salí corriendo como solía hacerlo. Me gire para ver su rostro el cual se encontraba con una pequeña sonrisa, el se acerco y me abrazo dejándome sentir el calor que emanaba, por primera vez me sentí completa.
— Y... ¡Subir!.— sonreí al terminar de escribir las infinidades de cartas para Jeongin las cuales subía a mi instagram, twitter o los estados de whatsapp
— ¡Génesis ven a cenar!.— La voz de mi madre me saco de mis pensamientos por lo que deje el teléfono en la cama y rápidamente salí en dirección a la cocina con la esperanza de que algún día Yang Jeongin pueda leer alguna de mis cartas
