capitulo 6

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Me desperté unas horas más tarde, la sensación de ser observada, estudiada, se abrió camino dentro de mi sueño erótico con jimin bromeando, tentándome con un beso que nunca llegó.

A punto de gritar, la presencia en jimin en mi habitación empezó a cobrar sentido.
Parpadee abriendo los ojos, mirando ceñuda la suave luz de una vela en la pequeña mesa de media luna junto a mi cama. Volviendo la cabeza, mi corazón comenzó a correr. Jimin estaba sentado al lado de mi cama mirándome, sus ojos entrecerrados, su musculoso pecho desnudo.......Mis ojos se agrandaron, luego volaron hacía abajo. Él estaba desnudo. Dulce Dios, él estaba desnudo y duro, comprenderlo me aterrorizó. Grueso y largo, la cabeza púrpura, la carne fuertemente venosa.

De repente fue más consciente de mi desnudez bajo el pesado edredón. Cuando me había acostado, no había pensado para nada en ello. Ahora podía sentir la hinchazón de mis pechos, el endurecimiento de mis pezones. Entre mis muslos sentía la lenta, ardiente humedad de mi carne afiebrada. También sentía algo más. Mis brazos estaban atados al curvado cabecero, estirados, así como mis piernas, con muy poco juego en las cuerdas. El Desgraciado de jimin, me había atado a la cama como una virgen condenada al sacrificio.

— ¿Qué has hecho? —.me aclare la somnolencia de mi voz mientras él se quedaba quieto, mirándome con aquellos malvados ojos, llenos de sensualidad. –Desátame, jimin! ¿Qué haces aquí?

—Primera lección —dijo él, su voz era suave mientras asomaba a sus labios una sexy sonrisa. — ¿Estás lista para ella?

— ¿Lección? —negue con la cabeza, mi voz gritando de cólera. ¿Cómo se atrevía el estupido a atarme? — ¿De que demonios hablas, jimin?

Su mano se levantó. Pense que él me tocaría, me agarraría, en cambio, esos largos dedos se enrollaron distraídamente alrededor de su miembro, acariciándolo. Trague fuertemente, mi boca sedienta, ansiando sentir la hinchada cabeza en mi. Hasta podría haber pensado en darme impulso, si hubiera podido mover mi cuerpo.

—Tu primera lección en ser mi mujer, _______tn—le dijo él, con una voz serena, decidida. –Te dije que estaba harto de esperarte. Esta noche, empieza tu primera lección.

— ¿Eres un psicópata o algo parecido? —Le dije rechinando los dientes — ¿Prestas atención a lo que dices? Ahora déjame y deja de actuar de manera tan rara. Caray, si lo que quieres es cojer, sólo debías haberlo dicho.

Jimin se rio de mi. El bastardo sólo sonrió perezosamente y perversamente.

—Pero, ________tn no quiero sólo cojerte —dijo él, divertido. —Quiero que sepas quién controla tu cuerpo, tus lujurias. Quiero que sepas, en el fondo de tu alma, quién pose esa feminidad tan bonita, ese trasero tan tentador y tu boca caliente. Quiero que admitas que son míos, sólo para cojerte cuando yo quiera.

*Maldición, sabía que jimin era retorcido, ¿pero violación?

—jimin— luchaba para que mi voz sonara razonable. —Esta no es forma de conseguir una mujer. Realmente. Ya sabes, flores, noviazgo, ese es el camino al corazón de una mujer.

— ¿De verdad? —se reía ahora de mi sin disimulo. —Te envié flores, querida.

—Ah sí, con una tarjeta que me decía de qué tamaño tenía que comprar el invasor anal, para así poder cojer mi trasero —aprete los dientes cuando tire de las cuerdas que ataban mis tobillos. —Verdaderamente romántico, jimin.

Recordaba con un sentimiento de horror, el entusiasmo y la vergüenza que senti cuando lei la tarjeta. Había tirado las flores a la basura, pero me había guardado la tarjeta. Del por qué, no estaba muy segura.

Rendida a sus deceo (Park Jimin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora