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-Sé perfectamente que no me puedes oír pero... me queda esa esperanza... No quiero que lo que digan los médicos sea verdad, no quiero que eso de "es probable que nunca se recupere" se cumpla, necesito que abras los ojos otra vez. Ash... no puedo caer en el vacío otra vez, te necesito a mi lado... y físicamente lo estás pero... ¿Te acuerdas cuando tenías miedo de que te presentara a Mike? Decías que si era mi mejor amigo desde hacía cuatro años seguro que era muy sobre protector conmigo y que en cuanto le dijera que eras mi novio te partiría la cara. -una risa amarga se me escapa-. Antes de que llegáramos al parque de atracciones donde habíamos quedado te habías pasado media hora temblando y preguntándome cosas estúpidas de '¿y si le caigo mal? ¿Y si me odia?' y yo seguía instistiéndote en que eso no pasaría. Me hacía mucha gracia ver la cara con la que te quedaste cuando él te abrazó y te dio las gracias por cuidarme y alegrarme, cuando te dijo que no sabías cuanto significabas para mí, ¿te acuerdas de como íbamos los tres con nuestros algodones de azúcar a ver quien se lo acababa antes y tú me ayudabas a mí para que Mike no ganara? Eso fue realmente estúpido, pero lo recuerdo con mucho cariño...

Agarro el final de las mangas de mi jersey en el puño y me las paso por debajo de los ojos para secármelos. En la última media hora me han abrumado demasiados recuerdos y me he desahogado, le he hablado a Ashton pese a que no puede oírme y el dolor parece empezar a adormecer mi interior, podría decir que está matando cada célula de mi ser sino fuese porque sigo viva. ¿Realmente lo estás? Cada vez que abro los ojos, cada vez que articulo una palabra, cada vez que muevo una mano, cada vez que pestañeo, cada vez que respiro parece que me estuviesen atravesando todo el cuerpo con puñales.

Y también el alma.

He dormido muchas horas desde que pisé este hospital por primera vez después del choque, pero estoy tan agotada que pareciera que llevo semanas sin pegar ojo. Hoy parece que hace más frío que los otros días, vuelvo a llevar hacia delante mis mangas para cubrirme las manos pero lo veo incompatible con mi tarea de sujetar la mano de Ashton. Una vez desisto de taparme, entrelazo mis dedos con los de él y una familiar sensación de calidez me envuelve, por primera vez desde que estamos aquí parece que algo fuese agradable.

Dejo caer mi cabeza sobre el brazo del incómodo sillón, estoy encogida como un ovillo. Empiezo a tararear una de las canciones favoritas de Ash, siempre la escuchábamos en el coche cuando íbamos a algún lado. Tenemos un CD con nuestras canciones favoritas para esos momentos en el que lo único que queremos hacer es cantar las letras en vez de hablar.

Poco después ya estoy cantando la letra en alto, es como si quisiese huir, hacía esto años atrás cuando mi madre se emborrachaba estando yo en casa, me tapaba los oídos y cantaba, cualquier cosa que me distrajese del dolor. A lo mejor es solo eso lo que quiero ahora, que el dolor se vaya. No, sé perfectamente que no es eso lo que quiero, podría vivir con el dolor de cincuenta huesos rotos si Ashton mantuviese su sonrisa cerca de mí.

There's no guarantee that this will be easy, it's not a miracle you need, believe me...

Aunque realmente sí necesito un milagro ahora mismo.

Now, I'm not angel, I'm just me, but I will love you endlessly. Wings aren't what you need, you need me...

Sí, si le necesito. Trazo círculos con mi pulgar sobre el dorso de su mano y continúo cantando, vuelvo a llorar y no sé cómo, ya deberían habérseme acabado las lágrimas. Intento secarme los ojos y paso las mangas de mi jersey sobre la mano de Ash porque mis lágrimas están cayendo sobre ella.

El pitido de una máquina empieza a hacerse irregular y yo empiezo a asustarme, solo me quedo ahí, aferrada a la esperanza de que no sea nada malo y los médicos lleguen enseguida. Mi mano duele y comprendo que la suya está ejerciendo presión, el llanto se me corta de repente, deslizo mi mirada hacia arriba y veo cómo sus ojos se abren lentamente para cerrarse de nuevo. Ahogo un grito y me levanto. Ashton vuelve a abrir los ojos, esta vez medio entrecerrados y no tienen el brillo usual que suelen tener junto a su bonito color. No consigo articular palabra, tan solo me aferro a su mano y él intenta colocarse en otra posición.

Presiono el botón para que la enfermera venga y me quedo quieta, excepto por las sacudidas provocadas por mis sonoros sollozos que han vuelto con la alegría de que haya despertado, agarrando fuertemente su mano como si alguien fuese a arrancármelo de mi lado ahora que ha despertado. Mientras, él, simplemente me susurra, con su voz muy ronca y rasposa:

-Athe... deja de llorar, por favor.

blind [a.i.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora