Frío y Vacío

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Acarició suavemente su pecho desnudo, y levantó su mano para guiarla a su rostro, acariciándolo. Tocó su frente, luego sus ojos, y finalmente su nariz, comprobando que él estaba dormido.

Quitó su fuerte brazo que rodeaba su cintura, y se alejó con cuidado de él, estremeciéndose al perder su calor. Lo miró nerviosa, y se puso de pie.

Debía irse, escapar de allí antes de que despertara. Dejó su ropa atrás, y corrió fuera de la cueva, ignorando a su cuerpo que se estremecía del frío.

Comenzó a descender, sin importarle las cortaduras que se estaban produciendo en su frágil piel, al estar desnuda, y continuó bajando, esperando que su caballo estuviera aún allí abajo.

Y no pudo evitarlo, comenzó a llorar angustiada, desesperada. Si él despertaba, de seguro no sería tan amable con ella.

***

Giró en el suelo, y al golpearse el rostro con una roca, gruñó molesto. Abrió los ojos, y lo primero que buscó con la mirada, había sido a Taia.

Se sentó rápidamente al no verla, y miró con temor a su alrededor.

—Taia —llamó poniéndose de pie, comprobando que la ropa de ella aún estaba en el suelo de la cueva.

Una sensación de malestar lo invadió en el pecho, y se llevó una de sus manos al cuello, comprobando que su collar ya no estaba más allí.

"—¿Qué significa "Piedra del alma"?

—Pues...

Ella lo miró curiosa, abrazada a su cuerpo desnudo, mientras esperaba a que él le respondiera. De fondo, podía escucharse la leña quemándose, abrazándolos con su calor a ambos.

—No es que vaya a irme de ésta cueva luego, sé que tú no lo permitirías ¿Verdad?

—No, no lo haría.

—Entonces déjame conocerte ¿Qué significa Piedra del alma?

—Soy el último dragón de mi especie —le contó tomándola de una de sus manos, acariciándola—. Mi mamá era una humana, mi padre un dragón. Sé que suena ilógico, pero se enamoró de ella, y le pidió a las estrellas ser un hombre para estar con ella. Y el cielo le concedió su deseo, permitiéndole vivir una noche como humano.

—Y de ahí naciste tú.

—Y de ahí mi padre desapareció —sonrió entrelazando sus dedos.

Le gustaba aquella sensación de estar con ella, de sentirla.

—¿Y cómo es que eras un dragón? Aún sigo sin entender lo de la piedra.

—Simplemente pedí ser lo que mi padre perdió, y se cumplió. Entendí que la piedra que llevaba en el cuello, era la esencia de mi padre, era su vida que ahora era mía. Sólo que no pude volver a mi forma humana luego de que ocurrió mi deseo.

—Entonces, eras un dragón por la piedra, y como la piedra se quebró, volviste a ser humano.

—Así es —le dijo acariciando suavemente su mano, sus dedos.

—¿Y si la piedra se destruye?

Dejó de acariciarla al escuchar aquello, y ella lo observó curiosa, expectante.

—¿Qué crees que ocurriría si te arranco el corazón?"

Una sensación de vacío lo invadió al sentir su cuello desnudo. Había confiado en una humana, le había dado su vida a una mujer que ni conocía.

Respiró profundo y miró hacia abajo, observando sus manos vacías. ¿Su vida a cambio de qué? Si nada le había quedado. Al final, si había sido cazado por un humano.

Y el animal siempre terminaba siendo más ingenuo que el humano. Sólo bastaba que le diera una caricia, para entregarle el corazón.

...

El siguiente capítulo es el final 💔😢

La princesa y el dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora