capitulo 5

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Me quede de pie, inmóvil y silenciosa, mientras permanecía frente a él al otro lado de la habitación. Los ojos de él, de un brillante color y llenos de picardía, me observaron atentamente. Finas y negras pestañas enmarcaban las brillantes esferas, tal como su liso pelo oscuro enmarcaba los salvajes rasgos de su rostro. Sus pómulos eran altos y afilados, su nariz un arrogante tajo descendente en su cara. Sus labios eran anchos, y podían estar llenos y sensuales o finos por la cólera. Ahora, él parecía simplemente curioso.
Sus brazos estaban cruzados sobre el pecho ancho y musculoso, sus tobillos cruzados mientras se apoyaba en el respaldo de un sofá a cuadros, de tal manera que estaba enfrentado pero lejos de mi.

— ¿Dónde está mi padre? —pregunte, luchando contra mi excitación y mis propios deseos irrefrenables.

—Tuvo una demora. Espera, quizás, estara en casa mañana —dijo él quedamente.

— ¿Quizás? — acalle apenas el temblor en su voz.

—Quizás —él se irguió de su postura perezosa, observándome con una intensidad que le estrechaba los ojos, que me hacía tener los pechos y mi feminidad latiendo. Maldito fuera él por el efecto que tenía en mi.

— ¿Y no me lo podría haber dicho él mismo? —cuestione nerviosamente, mirándolo avanzar hacia mi, decidida a mantener mi posición.

—Estoy seguro que él llamará, eventualmente —la voz de jimin era lenta, se arrastraba perezosamente, espesa por la tensión y la excitación.

Hice todo lo que pude por mantener mis ojos en la cara de él, en lugar de permitirles descender para ver cuán grueso se había puesto el bulto en sus pantalones.

— ¿Entonces te alistaste como voluntario para el comité de bienvenida? —yo estaba jadeante, y supe que él lo podría oír en mi voz. Los ojos de jimin se oscurecieron con el conocimiento, haciendo que mi latido se intensificara aún más.

Se acercó sin detenerse, hasta que sólo estuvo a unos centímetros mios, podía hasta sentir el calor de su cuerpo, haciéndome sentir un hormigueo en mis terminaciones nerviosas. Era alto, mucho más ancho que yo y me provocaba una sensación a la vez amenazada y segura. La sangre corría por sus venas mientras yo trataba de darle sentido a los poderosos sentimientos que estaban atravesando mi cuerpo y su mente. Dos años había pensado en él, había luchado con la tentación que él representaba y el ardor que inspiraba.

—Siempre estoy aquí para darte la bienvenida, ______tn —él sonrió, esa lenta rareza de sus labios que hacía que los músculos de mi estómago se tensaran—. Pero tengo que admitir, estaba más que ansioso después de hablar contigo ayer.

Mi cara llameó, haciéndose eco de mis gemidos y mi lucha por respirar a través del clímax susurrado directamente a mi mente. La voz de jimin, ronca y profunda, áspera por su propia excitación y luego por su propio clímax, me incitaba.
Trague saliva mientras me mordía el labio en nerviosa indecisión. ¿Le extendería la mano? ¿O debería escaparme de él?

—Perro acosador —masculle, más enojada consigo misma que con él.
Él se rió ahogadamente, alargando su mano para tocar mi carne desnuda de mi cuello.

—Veo que sigues tan espinosa como siempre —dijo él con una vena de diversión en sus ojos que se iban oscureciendo—. ¿Serás tan ardiente en la cama, ______tn?

— ¡Cómo si te lo fuera a decir! —escupi.

—Hmm, tal vez podrías mostrármelo —sugirió él, su voz sedosamente suave y caliente.

Solo temble ante la cualidad baja y seductora de su voz. Ésta viajó a través de mi cuerpo, tensándome el sexo, haciendo que mis pechos se hincharan y mis pezones se endurecieran en anticipación. Todo mi cuerpo se ruborizó, caliente. Entonces el aliento quedó atrapado en mi garganta. Las manos de Jimin se movieron, el dorso de sus dedos la acariciaron, dejando un rastro de fuego en la parte superior de mis pechos que subían y bajaban.
—Eres Mía —susurró.

Rendida a sus deceo (Park Jimin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora