Iba a Argentina a la escuela de una amiga que tenía por internet. Entraba a la escuela y estaba con otra persona que no recuerdo quién era. El ambiente era un poco pesado y tenía un mal presentimiento. Entraba al salón y todo estaba regular hasta que un niño se suicidó frente a la clase. Todos estábamos consternados, era un caos. Los niños lloraban y corrían al rededor del salón sin saber bien qué hacer. Entre todo el alboroto, había un niño sentado sin aparente impacto por lo que acababa de ocurrir. Yo lo observaba y en ese momento él decía ''Yo si lo voy a hacer bien'', mientras metía la mano en su mochila. Yo sabía que algo malo iba a ocurrir así que salía corriendo del salón y momentos después, escuchaba disparos dentro del mismo. Yo pensaba en dónde esconderme, pero lo pensaba demasiado y el niño salía del salón y me encontraba. En ese momento tuve un lapsus de lucidez y retrocedí el tiempo a cuando me tenía que esconder y me decidía a esconderme en el baño. Luego el niño salía del salón y no me encontraba.
En ese punto del sueño, sucedía una especie de flash back. En ese recuerdo, yo estaba en el mismo lugar con un niño. Entrábamos a un salón y nos sentábamos hasta atrás. De alguna manera yo ya sabía lo que iba a pasar. Había un niño del que siempre se burlaban y al principio yo también lo hacía, pero al pasar del tiempo, los demás se burlaban de mí también y me convertía en una marginada junto a él. Cuando sucedía la masacre yo estaba escondida dentro de un estante que había en el salón, pero él terminaba encontrándome. Yo le decía que se detuviera, pero él me decía que yo también era una marginada, que debía ayudarlo en vez de detenerlo. Fuera de la escuela estaba la policía y rescataba a los niños que lograban salir del salón, las autoridades claro que no se arriesgaban y para no entrar a la escuela, ponían en el patio una superficie de madera que subían para pasar el barandal de la escuela y luego los bajaban hacia la calle. Al estar sobre la superficie de madera, parecía que los niños se habían salvado, pero el niño disparaba hacia una de las niñas que estaban ahí y la hería. Luego las maestras intentaban hablar con él y parecía rendirse y se quedaba sólo con la cabeza agachada y sin hablar. La masacre había terminado.