Las lágrimas vuelven a hacerse presentes tras viajar atrás con esos pensamientos, es demasiado duro saber que hay posibilidades de que no podamos crear más recuerdos juntos. Ahogo mis sollozos y me muerdo la mano libre para no gritar de desesperanza. Mi cabeza duele por llorar y por todo el embrollo emocional que tengo. Los médicos le insisten a mi madre en que me saque de aquí, que si no salgo acabaré cayendo en depresión. ¿Pero qué más les da a ellos? ¿Y creen que a mi madre le importa? Lo único que me mantenía a flote ahora está en un estado que no quiero describir, una depresión no sería nada comparada con toda la situación.
-Mis padres se divorciaron y mi padre se marchó, dejándonos solas -contesto mirando hacia otro lado-.
-Misma situación aquí -me dice él levantando una mano y yo me sorprendo, me quedo mirándolo un rato hasta que vuelve a hablar-. ¿Por qué no te acompaña tu madre?
-Eh... -bajo la cabeza y respiro hondo-. Verás, al parecer o ha superado muy rápido a mi padre o todo lo contrario... además creo que tiene problemas con el alcohol -mi voz se apaga a medida que las palabras son pronunciadas-.
-¿Y eres tú la que está esperando consulta y no ella?
-Oh, es que claro, para una adolescente que sus padres se separen es muy traumático, decían los médicos, hagámosla ir al psicólogo y droguémosla con antidepresivos para que sea una adolescente normal. Pero su madre está en perfecto estado, no le hace falta desintoxicación ni nada -finalizo con una carcajada sarcástica-.
-Pero eso nunca funciona.
-Una adolescente normal no tiene depresión porque su padre la ha abandonado y su madre se ha convertido en una borracha que no hace más que tirarse a su novio noche tras noche mientras su hija se escapa de casa para no sufrir esa tortura. Una adolescente normal no tiene que buscarse la vida sola -exploto-. Una adolescente normal tiene problemas de novios y con los padres porque no le compran un disco de sus ídolos. Una adolescente normal no soy yo.
-¿Por qué no le dices eso al gilipollas ese de ahí dentro? -dice mientras me mira fijamente-.
-Porque una adolescente normal le cuenta sus problemas a otros adolescentes, no a un psicólogo.
-Pero tú misma has dicho que no lo eres.
-Quizá quiera empezar a serlo ahora -y esbozo una sonrisa al ver que él también sonríe-. ¿Dijiste que estás pasando por lo mismo que yo o fueron alucinaciones provocadas por las pastillas?
-Estoy pasando por todo menos lo de que mi madre se haya ido con otro -la verdad es que parecía no importarle hablar de sus problemas-, tengo que hacer el papel de padre y hermano mayor a la vez, es complicado. Como dicen los médicos "me he visto obligado a crecer antes de tiempo".
-Algunos médicos podrían acabar como filósofos -digo con la mirada perdida-.
-Yo creo que les va más lo de ser actores.
-Probablemente tengas razón.
Sin apenas darme cuenta en diez minutos he hablado más que en meses. Creo que esto era lo que necesitaba, alguien que me comprendiera, alguien que viviese la misma situación que yo y que no se acercase a mí por pena con un "te entiendo" cuando su familia es la típica familia ejemplar. Estaba harta de esas farsas. Ahora había encontrado a alguien que si dijera un "te entiendo" sería real. Por mi mente cruzó la idea de si ese chico de ojos hazel podría convertirse en un amigo con quien desahogarme, pero pronto descarto la idea, no sé nada de él, aparte de lo que me ha contado. Su voz interrumpe mis pensamientos:
-Por cierto, soy Ashton, puedes llamarme Ash -dijo sonriéndome-.
-Heather, puedes llamarme como quieras, no tengo un diminutivo o un apodo.
-¿Athe está bien? -me paro a pensarlo y me doy cuenta de que me encanta-.
-Claro -sonrío-.
-Entonces... -el dirige su mirada desde el suelo hacia mí-. Dime, Athe, ¿quieres empezar a ser una adolescente normal conmigo?
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blind [a.i.]
Fanfiction"-He de decir que hoy estás más preciosa que nunca. -Ni siquiera me ves. -Pero lo siento." Registrada en Safe Creative, código: #1508044813314 Todos los derechos reservados ©