Me convertí en una asesina

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En una feria cerca de mi casa había una niña de cabello castaño y largo, con ojitos grandes y muy tierna. Me pidió llorando frente a su mamá que la acompañara a los juegos porque su mamá no la dejaba ir sola. Platicando con ella, me dijo que sus padres se acababan de separar, que su mamá la maltrataba y no le prestaba atención. Yo en mi papel un tanto maternal decidí cuidar de ella, tratarla bien y platicar con ella. Ella me quería mucho, y yo a ella. Su mamá casi no comía porque estaba muy triste y les daba toda su comida a sus hijos, a pesar de que fuera demasiado para ellos. Cómo no se preocupaba por ellas, yo le compraba en la papelería sus útiles para la escuela. Después de ir a entregárselos, volvía a mi casa porque tenía que estudiar, pero le dije que ya tenía mi número y que si necesitaba algo me lo dijera por ahí. Al llegar a mi casa, subí a mi cuarto. Ya estando ahí vi mi muñeca, tenía la pulsera de Dayana. Eso me dio motivación y la señal de que ya debía ir a matar a esa señora. Así fue. Sorprendentemente yo vivía en un mundo donde no importó que la matara, solo lo hice y no tuve ningún problema legal. Tampoco nadie me trató diferentes. Luego hice una obra inspirada en eso.


Antología de sueñosWhere stories live. Discover now