Pese a mis intentos y súplicas para que la enfermera me dejase quedarme en la habitación, he acabado en la cafetería sorbiendo mi café con la madre de Ashton delante de mí. Me parece demasiado injusto que no la hayan dejado entrar a ver a su hijo cuando acaba de despertarse de un coma del que creíamos que no saldría.
Volvemos a la planta donde está la habitación en la que está Ash y nos quedamos fuera, cerca de la ventana, mirando cómo el resto de la gente sigue con sus vidas, puede que muchos con preocupaciones, pero siguen. Y yo empiezo a pensar en que si Ashton no llegase a despertar probablemente yo me hubiese quedado con él, sentada en ese sofá tan incómodo, hasta que me llegase la hora de irme de este mundo.
Quiero hacer algo para distraerme de todo esto porque los segundos se me están haciendo eternos y necesito cruzar esa puerta y abrazarle de una vez. Decido, finalmente, llamar a Mike y decirle entre lágrimas, porque no puede ser de otra forma, que Ash ya ha despertado y mientras se lo cuento, oigo como coge las llaves y luego entra en el coche, me dice que tiene que conducir y cuelga.
El médico sale y las dos le miramos expectantes, sonríe y pide hablar primero con Anne, así que me alejo hasta la sala de espera y me siento en una de las sillas. Mi pierna derecha tiembla, impaciente, y tamborileo mis dedos sobre mi rodilla. La situación me está matando por dentro y me da la sensación de que en cualquier momento puedo explotar.
Veo a Michael doblar la esquina en las escaleras y salgo corriendo hacia él, le abrazo y él me corresponde muy fuerte, casi ahogándome, mientras me susurra que es real, que ha despertado, que todo va a ir bien y que vamos a poder dejar de venir a este hospital por una larga temporada.
Noto que las dos señoras que había en la sala nos miran y no sé dónde meterme, odio que la gente me mire. Vuelvo a sentarme, esta vez con Mike a mi lado, que me ve nerviosa y pasa su brazo por mis hombros y me aprieta hacia él para que deje de temblar. Le oigo cantar bajito y se lo agradezco profundamente, sabe que la música me relaja y que adoro su voz, así que todo ello termina haciendo que me calme un poco y mi corazón deje de querer salir de mi pecho para ir a correr la maratón.
Compruebo continuamente la hora y parece que esto le pone nervioso así que meto mi móvil en el bolsillo y me recuesto a su lado. Sé que parece tranquilo pero en el fondo tiene ganas de salir corriendo a abrazar a su mejor amigo y gritarle por haber cogido el coche estando borracho. Llevo conociéndolo mucho tiempo y sé que él desea tanto como yo ser él el que estuviese en la camilla del hospital en vez de Ashton.
La madre de Ashton se acerca a nosotros poco después. La abrazo al ver que está llorando.
-Quiere verte -me susurra y luego suelta un pequeño grito, parece que haya dicho algo malo-.
Sujeto la mano de Mike y apuro hasta su habitación. Michael me mira y se da cuenta de que estoy temblando. Me abraza un segundo y luego abre la puerta. Entro antes que él y reprimo el impulso de salir corriendo y apretar a Ash entre mis brazos. Él sonríe y me acerco.
-Vaya susto nos has dado, capullo -dice Mike intentando darle algo de humor a la situación-.
-Es que no tenía nada mejor que hacer -le sigue él-.
Me siento a su lado y me coge la mano aún mirando hacia nuestro amigo. Luego se gira hacia mí y acerca la otra mano a mi cara. Pasa su pulgar por mi labio inferior y luego presiona sus labios contra los míos. Nos separamos riendo cuando escuchamos un "puaj".
Acaricio sus manos. Mike recoge los papeles que ha dejado la enfermera encima de la cama y entonces todo parece suceder a cámara lenta.
-¿No está todo muy negro aquí? -suena de nuevo su voz-.
-¿Por qué lo dices? -noto la voz del rubio temblar-.
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-Porque estás ciego.
Las palabras de Mike resuenan en mis oídos. Mis piernas siguen su camino, he vuelto corriendo a casa, ha sido un acto reflejo. Las lágrimas resbalan por mi cara cuando pensé que nunca más tendría que llorar ahora que Ashton ha despertado. Pero la realidad me golpea demasiado fuerte, a cada momento los médicos nos decían que era casi imposible que saliera sin algún daño, y yo me confié demasiado.
Doy gracias porque mi madre esté por ahí perdida a estas horas, me dejo caer sobre el sofá, completamente derrotada, no soy capaz de procesar la información, no puede ser que esté ciego. Ahogo mis gritos con un cojín, necesito desahogarme, al parecer mi vida está destinada a que me pase algo malo vez tras vez.
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blind [a.i.]
Fanfiction"-He de decir que hoy estás más preciosa que nunca. -Ni siquiera me ves. -Pero lo siento." Registrada en Safe Creative, código: #1508044813314 Todos los derechos reservados ©